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—¿De verdad quieres saber eso?

Kay/o asintió, por una parte realmente sentía curiosidad, pero por otra quería sus mejoras por parte de Killjoy.

—Bien... — Se quitó el cigarro de la boca. — Pero esto te costará caro.

—¿Pides dinero?

—Discutiremos eso después, ahora cállate y escucha.

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El mundo ahora a evolucionado, mostrando una nueva raza de humanos, los Radiantes. Aquellos que anteriormente eran simples y comunes humanos, hasta que hicieron contacto con un mineral que se creo después del famoso evento "La primera Luz". Dónde se cree que ese mineral cayó del cielo, mejor dicho, vino del espacio exterior. Dando origen a estos humanos, que tienen cualidades únicas y habilidades.

Pero, esto nunca fue así. ¿Cómo eran los radiantes antes de ser lo que son?

Hace años, en el corazón de México, los bosques. Sus ciudades, sus habitantes.
Ese territorio era de admirar, hasta que llegó a esas tierras la famosa empresa Kingdom, que se dedicaba a sustraer todo tipo de materia prima para un objetivo especial, mejorar la vida humana.

Gracias a esto, comenzó una mini guerrilla, para salvaguardar sus preciados ecosistemas. Entre todo el caos, un empleado de rango superior de Kingdom, se oponía a esto, pues sus orígenes eran de ese lugar, era padre de una niña de dos años, su esposa murió en el parto. Era muy respetado en su país, y en la misma empresa en la que trabajaba. Sin embargo por el desacuerdo que tiene con estos, se volvió un criminal.

Llegó a un punto donde lo localizaron y asesinaron. Bien. A causa de estos conflictos, muchos se quedaron sin hogar, humanos y animales, todos por igual.

Los ojos de Kingdom vieron anomalías en otras partes del mundo, acabando con la guerrilla.
A todo esto, aquella hija de ese hombre, fue a parar en el bosque, gracias a la famosa figura de padre, llegó a salvar mucha vida salvaje. Esta decidió resguardar a esa pequeña.

Más específicamente, un jaguar, un macho, como los de su especie, solitario, territorial, pero destacaba por su personalidad asesina sin excepciones. Gracias a qué la naturaleza no es cruel ni hermosa, la niña se pudo adaptar fácilmente, incluso logro que aquel despiadado animal se ablandara, a tal punto que dejó de ser agresivo con ella y le enseño a vivir como un animal. Llegando al punto que aprendió el lenguaje animal.

Tenía una vida diferente, si, pero al menos era tranquila. Hasta que...

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14 años después.

En una montaña, que estaba repleta por el paisaje de la selva. Entre los árboles, plantas y rayos del sol. Una joven  se encontraba tirada en el suelo durmiendo una siesta rutinaria. Gracias a unos animales que migran, y por el cariño que le tenía le llevaban uno que otro regalo, más específicamente ropa. La cuál llevaba puesta. Su respiración tranquila invadía el sereno silencio del ambiente. Los insectos pasaban desinteresados sobre ella al igual que una que otra serpiente.

Esta tranquilidad fue interrumpida por una esponjosa cola que se posó sobre su nariz y boca, dificultando la respiración. Se despertó lentamente, gracias a qué se acostumbró al brillo del magnífico sol, no tuvo dificultad al verlo. Se quitó de encima la cola que tenía en la cara. Se levantó quedando en una posición de descanso mientras se estiraba.

—¿Cuándo será el día que te despiertes temprano?

Si, no sabía hablar el idioma humano, pero por sus años en la vida salvaje, entendía lo que decía cada animal, mono, águila, lobo... Etcétera. Pero no solo entendía, sino también lo hablaba.

Agente Número 8 - ValorantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora