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Antonella

(𝘋𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘮𝘢𝘯𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘶𝘦́𝘴)

Me comí unos doritos que el Tomás tenía todos aplastaos en su mochila probablemente vencidos. Pero el trio de weones tenía hambre asi que comimos igual.
Mala idea; ahora me duele la guata y tengo el tufo hediondo (cosa que odio)

- El Diego siempre tiene chicle. —dice el Amaro después que comentara que odiaba oler mal.

- ¿Le pediriai uno por mi? porfa —le rogué a mi mejor amigo, pero ni pena le dí.

- Pidele tu oh, no creo que diga que no — bufó. —aparte, ustedes dicen odiarse pero hablan casi todas las clases por ig.

Y no es mentira.
Pero créanme que no es por gusto, simplemente nos tiramos odio.

- Es mas terca esta —dice el Tomas despeinandome

- ¡Me pegó un pelotazo! — Reclamé.

- Hace 3 semanas — responde el Amaro. — Yo digo que se gustan en secreto.

- Que hablai weas, Amaro. — me cruzo de brazos — Por otro lado.... tu y la Mari hablan harto.

Saber cambiar el tema es mi super poder ah ya.

- No cambi el tema —me corta las ilusiones— Y supera el pelotazo.

- No sé superar —digo poniéndo los ojos en blanco.

- Que eri llorona ---me empuja levemente el Tomás.

- Callense par de giles.

Noto que ellos se miran complices y me comienzo a asustar.
En menos de un segundo el Tomás me agarra los brazos y el Amaro comienza a hacerme cosquillas, después se unió el otro y yo estaba literal muriendo el el piso, tirando patadas tratando de zafarme y gritando como loca.
Odio las cosquillas, me desesperan.

- Suel-Ten-Me! —logro decir entre risas.

- ¿Qué está pasando allá atrás? ---Oigo la voz autoritaria del profe y los 3 paramos de reír.

Cagamos.

- Otra vez ustedes tres —comenta con desaprobación. —¿Cómo es que aún no los cambian de puesto?

- Somos in-se-pa-ra-bles — dice el Tomas chasqueando los dedos tratando de hacerse el chistoso y nosotros nos cagamos de la risa.

Hacer weas que dan cringe a propósito es nuestro tipo de humor, dejen piola.

El profe trató de ocultar su risa pero no le salió mucho, siempre terminamos salvandonos de los castigos.

- Hagan sus tareas y siéntense tranquilos, por favor. —Rogó y nosotros asentimos sentandonos con la postura mas derecha posible.

(.)

Este recreo le dije al Benjamin que prefería jugar voley con mis amigos ya que toda esta semana la había pasado con él y me entendió — Después de insistir como 5 veces —
Asi que ahora voy bajando las escaleras pareciendo embarazada porque me puse el balón abajo de la polera y estamos puro webeando.

- ¿Cuántos meses tiene? — Pregunta el Tomás con voz maternal.

- 10 meses, bella. — le contesto poniendo el mismo tono.

- Le quedan 3 meses mas entonces. — contesto él.

- ¿Cuántos meses dijo el piñera? —Se mete el Amaro.

- Trece. — contesta rapido el Tomate.

Ese si que es material pa' los weones

- Ma' me crece. —Contestamos al mismo tiempo el Amaro y yo.

me cai' como el picoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora