06. Cursed

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Fueron solo segundos, Lucerys sabía que no podía sobrevivir a una caída de tal altura así que cerró sus ojos y espero, rezando al Dios Ahogado tuviera piedad con él. Como si sus plegarias fueran escuchadas algo se levantó de entre las olas, una enorme bestia impulsó su cuerpo hacia arriba, escupiendo agua que poco a poco golpeó el cuerpo que caía hasta amortiguar su aterrizaje en una enorme boca donde las partes distales de una lengua bifida lo envolvieron antes de que las fauces se cerraran, dejándolo inconsciente en la oscuridad mientras su salvador se volvía a sumergir.

La enorme cavidad dónde Lucerys descansaba tenía aire pestilente, era húmeda y rojo carne. La bestia se movía bajo las aguas serpenteando rápido directo a dónde sabía estaba el hogar de la sangre de su amo.  No se acercó demasiado a la costa, bastó llegar junto a un enorme barco anclado cerca, uno de los vigías Velaryon apostados ahí a modo de protección.

El sol de estaba levantando en el horizonte y ahí, frente a toda una tripulación una enorme cabeza surgió del mar, mostrándose casi tan grande como el barco visto de frente. Los hombres se volvieron un caos, gritando llenos de pánico mientras buscaban algún arma para intentar defenderse, sin embargo el monstruo no se movía, los observaba con esos brillantes iris ámbar como si leyera sus corazones. Antes de que alguien hiciera un movimiento estúpido el Leviatán abrió sus fauses, estirando su lengua hacia afuera y lanzando cuidadosamente su carga sobre el suelo del barco para luego cerrar de nuevo el hocico, aún quieto e imponente.

Los marineros observaron todo con asombro y temor, pronto el capitán corrió hasta el muchacho empapado en agua y baba, no había ni un solo hombre de Velaryon que no reconociera a su joven amo. Lucerys respiraba y no parecía tener heridas aparentes además del desgarro en la piel de su hombro.

Con gran cuidado para no molestar a la bestia el hombre tomó en sus brazos al joven, gritando que el boticario atendiera al príncipe mientras lo llevaba a un camarote. La bestia volvió a hundirse en el agua pero no se alejó, todos podían ver la enorme figura recostada en el lecho marino que era lo suficientemente poco profundo como para dejarlos observar la sombra de la bestia.

Cuando la herida en el hombro del joven estuvo limpia y vendada un bote salvavidas fue preparado, subieron a Lucerys en él y varios hombres, incluyendo el capitán remaron hasta la costa de Driftmark, dónde fueron recibidos por más guardias que pronto alertaron a los señores del castillo. Laenor llegó rápidamente a la playa, tomando en sus brazos el cuerpo alargado de su hijo, Lucerys no era pequeño y frágil, medía más de 1.70 y aunque delgado tenía algo de músculo y era pesado, diferente a lo que se esperarían de alguien de su casta.

Cuando el castaño estuvo acostado en su mullida cama, seco después de que las sirvientas lo cambiaran de ropa y asearan su cuerpo, la familia por fin pudo sorprenderse por la historia de sus subordinados, quienes hablaban con gran asombro de lo que habían presenciado. Era increíble, Lucerys había logrado hacer que el Leviatán lo llevara de regreso a casa pero aún había demasiadas incógnitas, ¿Cómo había llegado el joven a encontrarse con la bestia?, ¿Dónde estaba Arrax?, ¿Qué había pasado en Storm's End?

Pasaron horas para que que el castaño lograra abrir nuevamente los ojos, enfocando su entorno con pesadez. —¿Dónde...?— susurró con la voz ronca antes de echarse a toser.

—Oh cariño, estás en Driftmark, no te esfuerces demasiado.— le dijo Rhaenys, ayudándolo a levantar la cabeza y tomar agua de la copa que le ofrecía. —El maestre dijo que tienes dos costillas rotas, hay vendas cubriendo tu pecho y la herida en tu hombro ya fue tratada también.

—¿Qué pasó en ese lugar, Luke?— preguntó Corlys mientras se sentaba al borde de la cama junto a su esposa para tomar la mano de su nieto que no era sostenida por Laenor.

El menor se tomó algunos minutos para recapitular los hechos, su cabeza dolía y todo se sentía increíblemente brumoso e irreal, lo último que él recuerda es haber sentido mucha agua golpeando su espalda y algo blando y húmedo envolviéndolo.

—Yo no, no estoy seguro. En Storm's End estaba Aemond, Borros rompió su juramento para unirse al Usurpador. Discutí con Aemond y después él me persiguió en Vaghar cuando intenté regresar a casa.— relató, sintiendo como Laenor quitaba algunos mechones rebeldes de su rostro. —Perdí el control de Arrax y este atacó a Vaghar, fuimos capturados por una de las patas de esa bestia pero sus garras rompieron las ataduras de la montura y caí, creí que moriría pero después sentí agua y algo caliente envolverme, me desmayé después de eso.

—¿Entonces no recuerdas como llegaste aquí?— le preguntó Laenor con voz trémula.

—No, lo siento, yo...

—Está bien pequeño, sobreviviste y es lo único que importa.— interrumpió su padre. —Me alegro que el Dios Ahogado te trajera de nuevo a mi.

Por primera vez en mucho tiempo se permitió llorar frente a su familia, abrazándose a su padre y abuelos que lo envolvían en su calidez. Estaba a salvo, sobrevivió y solo podía esperar que Arrax también estuviera bien, aún sentía su lazo así que debía estar vivo. Después de unos minutos más de mimos su abuelo le explicó lo que los marineros habían dicho, sobre cómo esa mítica bestia de la que siempre le contaban cuentos e historias para dormir lo había salvado y traído de regreso a casa.

Lucerys no podía creerlo, parecía completamente descabellado que alguien como él lograra tal cosa, después de vivir toda su vida escuchando susurros de su bastardía, sintiéndose insuficiente para su puesto e indigno de todo el amor que recibía de su familia.

Esa tarde, mientras Lucerys descansaba Rhaenys partió a Dragonstone para informar del incidente a Rhaneyra. Probablemente los Verdes pensaban que Lucerys estaba muerto, la noticia no tardaría en esparcirse y no necesitaban que la pobre mujer que acababa de perder a un hijo sufriera por otro. Por suerte la Reina que Nunca Fue llegó a tiempo, le explicó todo lo sucedido, asegurando que Luke estaba a salvo con su padre y abuelo, sus heridas sanaría pronto, Arrax seguía vivo y había posibilidades de que Lucerys tuviera un vínculo con la bestia de las profundidades.




Stronger: Dragon of the seaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora