04 | Vante

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El ambiente se había tornado tenso y bastante confuso para Eunji, podía sentir que sus pensamientos estaban a flor de piel viéndose casi transparentes ante el imponente hombre al frente, lo cual le producía incomodidad, apretando levemente sus nudillos cómo consecuencia de ello, era demasiado atractivo y tentador tenerlo así de cerca.
La manera en la que le había pronunciado la posesividad que comenzaba a ejercer en ella de alguna manera la había puesto nerviosa y eso no la dejaba pensar claramente, se había dejado seducir por un psicópata.

Tragando saliva de vez en cuando y sintiéndose cada vez más nerviosa por su espacio personal invadido por Yoongi, se intensificó en cuanto esté deslizó su mano izquierda por detrás de su nuca atrayendola hacía el, quedando a tan solo milímetros de sus labios.

—Hoy serás mi trofeo, no quiero que cometas ningún error — Y entonces volvió a la realidad en cuanto el pelinegro pronunció esas palabras — Nadie va a ayudarte a escapar si es que pensabas huir — Siguió acariciando la mejilla de la castaña cómo si de consolarla se tratara — A menos que quieras ser nuestro espectáculo de la noche, créeme esos sujetos son mucho peor que yo, son asquerosamente repulsivos con sus víctimas.

Eunji confundida por lo que estaba por suceder se percató de las palabras de Yoongi y supo que la loca idea de pedir ayuda era una completa idiotez , si quería seguir con vida tenía que continuar obedeciendo las órdenes del pelinegro.

De golpe Yoon tomo el mentón de la castaña y un quejido se escuchó por lo bajo debido a la fuerza que esté había ejercido, el cual no se inmutó del dolor de aquella chica ni por un segundo.

—Esta noche serás mi pareja así que actúa como tal, tu definiras si querrás un precioso castigo o alargas un poco más tu vida cariño — Sonrió ampliamente viéndose así muy alegre como si lo que dijo fuera algo demasiado simple.

Eunji lo único que hizo fue asentir cómo pudo debido al fuerte agarre de Yoon quién no la soltó en ningún momento.

—Muy bien nena — Dijo para luego soltar bruscamente el rostro de la joven.

Miró unos segundos a Eunji cómo si estuviera analizando el dolor que estaba sintiendo por su agarre y suspiró para después irse como si no hubiera sido el causante de sus quejidos.

La castaña estaba desesperada y frustrada por tener que vivir en constante agonía por un tipo totalmente loco, pero que opción tenía si ella misma se metió en su territorio por su propia voluntad, era como si hubiera sido atrapada por una especie de ratonera cara con su consentimiento.

Las horas pasaban y su respiración se aceleraba constantemente por tan solo imaginarse viendo a Yoongi cruzar la puerta de su habitación, mientras se arreglaba lo mejor posible para evitar ser maltratada por el hombre, sus cortes aún dolían ya que no habían sanado del todo, pero la tranquilizaba el hecho de que no quedaría cicatriz de ello.

Su cierre era lo único que le faltaba para estar completamente vestida, después de maquillar su cuello y ocultar la herida que apenas cicatrizaba, pero sus heridas en la espalda no la dejaban abrochar correctamente el vestido, y como si sus pensamientos hubieran llamado a alguien para su auxilio, la puerta de su habitación se abrió.

—Es hora de...—Se pausó mirando la espalda descubierta de Eunji con un fino vendaje, dejándose ver por su cierre desabrochado.

Y sin decir palabra alguna se acercó para subir el cierre de la fémina quien solo tragó saliva apretando ligeramente los ojos por la presión que ejerció el vestido contra sus heridas.

—Gracias Seokjin — Sonrió de lado recibiendo el mismo gesto por parte del pelipurpura.

—Los invitados esperan por usted y su querido anfitrión...— Eunji acortó la frase del joven.

Tʜᴇ Sʜᴀᴅᴏᴡ CᴀsᴛʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora