⊹ ₊‧La no tan agradable sorpresa‧₊⊹

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Aquella persona dio unos pasos hacia mí, acercándose mientras se reía. Estaba claro que su risa era más bien de alguien malvado, o algo por el estilo, además de que era intimidante.

Yo todavía estaba recapitulando, no podía creerme lo que veían mis ojos.

De las sombras salió aquel hombre. Era alto, tenía el pelo grisáceo y tenía un ojo del mismo color que los míos. El otro ojo, el derecho, estaba completamente ciego. Tenía un total de 6 cicatrices a la vista en la parte superior, y ninguna parecía causa de un accidente. Llevaba una especie de chaqueta azul (de manga larga) de botones, y un 'top' negro. El abdomen estaba cubierto de vendas, que hacía un tiempo que no se cambiaban y seguían con la sangre vieja y seca. Llevaba un pantalón largo y algo ancho, y usaba un bastón a forma de muleta, se podía apreciar que tenía dificultades para andar. También llevaba unas botas pequeñas, y una hoz levemente más grande, y afilada, de lo normal colgada de su espalda con una 'cuerda'.

-Vaya, vaya... Pero si es Hisakawa, mi gran amigo -sonrió de manera malévola, y sólo me daba más mal rollo-.

-C-Callate, no somos amigos, n-ni nada por el estilo... -Traté de corregirle a pesar de que temblaba.

Seguí intentando sacar mi katana porque sabía que me iba a tener que defender. No era ningún extraño para mí, aunque seguí sin entender cómo era eso posible.

-Oh vamos, querido... ¿Ni siquiera vas a demostrar un mínimo cariño hacia mí después de tanto tiempo sin vernos? ¿Ni un poco de respeto hacia... Tu padre? -Me preguntó, en un tono algo amenazante.

-T-Tú... ¿Tú no estabas muerto? -Reuní el valor suficiente para sacarlo de mi boca.

Aquel monstruo empezó a reírse, alzó la mirada hacia mí y me contestó.

-Pff, ¿en serio te creíste eso? Sólo viajé a otro país por un tiempo, además, el tipo que encontraron se parecía lo suficiente a mí cómo para que todo esto colase. De todas formas, nunca descubrieron su verdadera identidad.

-¿Q-Qué hiciste, monstruo? -Pregunté con las agallas que fui reuniendo.

-Oh vamos, nada del otro mundo. Yo sólo le ayudé, estaba pasando un mal rato el pobre... Únicamente cumplí con su deseo.

-Tú no eres mi padre,... Nunca lo fuiste. ¡¡Tú lo que eres es un maldito monstruo!! -Expresé mi ira hacia él.

-¿Monstruo? Si, bueno, cada quién lo llama cómo prefiere. Yo prefiero llamarlo,... 'El ayudante de Dios'. Sólo ayudo a aquellos necesitados acabando con su sufrimiento. -Me trató de justificar sus horribles acciones.

-¡Hay otras maneras de ayudarles! ¡¡Deberías estar pudriéndote en la cárcel!! ¡Mamá no merecía nada de lo que la hiciste! -Le grité a todo pulmón, desahogando mi ira.

-'Mamá' llevaba sufriendo mucho tiempo, incluso antes de tenerte a tí, yo sólo la ayudaba. Ahora ella estará descansando tranquila, sin sufrir, ni preocuparse. Tal y como merecía. -Contestó.

-......

Cada vez se acumulaba más ira dentro de mí, quería sacar mi katana de una vez y cumplir el rumor de hace años. Pero eso iba en contra de las normas de la organización, así que traté de contenerme.

-¿Te ha comido la lengua el gato, peque? -Preguntó en tono burlón.

-Tú sí que eres un verdadero demonio... Ojalá te den tu merecido pronto. Y vuelvo a repetir, tú y yo no somos familia. -Le dejé en claro.

-Ay pobrecito.. -se burló-, ¿y qué me vas a hacer? No tienes agallas para ponerme un solo dedo encima. ¿Vas a ir a llorarle a mamita?

Estaba llegando a mi límite. No soportaba a su persona, y menos aún que se burlase de mi difunta madre.

Fue entonces cuando él tomó su hoz con la mano libre. Tuve flashbacks de la infancia, y ya sabía lo que me esperaba. Estaba temblando, pero esta vez tenía que intentar hacer algo.

Pero él se me adelantó

Justo cuando iba a sacar mi katana para defenderme, me dio con el filo de la hoz, derribándome al suelo con la primera herida. 

Todas las heridas o lesiones que él tenía, fuero hechas en defensa propia por mi madre, por mí, y por otras personas. Y todas las cicatrices y tal que yo tenía... Fueron hechas por él.

Estaba sangrando, y bastante. Antes de que me diese tiempo a levantarme o a hacer cualquier otra acción, me volvió a atacar con la hoz. Me hizo otro corte profundo, éste justo en la zona del estómago, que me limitó mucho más el movimiento.

-Vaya vaya, mírate... Sigues siendo el mismo crío que conocía; débil, e indefenso... -Se burló de mí mientras se reía de nuevo.

No me había dado cuenta hasta ahora, pero aparte de temblar, volvían a salirme las mismas lágrimas que cuando era pequeño.

Apenas terminó de hablar, me atacó una y otra vez... Juro que vi mi vida pasar por delante de mis ojos, sabía que iba a ser mi fin.

-¿Y qué dices? ¿Con ganas de reunirte con mamá? -Se rió de nuevo con esa asquerosa risa-. Salúdala de mi parte, anda.

Empecé a toser sangre, pero me las apañé para conseguir hablar, aunque esas fuesen mis últimas palabras.

-J-Jamás... Ella no quiere ni querrá saber de tí... -Tosí de nuevo, ésta vez empeorando-. Se alegrará... E-El día que obtengas tu merecido... Al igual q-que yo...

-Mira niño, ya me has hartado. -Se preparó para darme el golpe final, una vez lo hizo, me perdieron.


{Narración}


Una mujer de apariencia joven y su compañero llegaron al lugar, alarmados por el olor a sangre. En cuánto vieron la escena, la joven usó su kekkijutsu para bloquearle la vista al de la hoz, mientras le encargaba a su acompañante que se llevase al chico. 

Él joven que la acompañaba siguió sus órdenes sin rechistar, y se lo llevó rápidamente y con cuidado, por si aún tuviese una posibilidad de sobrevivir, por baja que fuese.

La mujer rápidamente fue a reunir a unos policías, manteniendo su apariencia más humana. Afortunadamente, el efecto seguía en marcha y pudieron atraparle. Le sedaron, le detuvieron y se lo llevaron a cumplir cadena perpetua. La aseguraron que no volvería a ver la luz del sol, y eso la alivió.

Ella dejó el lugar rápidamente, sobre todo porque estaba por amanecer y había un joven en estado crítico, si es que no estaba muerto ya.

Llegaron a la mansión de ambos y fue a la sala médica, a tratar las heridas del paciente, ponerle una máscara de oxígeno... Básicamente hizo lo que pudo, aunque no parecía tener efecto alguno.

La mujer dejó salir un suspiro.

-Dios... Hay que ver cómo están algunos humanos -se lamentó-. Menos mal que al menos le atraparon.

-Ya ve usted, Lady Tamayo. Espero que ese se pudra en la cárcel -comentó su acompañante-.

-Normalmente te diría algo por ese comentario, pero estoy más de acuerdo que nunca, Yushiro -se giró a mirar al chico-. Sólo que no sé si realmente podremos salvarle...

-¡¡Con sus maravillosas habilidades médicas seguro que sí, señora!! -La elogió Yushiro.

Tamayo sonrió un poco, aunque seguía preocupada.

-Eso espero Yushiro, eso espero.



CONTINUARÁ...

⊹La historia de Miley Hanamisaki⊹ ₊‧[Demon Slayer AU]‧₊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora