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El silencio que inundaba dentro del vehículo en movimiento sobre el aire, sin tomar en cuenta las hélices que soltaban todo el ruido posible.

—Ahora que lo pienso... — Jugó con sus nuevas armas hechas de radianita.

—¿En serio piensas? — Dijo sarcástica.

Miró hacía otra dirección mientras se equipa una de sus granadas de nanohilos; le llamó la atención un conjunto de cajas en una esquina, parecían abandonadas.

—No me sé tú nombre. — Guardó sus armas en quien sabe dónde de su cuerpo.

—Iselin Stoffen...

Deadlock le dio demasiada curiosidad aquellas cajas de cartón que ignoró a su compañera. Estando cerca, empezó a inspeccionar cada caja. Se encontró varios papeles inútiles, alguna que otra araña y...

—Mierda...

La mexicana que no le ponía atención, volteó al escuchar el insulto en el aire. Cuando reaccionó ya tenía a la de origen noruego al frente de ella con una caja que inmediatamente de hacer contacto visual, la tiró.

—Se supone que, solo éramos nosotras...

Dió un vistazo a la caja. Y se encontró a un pequeño carnalito durmiendo pacíficamente.

—A.

—¿A? ¿Es lo único que vas a decir?

—No tengo argumentos para explicar esto. Pero si quiere oírme defenderme verbalmente. No lo detecte. Ni me di cuenta de cuando subió.

Lo saco de la caja de una manera algo ruda... Agarró el cartón de seis paredes y lo volteó de tal forma que salió en forma de un peluche gordito, medio rebotó contra el suelo de metal. Esto hizo que se despertara de golpe y lo primero que vio fue la mirada asesina de una Deadlock disgustada y a una mexicana que lo veía neutral.

—Ni creas que lo voy a cuidar.

—¿Y quién te lo pidió? —Lo tomó y se lo puso en la cabeza, como solía hacer Gekko.

—Bien, pero si a esa... —Lo seguía mirando con desprecio — Cosa... Le llegará a suceder algo, estaremos en serio problemas.

—Ja, ¿Crees que no lo sé? Soy experta en meterme en problemas.

De sus bocas ya no salían solamente palabras, su respiración se podía ver; era el efecto del frío, lo que les indico que ya estaban por llegar a su destino.

Pero no solo esto les dio la bienvenida al frío lugar.
Tardó en darse cuenta, que algo los estaba siguiendo. Dejó a Carnalito al lado de Deadlock. El la saludó sin embargo lo ignoró. Mientras que Forest pidió abrir una puerta lateral, quería quitarse una duda de que no fuera una nave de Kingdom. Sus sentidos apenas funcionaban y le daban mal información del entorno.
La puerta se abrió, el frío eminente inundó toda la parte interna. Sin miedo de caerse, asomó medio cuerpo. La vista era escasa, había pura niebla, más el aire pesado y frío. Sin fiarse de la poca visión entrecerró sus ojos para enfocar un poco más la vista.

«Es inútil, ni con mi ojo podemos ver...»

—Que fastidio, ahora tenemos que estar en guardia...

Al finalizar su comentario, un ataqué inesperado le dio en la mejilla, por suerte lo esquivó, pero no salió ilesa. Con velocidad se metió y cerró de golpe la puerta.
Dos grandes rasguños provocaron que sangrara.

Estando de espaldas con su compañera, se tocó levemente las heridas, identificó que las pudo ocasionar.

—¡Mierda! ¡Debemos aterrizar ahora!

Agente Número 8 - ValorantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora