Prólogo

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Lucerys Velaryon había crecido escuchando historias sobre la bestia marina que acechaba las profundidades, tan grande que podía tragarse un barco de un bocado y causar olas gigantes con el movimiento de su cuerpo. Alargado como serpiente y con la cabeza de un dragón, negro azulado como las mismas aguas del fondo marino, ojos amarillos brillantes y dientes del tamaño de un mástil.

“El Leviatán solo responde al llamado de un verdadero Velaryon, uno que valga la pena servir” decía su abuelo mientras lo cargaba en sus brazos.

El dragón del mar tiene siglos sin mostrarse completamente pero Corlys logró hacerlo responder al llamado de su sangre cayendo al agua una vez, varios barcos se sacudieron observando una enorme sombra deslizarse debajo de ellos mientras un sonido similar al de una ballena se escuchaba retumbar, la figura era tan ancha como el navío más grande ahí y la parte que lograron ver tan larga como un camino. Laenor Velaryon no pudo hacer que se mostrara pero el sonido que escucharon de las profundidades y el oleaje que se sintió fue clara muestra de que la bestia había respondido a él. Además de ellos ningún otro Velaryon de generaciones vivas logró tales hazañas.

Después de esas únicas ocasiones el Leviatán no ha vuelto a verse ni oírse, se dice que duerme por décadas, siglos incluso. Solo sale a cazar ballenas y Krakens sin acercarse demasiado a la superficie y regresa a las profundidades, esperando por un amo al que le juró lealtad milenios atrás.


Stronger: Dragon of the seaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora