«Oriana viaja a Italia con la condición de que sea una persona responsable pero no cumple con su palabra y debe volver a Argentina. Su papá debe "arreglar su imagen" y busca un novio falso para su hija. Enzo es elegido y los dos deben aprender a fin...
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— Hija ya ubique tus cosas en la habitación.
— Gracias, pa.
— ¿Vas a ir a despedirlo ? — pregunta mi mamá.
— Si...se lo prometí y también arreglé para ir a tomar un café con su mamá después de despedirlo.
— Bueno, yo te llevo hasta el aeropuerto.
— Gracias...
Pasó una semana desde que Enzo me contó lo de su oportunidad con Benfica. Todavía dolía tener que dejarlo ir, y sabía que iba a ser peor cuando lo vea alejarse para tomar su vuelo en el aeropuerto. No me sentía bien y estaba triste pero si yo no me seguía adelante, nadie lo iba a hacer por mi, así que, trate de ponerle onda a mis días en la casa de mis papás. En dos días me voy a Cancun con mi papá porque inauguran el hotel entonces me invitó para que me despeje un poco. Tenía un dos lugares libres para invitar a alguien, así que, le dije a Miranda y a Guada para que me acompañen y aceptaron.
Dormí con él solo dos noches más y después volví a mi casa. Fui trayendo mis cosas de apoco porque iba a visitarlo por la tarde y merendábamos juntos. Fue difícil volver a acostumbrarme a dormir sin él, la primer noche no dormí bien. Lo extrañaba bastante, y lo peor era que esto recién empezaba.
(...)
— Ay, Hijo...te voy a extrañar mucho... — habla su mamá mientras lo abraza, estaba luchando por no llorar pero se notaban que algunas lágrimas se le escapaban.
Se despidió de su familia y llegó mi turno. Se alejaron un poco brindándonos espacio para que podamos hablar. Mis lagrimas ya nublaban mi vista, así que, lo primero que hice fue abrazarlo con fuerza aferrándome a él.
— No puedo dejarte ir...
— No llores, no me gusta verte mal...
— Cómo sabía que me iba a pasar esto... — me referí a las lágrimas y a mi nudo en la garganta — te hice una carta, si tenes tiempo léela o sino tirala y me haces creer que la leíste — me reí y él la agarró. Abrió su mochila y sacó otra carta.
