Tire las llaves en la mesada de la cocina al cerrar la puerta detrás de mi. Recién venía del Shopping, suspire dejando los pesadas bolsas que contenía ropa en el sillón. La oscuridad me recibió con gusto en el hogar, el balcón tenía una vista hermosa, la luz de la luna que brillaba sobre el cristal de la ventana me permitió ver con facilidad al chico que se encontraba sentado en la reposera, con sus piernas abiertas y sus brazos extendidos al borde de su cuerpo, la típica postura masculina que tenían los hombres al sentarse que me volvía loca.
Se veía tan atractivo de esa manera, observando el cielo pensativo, sonríe hasta llegar detrás de él.
— Hola, mi amor —lo saludé, haciendole saber que llegue.
Se dio vuelta levemente y me dedicó una sonrisa, esa tierna que tanto lo caracterizaba.
— Veni —dio palmadas en su regazo dandome la invitación de sentarme sobre él.
Accedí gustosa, con las piernas a cada lado de su cadera y mis brazos encima de sus hombros, su mano hacia un recorrido por mi erguida espalda y tomaba mi rostro entre sus mano para admirar cada mínimo detalle.
Me encantaba pasar tiempo con él, Julián era una cajita de sorpresa, te asombraba con cada cosa que decía. Ser novios me permitió saber cosas que casi nadie sabía de él, y me di cuenta lo mucho en común que teníamos.
Charlamos un momento sentados así, clavaba su mirada en mi atentamente mientras le contaba lo que había hecho hoy, desviaba su mirada a mis labios cuando los remojaba o los mordía, me daba bastante ternura la manera en la que le brillaban sus ojos.
— Fuiste a comprar ropa, pero no me compraste nada —bromeó, le dije la lista completa de las prendas compradas.
— De las tangas nuevas no te quejas, eh.
— Como quejarme de eso si tan solo viendote puesta con una me pones re... — soltó una risita nerviosa, levante las cejas con una sonrisa burlona esperando que completara lo dicho.
— ¿Re qué? —me hice la boluda.
— Vos sabes.
Apretó mi cintura, inclinó su rostro cortando la distancia de nuestros labios, al principio fue un beso lento y apasionado para luego empezar a desplazar su lengua dentro de mi boca profundizando el beso. El roce de mi pelvis era ahora severo contra su posición, robando varios suspiros de parte de los dos.
El balcón no mostraba nada, era una zona privada permitiéndonos hacer lo que tanto deseábamos sin miedo a que nos miren.
Parecía que todo pasaba en cámara lenta, cada beso era increíblemente delicioso, la ropa empezaba a estorbar, nuestros labios se unieron mientras se encargaba de deshacer rastro de mi ropa, rozar nuestros cuerpos con escasa ropa y sentir la piel fría del otro era un verdadero deleite.
Con todo esto, los dos estábamos muy excitados, nada era suficiente, deslizo sus manos hacia mi muslo hasta llegar a mi entrepierna, levantando la superficie de mi falda para escabullirse en ella, un escalofrio recorrio mi cuerpo cuando sus dedos hicieron contacto sobre la humedad, sus dedos se movieron con leve fricción sobre mi clitoris. La velocidad de sus movimiento aumentaron, mantuve la boca entreabierta dejando escapar el aire por ahí.
— Estas re mojada... —su voz agitada parecía un susurró inaudible.
Introdujo unos de sus dedos en mi interior causando que gimiera más, eché mi cabeza hacia atrás y la brisa del lugar recorrió mi cabello. Termino sacando sus dedos para sostener mi cadera y ayudarme con el movimiento pélvico.
Suplique por más, pero en realidad no quería que sus dedos me tocaran, necesitaba más que solo eso y él lo sabía.
Sacó su miembro y estaba bastante duro, deslice mi mano sobre el mismo, finalmente terminé inclinando mi cabeza para chupar su glande, Julián hizo más de mil expresiones, tomó de mi cabello para separarme de su parte baja, lo miré confundida.
— No voy aguantar —negó.
Levantó mi cadera presionando el agarre para introducirse en mi, tome su miembro con mis manos y lo guíe a mi parte necesitada. Julián tiró la cabeza hacia atrás cuando se metió del todo, cerró los ojos respirando agitado, de su boca salían gruñidos de excitación. Me agarraba con fuerza de sus hombros, dejando rasguños por sus espalda, gimiendo contra su oreja provocando que sea más bruto.
— Como me apretas, la puta madre.
Bardeaba pasando su lengua por mi cuello, dejaba marcas en mi clavícula sin temor. Segui repitiendo, meciendome hacia adelante, con sus manos acariciando la parte baja de mi espalda, nalgueandome unas par de veces, me robaba quejidos de dolor hermosos.
— No pares... —suplico.
Disfrute cada una de sus expresiones, cada estocada me provocaba un gemido. Era verdaderamente magnifico, nada podría estropear este momento. El cielo era expectante de todo, el bello sonido de la naturaleza acompañada de los gemidos, y la luna se reflejaba en los ojos de Julián cuando los abría para observar como me retorcía sobre él.
— ¿Te gusta? —preguntó sonriendo, mientras apretaba mis pechos y yo arqueaba mi espalda como un gato.
Asentí con el cuerpo temblando, llegando al clímax, mi respiración se volvió más agitada. Segui moviendome porque sabía que él todavía no había llegado. Me dijo cosas al oído que era leña para mi ardiente cuerpo, en realidad, Juli no era ningún santo.
Embestida más embestidas, finalmente Julián llegó a su clímax de excitación, se veía tan hermoso así, su cuerpo inclinado hacia atrás, su abdomen sudado muy bien trabajado, con el cabello desordenado, los ojos con la pupila dilatada, sus rosados labios debido a los besos y el latido de su corazón acelerado, me encantaba.
— Sos hermoso.
Abrió sus ojos lentamente y plasmó una sonrisa en su rostro.
— Vos te ves más hermosa encima mío.
Me acosté sobre su pecho, sintiendo su pesada respiración, deseando que esto dure para siempre.
*
holaaaa, espero les haya gustado, medio cortito pero bueno.ya saben si quieren de alguien específico no duden en comentarlo
con idea mucho mejor pq ahora ando medio medio cn la inspiración
no se olviden de votar!!
siganme
★★★
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ONE SHOT | scaloneta +18
FanfictionSelección argentina (contenido +18) → Este libro contiene escenas explicas, lenguaje fuerte y contenido adulto. → Prohibida su copia o adaptación. © sokyax, 2023 𖥔 ONE SHOT