Narra USA.
Sentí algunos escalofríos recorrer mi cuerpo cuando el ascensor se detuvo, solo fue cuestión de tomar una bocanada de aire y mantener una postura firme para prepararme mentalmente.
Las puertas metálicas se abrieron frente a mi, dejando ver una sala no tan amplia, tal vez de unos 4 × 4 metros. Al fondo, había una puerta de madera, me imagino que esa puerta conducía al resto del departamento.
Había una mesita de noche en el centro y estaba rodeada de sillones de piel color negro, iluminado únicamente por un foco amarillo.—Adelante —me dijo Erick mientras entraba a la habitación—, pasa, estás en tu casa.
Así fue como tomé la suficiente confianza de entrar; pero cuando mis dos pies estuvieron sobre la alfombra roja de la sala, me percaté de que habían dos hombres armados a mis lados; uno en la izquierda y otro en la derecha.
Ambos sujetos iban a acercarse a mí, pero el pelinegro les llamó la atención.
—Hey, tranquilos —levantó la voz—, ya lo revisé yo, además, es de confianza. Están viendo a uno de nuestros mejores clientes, tratenlo con el respeto que merece.Fue así como los tipos volvieron a su posición de estar firmes en las esquinas de la habitación.
—Anda, toma asiento —me habló el ojizarco—, yo iré por papá.
Enseguida, el encargado entró a aquella puerta de madera y yo me quedé sólo con los de seguridad. Sin embargo, si me tomé la confianza de sentarme en uno de esos sillones frente a la mesita de noche.
Pero no me quedé mucho tiempo así, pues un hombre alto, caucásico de barba de candado y cabello negro con canas, entró a la habitación seguido de Erick.
El parecido entre ellos era increíble, parecía que eran el mismo solo que uno con el doble de edad que el otro.
—USA, hasta que te sé realmente como te ves —habló el hombre mayor con una voz un tanto ronca y gruesa—. Soy Alonso, a tu servicio.
Dijo su nombre para después extenderme la mano.Me levanté del sillón por respeto y correspondí a su saludo.
—Veo que ya sabe mi nombre, un placer señor Alonso.Erick, por su parte, solamente se sentó en otro sillón.
Posterior a ello, el hombre con un par de cadenas de oro en su cuello, extendió su mano abriendo su palma y dejando ver algunos anillos dorados.
—Por favor, toma asiento —me dijo—, hablemos de lo importante de una vez.
Soltó un suspiro al inclinarse y dejar su peso caer sobre el sillón.Asentí con la cabeza e hice caso a su petición al tomar asiento. Finalmente terminamos uno frente al otro, separados únicamente por la mesita de noche.
—Quería platicarle respecto a un inconveniente que surgió —yo comencé la charla—, no estaré en la ciudad en unos cuatro meses, tal vez; entonces no podré venir a consumir sus servicios durante ese periodo de tiempo.
Alonso tomó por sonreir y asentir con la cabeza, se veía muy relajado y hasta cierto punto, desinteresado por escucharme.
—Supongo que ya sabe que yo soy uno de sus mejores clientes —continué—, y esperaba que la clase de "antigüedad" que he formado, sea de mi ayuda para llevarme a cierto empleado suyo que últimamente es quien me brinda sus servicios.
Me di cuenta de que padre e hijo quedaron bastante sorprendidos por mi petición, pero fue después de que lo dije cuando Alonso se enderezó y puso sus codos sobre las rodillas, prestándome mayor atención.
—¿Te quieres llevar a uno de mis prostitutos? —cuestionó el mayor a lo cual asentí con la cabeza.
—Solo los cuatro meses que estaré ausente —respondí—, como una clase de renta.
Alonso miró de reojo a su hijo y le hizo una clase de señal con la cabeza, cómo pidiéndole su opinión al respecto.
—Ha demostrado ser muy confiable —dijo el menor—, pero es decisión de usted.
El padre, por su parte, me miró.
—¿Y cómo sé que volverás después de dicho tiempo?—Soy un hombre de negocios —le dije—, confíe en mí.
—Muy bien —sonrió el contrario— ¿Y a quién quieres llevarte?
—A Méxi Sweet —contesté con simpleza.
Fue después de que dije esas palabras, que el contrario demostró cierta inconformidad.
—Literalmente, es mi mejor trabajador aquí —me dijo—, no sé si estaría dispuesto a perderlo, nada me asegura que volverás.
—¿Le da miedo correr el riesgo?
El contrario pasó de un estado de seriedad a una carcajada risueña, quería persuadirlo lo más posible hasta convencerlo y el viejo truco de retar siempre funcionaba.
—Muy bien —suspiró sonriente—, pero aún falta saber si es que puedes llegar al precio.
Fue ahí cuando yo reí a carcajadas, pero no tomé la confianza de dejarme llevar, así que traté de tomar compostura en el momento indicado, no quería faltarle al respeto.
—No hay problema con los números —suspiré sonriente.
—Quiero un millón —respondió—, por mes.
Debo decir que un millón de dólares era una cantidad grande, más aún siendo cuatro meses; por consecuencia, serían cuatro millones.
Pero no me doblegué, me mantuve erguido y levanté una ceja, demostrando tranquilidad. En ocasiones pasadas, ya había usado mucho más dinero de mis padres que dicha cantidad, por lo que no me preocupé y tomé mi decisión al momento.
Así fue como extendí mi mano en busca de estrecharle con la suya.
—¿Tenemos un trato? —cuestioné.Fue fácil notar, por sus expresiones, que ambos familiares se vieron sorprendidos, supuse que no esperaban que accediera.
Aún así, Alonso no se echó para atrás y estrechó su mano con la mía.
—Hecho, pero no te vas de aquí hasta que hayas pagado —dijo con el semblante serio.—Eso no es problema —respondí—, dame una cuenta bancaria, las cantidades grandes las hago por transferencia.
Nos soltamos de las manos y yo saqué mi celular para realizar la transferencia.
—Y más vale que Sweet se prepare, porque vendré por él mañana mismo.
…
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Sweet • Countryhumans • USAMEX
Fiksi PenggemarMéxi Sweet, el nombre artístico de un afamado stripper que se prostituye en uno de los antros más caros de las Vegas. No hay reglas allí, mientras tengas el dinero suficiente, todo es posible dentro de ese edificio lleno de lujuria, alcohol, erotism...