Capitulo 24

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En cierto modo cuando Venus se despertó en la enfermería ya sabia lo de Colin, el estaba enfrente dos camas a la derecha. Pero aun así dejo que sus amigos le contasen la noticia, antes de irse a desayunar al gran comedor.

La señora Pomfrey al ver que se había despertado, se acercó afanosamente con la bandeja del desayuno, y se puso a flexionarle y estirarle a venus el brazo y los dedos.

—Todo va bien —le dijo, mientras él apuraba torpemente con su mano izquierda las gachas de avena—. Cuando termines de comer, puedes irte.

Después de acabar se dirigió hacia su sala común, para pasar el sábado con sus amigos y empezar a hacer la poción para ser animagos.

Fue interceptada por su hermano mellizo Harry. Sorprendentemente se encontraba solo.

—¡Que! Has decidido pedirme perdón— Soltó mordazmente

—Venus, por favor, no quiero pelear Siento mucho lo de tu brazo, Dobby ha venido esta noche a mi habitación

—El elfo loco, por favor, dile que no se vuelva a acercar a mi en su vida

—¿Sabes lo de Colin?

—Si, lo he visto esta mañana en la enfermería.

—Venus por favor—suplico Harry —tienes que parar esto, se que sabes quien es, si es que no eres tu...

—¡Como te atreves! Soy tu hermana, que te has acercado con falsa modestia, ¿te crees que soy yo? — la magia empezó a zumbar peligrosamente alrededor de Venus, sus ojos brillaron y a continuación, su hermano fue golpeado fuertemente por una ráfaga de viento y callo dos metros mas atrás. Venus sonrío con suficiencia y se marcho directa a clase, eso de controlar los elementos cada vez era más fácil y cada vez lo veía más útil.

Aun así, llego furiosa hacia sus cuatro amigos, les conto lo que había pasado y como lo había mandado a volar, no faltaron las lagrimas de risas por parte de sus amigos, eso tranquilizo a Venus y se pusieron en marcha hacia el despacho de Snape para hacer la poción.

Harry se levanto adolorido y miro sorprendido a su hermana que desaparecía por el pasillo, ¿que había pasado?

Se fue derecho al aseo de Myrtle la Llorona. No encontraba ningún motivo para que Ron y Hermione estuvieran allí, pero después de asegurarse de que no merodeaban por el lugar Filch ni ningún prefecto, abrió la puerta y oyó sus voces provenientes de un retrete cerrado.

—Soy yo —dijo, entrando en los lavabos y cerrando la puerta. Oyó un golpe metálico, luego otro como de salpicadura y un grito ahogado, y vio a Hermione mirando por el agujero de la cerradura.

—¡Harry! —dijo ella—. Vaya susto que nos has dado. Entra. ¿Cómo está el brazo de tu hermna, le has preguntado sobre la cámara?

—Está bien, no me ha dicho nada—dijo Harry, metiéndose en el retrete —Lo único que he conseguido ha sido salir volando y caer en el suelo sin que ella soltase un solo hechizo o hiciese algún movimiento con su varita— . Habían puesto un caldero sobre la taza del inodoro, y un crepitar que provenía de dentro le indicó que habían prendido un fuego bajo el caldero. Prender fuegos transportables y sumergibles era la especialidad de Hermione.

Durante la segunda semana de diciembre, el profesor Snape pasó, como de costumbre, a recoger los nombres de los que se quedarían en el colegio en Navidades. Draco ,Theo, Blaise, Regulus y Venus firmaron en la lista. Las vacaciones serían un momento perfecto para acabar la opción de animagos. La cual iba bastante bien al igual que el uso de la hoja de mandrágora en la boca, que con un hechizo pegajoso se mantenía en su lugar.

Venus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora