DIA 4

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— Marcos... Marquitos... primo. — esta vez fue Juli quien despertó al primo que se había dormido sentado mientras le hacía mimos.

— Hmm?.— abrió sus ojos.

— Buen día primo, ya es de día.— Soltó una risita.

— De verdad prima? pasó tanto tiempo?.— se enderezó.

— Si, todavía no se despertó nadie igual, queres acostarte conmigo un ratito?.— susurró.

— si, claro.

Marcos se levantó del suelo con cuidado ya que le dolían las rodillas de haber estado tanto tiempo en una mala posición, y se acomodó al lado de Julieta que lo miraba con ternura. Pasó su brazo por encima de su cintura y comenzó a acariciarle la misma con cuidado.

— La verdad es que me siento muy bien cuando estoy con vos, me olvido de todos mis quilombos. — Habló ella.

— En serio Juli? A mí me pasa lo mismo, estoy muy tranquilo cuando estoy cerca tuyo.— le sonrió.

Ambos chocaron sus miradas y comenzaron una guerra con las mismas, era como sus ojos quisieran hablar y decirse todo lo que no se animaban o tenían guardado hace tantos meses. La mirada los penetraba, era una conexión muy fuerte, para ellos el tiempo se detuvo ahí y se aislaron en una burbuja propia, nada más importaba, solo ellos.

— Me muero por darte un beso.— confesó la rubia que en cuestión de segundos estaba rozando su nariz con la de él.

— Yo también Juli.– El salteñó mordió un poquito su labio inferior y su mirada se fue directamente a los labios de la chica.

Este gesto del morocho fue el pase directo para que Julieta se lanzará a su boca, lo atrapó con brazos y piernas tipo koala y cortó la poca distancia que había entre ellos con un beso.
Se deseaban mutuamente, cada movimiento de sus labios era más intenso, se estaban disfrutando, habían esperado meses para este momento y no iban a desperdiciarlo.
La falta de aire era inminente, la guerra con sus lenguas había comenzado hace unos segundos y no querían separarse. Julieta tomaba con fuerza el cuello de Marcos para no separarse, y este hacia lo mismo con la cintura de la rubia para pegarla más a su cuerpo. Pero sin embargo la falta de aire les ganó y tuvieron que separarse, se miraron fijamente a los ojos y ninguno emitía palabras, estaban procesando lo que había pasado hasta que a Juli se le formó una sonrisita casi por inercia.

— Sos hermosa.— susurró Marcos al ver la pequeña sonrisa que se formaba en el rostro de Juli.

— Vos también, mucho.— no dejaba de mirarle los ojos.

La puerta de la habitación se abrió de golpe e hizo que por instinto se separaran rápidamente. Era Camila, como siempre arruinando sus momentos, avisando que el desayuno estaba listo.
Ninguno entiende en que momento pasó, pero ya estaban todos despiertos, para ellos solo fueron dos minutos.. que vergüenza! seguramente toda la casa los vio besándose.

— Buen día...— Dijo Romina que se notaba que estaba aguantando la risa.

— Hola..— respondió Marcos avergonzado.

— ¿Durmieron bien?— Soltó Nacho.

— Re.— le guiñó el ojo Juli.

— Si, se notó...— Romi soltó la risa que venía aguantando.

— Shh, basta me hacen poner colorada.— se quejó la rubia.

Todos se sentaron a desayunar mientras las miradas de los dos tortolitos se buscaban constantemente, se debían una charla, pero ninguno de los dos se animaba a afrontarla.

7 días - Marcos & Julieta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora