Capítulo 16

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Ana Laura

Había pensado que para llegar al momento en el que nos conoceríamos ustedes y yo, faltaba bastante tiempo. Sin embargo, al parecer esto será más pronto de lo que me imaginaba.

Así que ajá, aquí vamos.

Mi nombre es Ana Laura y para que sepan soy italiana con raíces españolas. Hace mucho tiempo mi padre conoció a una sexy Española y bueno lo demás ya se lo deben de imaginar. Se casaron, bueno antes tuvieron sexo, luego se casaron, después nací yo y así sucesivamente hasta el día de hoy que no se soportan ninguno de los dos después de su divorcio.

En fin, ahora sí volviendo al tema que nos interesa. Se preguntarán porque estaba en París y como terminé de bajo de la lluvia engañando al hombre sexy que se ofreció muy cortésmente a llevarme y después casi nos cogemos en el pasillo de su hotel.

La respuesta a esa interrogante es bastante simple.

Mi visita en París no era una por negocios, sino más bien de placer y descanso. Había sacado unas vacaciones porque la verdad ser diseñadora de modas es bastante estresante y salir de viaje para llenarme de paz era lo mejor. Así de paso quien quita y me llegaba más inspiración para mis nuevos diseños.

Estaba caminando por las calles de París apreciando su gran belleza, cuando de pronto lo vi a él. Un hombre alto, fuerte y muy atlético. El cual llamó mi atención rápidamente y entonces recordé que ya lo había visto antes, es que en el mundo de la moda todo es como en un pañuelo.

Dicen que Italia es un país muy grande, pero aún así las noticias y los chismes corren como el agua. Ese hombre era nada más y nada menos que David Vitale, un millonario con fama de playboy caliente, muy caliente diría yo. Esos que mojan tus bragas  con solo una mirada y te hacen chorear con un simple rose.

Cuando vi que él se montó en su Audi último modelo para marcharse, rápidamente agarré un taxi en la calle y le pedí que siguiera al auto negro frente a nosotros. El chófer primero me miró con una cara extraña y ahí me hizo cuestionar el porque en las películas cuando él protagonista o la protagonista le piden al taxista que sigan al auto. Estos lo hacen sin protestar y en cambio a mí me miraban como si estuviera loca.

Después de seguirlo y de saber en qué hotel se estaba quedando, bajé del taxi y pagué la corrida.

Desde mi punto de vista, lo que estaba haciendo podría considerarse como acoso, pero es que semejante hombre merece ser acosado aunque la ley te detenga después.

Cuando entré al hotel para ver si lo veía de lejos y podía tan siquiera acercarme a él. Como si el destino escuchara mis plegarias o más bien, las plegarias de mi intimidad. Escuché a la que parece ser su asistente coordinando lugar y hora en donde estaría esta noche.

En cuánto salí del hotel, lo hice como si fuera una niña a la que le acaban de regalar un juguete nuevo. Tal vez era estúpido hacerme ilusiones con David Vitale y pensar que el podría regalarme una noche salvaje llena de orgasmos. Sin embargo, nunca he sido mujer de rendirme con algo y si todo salía mal bien podría irme a un bar para encontrar con quién pasar la noche. Nunca en mí vida había acosado a alguien antes y el hacer esta travesura me llenaba de adrenalina.

La noche había caído y yo estaba dentro del auto que había rentado para moverme por París, el cual no usé hoy porque no tenía ganas. Todo empezaba a ir bien hasta que comenzó a llover y las personas corrían de un lado para el otro buscando refugio de la lluvia.

Desde mi auto, podía ver claramente como David Vitale estaba más interesado en las personas que pasaban por la calle que en la reunión que parecía estar teniendo. Debido a eso, decidí probar algo de suerte para ver si también llamaba su atención.

Cuando estuve lo bastante mojada por la lluvia, me asegure de pasar por frente al cristal del restaurante cuando él estuviese mirando. Por el rabillo del ojo vi perfectamente como éste hasta se inclinó hacia adelante para verme pasar, al parecer logré mi objetivo después de todo.

Luego de eso, me coloqué bajo el techo de un negocio cerca del restaurante a esperar a que él saliera. Aunque esto no quería decir que lo esperaría demasiado tiempo porque todo esto que estaba haciendo, podría no salir como estaba en mi cabeza.

Jugaba con la lluvia que caía sobre mis manos y entonces lo veo salir a él acompañado de los que deben ser sus socios. Comienzo a fingir que soy una pobre chica muerta de frío bajo la lluvia y al parecer funciona porque después de que él se subiera en su lujoso auto, se detuvo justo en frente de mí.

Al principio tuve que fingir que no era de esas chicas que se subían con desconocidos a sus autos, aunque obviamente no hago ese tipo de cosas porque valoro mi vida. Sin embargo, este era un caso especial y debido a eso estábamos teniendo una extraña pero entretenida conversación. En donde él se presentó formalmente para que yo confiara en sus intenciones, solamente había un problema y era que él no debería de confiar en las mías.

Después de intercambiar una que otra palabra o frase, al final me monté en su auto y me grabé bien la dirección de este sitio para venir mañana a buscar el mío.

Cuando él me preguntó la dirección de mi hotel, obviamente le di la dirección del suyo porque no quería que él se comportarse como todo un caballero y me dejara sana en la puerta de mi casa. Yo quería que él se portara mal conmigo y que dejara sus huellas sobre mi cuerpo como si este fuera un lienzo.

Él al escuchar la dirección no dijo nada, solamente manejó en silencio mientras a mí la ropa me molestaba de sobremanera. Tal vez no fue tan buena idea meterme bajo el agua de lluvia, ya que la ropa se me pega al cuerpo y trato de moverme disimuladamente.

Luego de llegar al hotel y de que David me abriera la puerta para salir del auto. Camino en dirección a la entrada y al verlo tras de mí, hago un comentario sublime que deja más que claro que esta noche será épica por su primera respuesta.

Dentro del elevador, presiono el botón que da al último piso porque al ser millonario de seguro se hospeda en el mejor lugar y ese sin duda es el penjaus.

Poco tiempo tardó David en darse cuenta de mis verdaderas intenciones con él, pero para mí ya era demasiado tarde porque ya quería devorarlo.

Nadie lo mandó a distraerse con mi trasero dentro del elevador, si no lo hubiese hecho de seguro me hubiera descubierto antes.

Entre las palabras del pasillo, el juego de seducción y la tensión del ambiente. Me jugué una carta maestra, la cual dio paso a un beso posesivo que me encantó y a caricias que incendiaron toda mi piel.

Yo no soy una mujer que suele ceder el control todo el tiempo, aunque a veces lo hago para sentirme dominada por alguien. Mis manos inquietas acarician su torneada masculinidad, la cual se ha despertado y se ve que no quiere dormir por el momento.

En el momento en que David intentó detenerme para que no jugara así con su excitación. Yo fui mucho más rápida y para cuándo él quiso darse cuenta ya era demasiado tarde porque disfrutaba a mi gusto verlo revolcarse de placer mientras se agarraba de la pared.

En el momento en que noté que él ya estaba por llegar a su máxima liberación, debido a la tención en sus músculos y sus jadeos constantes. Retiro de inmediato mi mano dejándolo con el deseo de correrse a flor de piel y no porque no quisiera que lo hiciera. Si no más bien porque quería calentar más el ambiente.

Es por eso que comencé a caminar hacia la puerta de su departamento, dándole a entender claramente mis perversas intenciones con él. A lo que este de inmediato se acercó a mi como perro sin dueño y juro que haré de esta noche para él, una noche inolvidable.

Por eso, tiro de su corbata para demostrarle quien manda una vez cerramos la puerta tras nosotros.

El padre de mis Hijos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora