Era una mañana fresca llena de brisas frías, aquel día en qué la bella castaña tan eufórica en su propio mundo giro el volante sobre si, con tal enfado ocasionando un gran estruendo al impactar el auto de manera arrebatada sobre parte de la banqueta y la carretera en la que viajaba.
Sus manos temblaban y su piel era más fría de lo habitual, las emociones recorrían su cuerpo generando que la chica comenzará a maldecir a todo aquel que se le atravesara.
—¡MIERDA!, ¡MIL VECES MIERDA!, ¡SON UNOS MALDITOS! — Manoteba contra el volante mientras las personas que pasaban por ahí la miraban raro o simplemente se asustaban al observar tales actos tan indecentes por parte de la fémina.
Tratando de controlar su respiración volvió en sí para tratar de aclarar su mente y generar alguna idea que pudiera sacarla de la situación en la que se encontraba. Múltiples cosas pasaban por su mente menos una solución, su trabajo había sido borrado sin consideración por parte de sus jefes y era en lo único que podía concentrarse.
—Era algo por lo que he trabajado tanto...— Se decía a sí misma mientras dejaba caer lágrimas sobre sus mejillas desesperada, sus deudas dependían de su sueldo y el artículo que con esfuerzo había conseguido simplemente lo borraron sin más. Limpiando estás con brusquedad miro hacía la nada hablandose a ella misma nuevamente. — ¡No dejaré que se salgan con la suya!, Les daré algo por lo que tendrán que pagarme el doble por este artículo, obtendré la información que tanto han querido..— Se pauso por unos segundos — Les daré la información sobre los castillos.
Sorbiendo su nariz sin delicadeza, volvió a limpiar las pocas lágrimas que salían por sus ojos, tomando el volante una vez más para seguir su rumbo.
Más tranquila ante sus anteriores acciones se acomodó su ropa, tomo su credencial de identificación y salió de su auto con unos documentos sobre su mano izquierda. Decidida camino hacia aquel gran edificio ante sus ojos, respirando hondo para a su vez entrar.
Sus pasos eran cortos pero firmes gracias a la mediana estatura que está tenía, que de vez en cuando mordía su labio inferior, pues no podía ocultar su nerviosismo, ya que dentro de unos minutos estaría a punto de comprometerse en dar una información que nadie en mucho tiempo había podido conseguir, pero era algo por lo que tenía que arriesgarse y ella lo sabía, sus deudas no iban a esperar. Tragando saliva instintivamente tomó el asensor y presionó el botón hacia el piso 16 que la llevarían a la oficina de su jefe.
Apretando los documentos que sostenía en aún su brazo izquierdo, tocó la oficina de su superior numerosas veces, hasta que este le permitió la entrada.
Se acercó lentamente pero firme ante lo que iba a decir enseguida.
—Señor Lee, disculpe mi demora — Hizo una reverencia en cuanto estuvo frente al escritorio del mayor.
—Me decepciona Señorita Seo, pensé que en estos momentos Químicos Minf estarían en serios problemas — Giro su silla dejando una carpeta negra sobre su escritorio y observando a la castaña con simpleza.
—M..i.. artículo fue borrado — Lo miró con ligera obviedad en sus palabras, pues el había sido causante de eso.
Una carcajada resonó en el sitio provocando que aquella joven mujer malhumorada por la notoria burla del mayor apretara sus manos formando puños, hasta hacer sus nudillos blancos por la presión que estaba ejerciendo en estás.
—Seo, me sorprende tu incompetencia — Tomo un poco de agua aligerando así su risa. — Que falta de profesionalismo, debiste ser más inteligente.
—Tengo una propuesta — Levantó la mirada la castaña viendo fijamente al hombre mayor quien no hacía más que mirarla con incredulidad.
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Tʜᴇ Sʜᴀᴅᴏᴡ Cᴀsᴛʟᴇ
Fanfic"¿Quién dijo que los príncipes solamente podían ser sacados de los cuentos de hadas?" El príncipe de los asesinatos dentro de un mundo de personas adineradas, se ve envuelto en múltiples variables, una de ellas Eunji, proporcionando un ambiente tóxi...