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El simple hecho de estar cambiando entornos seguido, puede traer consecuencias buenas o malas.
Forest, tiene la suerte que le tocó las buenas. Aprendió muchas cosas, entre ellas...

-¿Aprendiste a reparar vehículos?

Brimstone no se esperaba a la chica totalmente actualizada en muchos temas.

-Me vi en la obligación, estar de aquí para allá y en persecuciones constantes malgastan las cosas.

-Cierto, bueno cambiando de tema, en verdad cumpliste lo dicho.

-¿En qué momento te he fallando?

-Solo por eso, estoy profundamente agradecido.

Forest seguía admirando la nueva oficina de Brimstone, era mucho más cómoda, tenía más aparatos y tenía una mesa en medio que reflejaba un holograma del mundo.

-Obtuve mucha información, ¿Te interesa?

-No hace falta, Cypher nos mantenía informados.

-Humm, ¿Podría pedirle un favor?

-Claro.

-¿Nuestro compañero marroquín puede encontrar a esa persona?

Brimstone desvío la mirada, en todo ese tiempo, también busco sobre él, sin resultados. Sabía que ella también tenía los mismos resultados.

-Intentaremos. - Mintió.

-Entonces, es todo.

Giró para proceder a irse, el mayor no se había dado cuenta de su nueva apariencia.

-¿Y esos tatuajes?

Se detuvo.

-Solo son para darle más sentido a mis habilidades.

-Me refiero a los otros.

Tenía más tatuajes, de forma que casi cubren su espalda y algo de su cuello.

-Algunos representan cosas, este al continente de Europa. - Indicó, señaló a un Gallo galo. - Este a Asia. - Señaló un Oso panda. - Estos dos a África y Oceanía. - Siguió con un Canguro y un León. - Por último, América. - Finalizó mostrando a un jaguar.

-Interesante, me imagino es por el hecho que ya haz estado en todos los continentes ¿No es así?

-Hey, al fin de cuentas, si tienes coherencia.

-¿Y el otro? - Señaló un pequeño garabato en su cuello.

-Ya que no tengo un lugar fijo, de parte mía, tienen mi lealtad. - Se hizo más visible, era el símbolo del protocolo.

-Ojalá los demás fueran así.

-Brim, lo son, esta es mi manera de demostrarlo. - Habló - Ah, y hablando de los demás, ¿Desde cuándo esto se volvió una guardería?

-Desde el día que lo pediste "amablemente"

-Oh, cierto. En fin. Me voy, hablemos otro día sobre las razones por las cuales volví, ¿Si?

-Descansa.

La mexicana salió. No sabía que hacer primero, ir con Sage, conocer todo el lugar, dormir, comer... No sabía.

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En la sala de estar se encontraban dos personas, habían contraído una guerra de miradas. Por la estatura y edad, Forest se limitó a agacharse a la par de su altura. Su contrincante, una niña de unos cuantos años, rubia y con ojos azules. La causante de aquella guerra de miradas.

Agente Número 8 - ValorantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora