Daechwita

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Existe un principio por el que la mayoría se conduce, utilizandola como una excusa para sus actos más atroces permitiendo obtener una aprobación para su realización.

Esta se manifiesta de tal manera que toda acción genere una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto; o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en direcciones opuestas.

Lo que resulta perturbador del hecho de que jóvenes inexpertos estuvieran asociados a una organización que estaba fuera de ser legal y mucho peor, fuera de ser algo benigno, encontrando sus actos  completamente justificables.

—¡Ya basta!, ¡Por favor! — Los gritos eran evidentes, pero el joven que había hecho del templo de su castillo una masacre no paraba de sonreír y manchar sus manos aún más de sangre. — Yo no quería que tú madre muriera entiendelo — Gritó Jimin con lágrimas en los ojos atrayendo la mirada del adolescente que sometía a su grupo de “amigos”

—Mi querido y perfecto Park Jimin — Se agachó a la altura de este. — Tús súplicas no harán que crea lo contrario, tú la mataste — Sonrió mientras una lágrima atravesaba su mejilla.

¿Qué se suponía que era todo el alboroto?, ¿Porqué ningún rey era capaz de controlar el temperamento y el caos que había creado la nueva personalidad de Min Yoongi?

La respuesta era simple, él había causado temor en los psicópatas más despiadados que alguna vez haya tenido su organización, «Sus propios hijos» eran la causa de ello.

—¿Lisa porque no te acercas un poco? — Animó a la chica que tenía dislocado el hombro. —¿Quieres unirte a mi? —La menor asintió con la cabeza ahogando el dolor que sentía — Entonces mata a tú padre y muéstrame lo malditamente perra que puedes ser. — Sonrió ampliamente.

En su piel no había rastro de limpieza, y era lo que menos le importaba, pues eso significaba lo fuerte que había luchado por obtener el respeto que ahora todos le tenían, en su cuerpo estaba la sangre de todos aquellos que había asesinado y torturado sin descanso.

El edor en el templo era significativo al haber tantos cadáveres que comenzaban a descomponerse, así como la sangre se apropiaba también de él.

—Mi hombro...-

Yoongi no lo pensó y mucho menos aviso a la menor lo que pensaba hacer, simplemente tomó su brazo y la arrastró por el patio obteniendo gritos desgarradores de su parte.

—¿No puedes?, ¿Eres demasiado inútil para hacerlo? — Cuestionó burlándose.

—Lo haré, puedo hacerlo — Contestó temblando y mirando a su padre que había sido sometido con cadenas al igual que algunos otros elegidos por el adolescente.

—¡Eres un loco estúpido! —Gritó Jimin alterando aún más la mente distorsionada de su “amigo”

—¿Dónde está tú amante? — Volteo a todos lados — ¿En donde está mientras tú sufres de esta manera?¿hm? — Cortó la parte superior de sus dedos ocasionando un estrenduoso grito del rubio.

—¡Yoongi! — Llegó corriendo Hoseok apenas con la poca energía que le quedaba. —¡No!, ¡Déjalo ya!

—Mierda — Soltó una carcajada. — Por poco lo mato — Ladeó la cabeza — Lisa continua con lo que dije si no quieres ser la siguiente — Mencionó redirigiendo su mirada a la menor que aún mantenía recuperándose del dolor.

—¡No tienes derecho de hacer esto!, ¡Va en contra de las reglas! — Exclamó su hermano con amargura en sus palabras.

—Yo no necesito obedecer las reglas de alguien como estos reyes incompetentes, les mostraré el verdadero temor y  ellos mismos me suplicarán que sea yo quién esté al frente — Mordió su labio inferior aguantando reír — Dime, ¿quién ha sido capaz de acabar conmigo? —Miró a su alrededor haciendo ademanes con las manos — Se supone que todos aquí son despiadados — Tomó su arma con la que había asesinado a más de uno en aquel lugar— Yo solo estoy depurando la basura mi querido hermanito y tú. — Lo señaló con la espada — Eres parte de ella.

Tʜᴇ Sʜᴀᴅᴏᴡ CᴀsᴛʟᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora