☆Es una promesa☆ [Hanako x Tsukasa x Tu]

☆彡彡 1 ミミ☆

Las fotos de los gemelos estaban flotando por todo el límite, la chica estaba acostada mirando al techo recordando esos lindos momentos con ellos dos. ¿Se arrepentía de algo? Sí, solo de una cosa; no haber llegado a tiempo.

Cap1; Just a promised..🌙

Los tres niños estaban desesperados, se habían escapado hacia el techo de la casa de los Yugi; hoy iba a haber una lluvia de meteoros, ellos intentaban armar el telescopio pero no entendían las instrucciones.

— ¿Que ninguno sabe leer? –reprochó el mayor de los gemelos sosteniendo los palos siguiendo las torpes instrucciones de su hermano y su amiga.

— ¡Tu tampoco sabes, Amane! –se quejó Tsukasa inflando sus mejillas.

— El dibujo dice que es así... ¿Nos falta algo?

Ambos gemelos se pusieron a pensar. Honestamente Tsukasa estaba pensando en sus propias fantasías en un mundo lleno de dulces, Amane intentaba buscar con la mirada la pieza faltante y la chica solo observaba con frustración el telescopio que apenas parecía uno.

— ¿Y si le pido ayuda a mamá? –dijo Tsukasa ya rendido.

— ¡Claro que no! Si se entera que nos escapamos nos castigará.

— Pero no hay de otra... ¿_____ tu que piensas?

La chica había tomado los lentes del telescopio y se los puso en frente de sus ojos, no se veía tan mal, pero aún así no era la mejor opción. Ambos gemelos miraban con curiosidad a su amiga que se había quedado de pijamada con ellos.

— Tengan. –extendió los lentes.

Los gemelos tomaron uno cada uno e hicieron lo mismo que la chica.

— ¡Que inteligente _____-chan! ¡Si se ve! –dijo feliz Amane.

— Sigo sin ver nada. –dijo decepcionado el menor a lo que ella rió.

— ¡Claro que no! ¡Amane tomó el lente bueno!

El chico miro avergonzado a su amiga que rió de nuevo. Tsukasa inmediatamente se puso palido.

— _-_____...

La madre de los gemelos había aparecido en el lugar. Le habían hecho preocupar al asomarse a las camas de los niños y no encontrarse a nadie. El padre, aún somnoliento, volvió a guardar el telescopio mientras la madre los llevaba hasta sus habitaciones, regañandolos.

...

— ¡No mamá! ¡Yo me quiero quedar con _____! –hacia capricho Tsukasa al tener que dejar que su amiga se vaya con sus padres.

La chica solo reía. Amane estaba durmiendo, de no ser por eso él también le estaría rogando a su amiga que se quedara otra noche más.

— Tsukasa, mañana nos veremos en el jardín...

— ¡No quiero! ¡Quedate, _____! –comenzó a sollozar.

— No llores... ¡Prometo volver cada vez que haya algo especial en el cielo! Aunque no hayamos podido ver la lluvia de meteoros hoy.

— ¿Lo prometes?

— ¡Lo prometo!

Ambos niños juntaron sus meñiques, se dieron un último abrazo y la chica se fue hacia su casa.

El menor de los Yugi, con tan solo cinco años volvió a sentir las dichosas mariposas. Era una amiga muy especial, no sólo por que se conocían desde prácticamente toda su vida, sino por que era como una segunda mamá para él, siempre lo concentia y lo trataba más cariñosamente que a su hermano, era algo de él y ella, Amane no se tenía que enterar, según él.