Classmate (Seroroki) [BORRADOR]

Capítulo 2: Código binario y tomatito

A pesar de correr desesperadamente y esquivando la muerte con cada cruce peatonal, llegamos tarde. Nos llevamos una reprimenda por parte de Katsuki el cuál nos encaro que su tiempo era sagrado para que idiotas como nosotros vinieramos a desperdiciarlo.

Claramente le compramos el almuerzo para que se tranquilizara un poco. ¿Y qué creen? Funcionó.

Y aunque Katsuki dijo que perdimos mucho tiempo no se sintió como tal. El ensayo de hoy fue muy productivo y al menos yo estaba satisfecho con lo bien que sincronizamos. Estoy orgulloso de todo esto.

Perdí a Denki de vista a penas acabamos de poner orden en el lugar. El muy desgraciado me había abandonado, espero que tenga por seguro que mañana no le compraré nada de merienda.

Me despido del baterista antes de irme también a mi casa, si llegaba demasiado tarde mi mamá se enojaría, y ni el diablo querría verla enojada.

Corrí hasta la estación de buses y tuve tanta suerte al no verme obligado a esperar tanto. Subí al bus mientras le escribía a mi mamá que no tardaría mucho en llegar.

Estaba un 10% enojada, así que mi vida no corría ningún riesgo por el momento. Iría a comprarle algo antes de llegar a casa y así eliminar ese porcentaje de enojo.

Mientras observaba por la ventana y en como ya iba oscureciendo, ese par de ojos peculiares se colaron en mis pensamientos e inevitablemente volví a horas antes recordando a Todoroki intentando ensayar. Por alguna razón mis orejas empezaron a calentarse. ¿Qué me estaba ocurriendo hoy?

Sacudí mi cabeza para disipar todo pensamiento intrusivo no deseado. Aunque no serviría de nada porque ya prometí ayudarle.

Podía retractarme.

Pero...

"¿En serio?"

No creo que realmente pueda haberme negado. De ninguna manera.

• • •

Cuando llegué al colegio y ví al idiota de Kaminari esperándome en la puerta, lo ignoré. A lo cuál empezó a perseguirme mientras me gritaba que era un maleducado.

- Sero, Sero, ¡Sero! - hizo un mohin con sus labios. Lo miré escéptico antes de bufar.

- Ayer me abandonaste, mal amigo. - me cruzo de brazos, ofendido.

- Es lo que te mereces por hacerme esperarte tanto - me señala con el dedo índice aún más ofendido que yo.

- Bueno, admito que me tardé de más - frunce el entrecejo insatisfecho - estuve un tantito ocupado. Perdóna...

- Claro, jalandotela.

Él ríe a lo que lo miro mal.

- Me retracto.

- ¡Vamos, Hanta! - ríe aún más escandalosamente a la vez que se abraza a mi cuello como garrapata. Lo empujo pero aún así se apega más.

- Te recuerdo que hace menos de un minuto estabas enojado conmigo.

- Ya te perdone - dice a la vez que restriega su mejilla contra la mía.

- Suéltame, tarado - niega a lo que por segunda vez en este día vuelvo a bufar.

Kaminari es todo un caso.