Capítulo 30

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Sana

—Si, ya entiendo, no debes de repetirlo siempre—me quejo con mi abogada Sakura. A Sakura la conocí a la edad de 17 años cuando era lo que es llamado "delincuencia juvenil". Me ayudó a salir se la cárcel varías veces por andar haciendo carreras ilegales. Me río de lo que hice, ya que no necesitaba el dinero, sin embargo, era un problemático de lo peor.

—Sana, sabes que lo hago por la niña—me da una mala mirada y me quedo en silencio.

A pesar de que Sakura me éste ayudando sé que me lleva rencor. Hace varios años ella se enamoró de mí y yo no pude corresponder a sus sentimientos, me siento mal, porque nuestra amistad era muy hermosa, pero tuvo que terminar.

—Lo sé. No debes repetirlo siempre que me vez—ella asiente saliendo de mi oficina sin despedirse.

Me la encontré en recepción y me dijo que el juicio está cerca y gracias al cielo ha encontrado varias pruebas que incriminan a Hyunjin. A pesar de odiarme es una excelente abogada y muy profesional.

Salgo de mi oficina y me despido de Somi que se encuentra tecleando en el computador. Me da una sonrisa y con los documentos en mano que vine a buscar camino hasta llegar a mi auto. Lo enciendo y conduzco hasta la mansión.

Cuando llego no espero ver a nadie más que a mi hija y a Dahyun. Así que subo directamente a mi habitación, entro en ella y veo todo tranquilo y muy callado.

—Dahyun—llamo terminando de entrar—amor, ¿estás?—camino hasta el baño y corro cuando la veo tirada en el suelo—¡Dahyun!—nada, no reacciona. Busco su pulso y me tranquilizo cuando siento que su corazón late. La llevo a la cama donde la dejo con cuidado. Busco mi teléfono y marco de inmediato a la doctora de la familia.

—Hola, ¿Mark?—pregunto cuando me toman la llamada.

—Sí, soy yo, ¿quién habla?—suspiro angustiado.

—Soy Sana, necesito que vengas de inmediato—él cuelga y eso me da a entender que viene hacia acá.

Me siento y miro la cara pálida de Dahyun, su respiración es lenta y tranquila. Luego de veinte minutos Mark llega con una serie de cosas en manos.

—Buenas tardes Sana—saluda entrando en la habitación.

—Es ella—ella asiente y me hace una serie de preguntas que contesto inmediatamente.

—Necesito que salgas de la habitación—niego con la cabeza y él me da una mala mirada—rápido—la fulmino y salgo.

Dahyun

Una pinchada en mi cabeza es lo que siento cuando trato de abrir los ojos. Me duele todo. Otra pinchada. Mis párpados están casi abiertos. Otra pinchada y logro abrirlos. Una luz cegadora me hace cerrarlos y es entonces donde me doy cuenta que un hombre me revisa.

—Al parecer ya despertaste—murmura sacándome sangre. Quisiera decirle que no, que sigo durmiendo y luego rodar mis ojos, pero mejor me quedo en silencio mientras termina, lo que sea que está haciendo.

—¿Sa...na?—pregunto un poco forzada, trato de sentarme pero la cabeza me duele demasiado.

—¿Sana?, está afuera esperando. La llamaré—asiento un poco aturdida. Se aleja y abre la puerta, luego veo como Sana entra y su rostro preocupado me lastima.

—Hermosa—besa mis labios y yo correspondió sintiendo que estoy en casa.

—¿Qué tengo?—está vez mi voz suena mejor y me dirijo a la doctora.

—Bueno, estaba revisando y tienes tus defensas muy bajas. Anemia. Eso es lo que tienes, tienes que comer mucho y descansar. Nada de movimientos bruscos por lo menos por una semana. Te dejaré varias recetas para que la compres y para prevenir otras complicaciones, mandaré hacerte unos análisis con la sangre que tome—asenti y reposo mi cabeza en el pecho de Sana.

—Muchas gracias por venir Mark

—Por ciertos, los mareos y desmayos serán comunes si no te alimentas y tomas vitaminas. Me despido, pronto mandaré los resultados—Sana la acompaña y yo me quedo en cama, luego viene y me besa la cabeza.

—Te amo. No sabes el susto que me diste—lo beso y me acomodo nuevamente en su pecho.

—¿Dónde está Sullyoon?—pregunto preocupada.

—Iré a preguntarle a Jihyo—dejo que se aleje y mi celular suena.

—¿Me lo pasas amor?—pregunto, ella me lo pasa y dejo que salga para atender.

—Hola Dahyun—la voz de Taehyung aparece nuevamente por la línea.

—¿Qué quieres maldito?—pregunto.

—Creo que a ustedes se les perdió una hermosa niña llamada Sullyoon—mi corazón deja de latir y mis ojos se vuelven cristalinos.

—Ella... Ella está aquí—aseguro nerviosa.

—Fue difícil conseguirla, si quieres te la pondré al teléfono—mi corazón se estruja—Dahyun—la voz de Sullyoon se escucha como si está realmente asustada—Dahyun—la escucho llorar.

—Sullyoon amor, tranquila preciosa—sus sollozos son cada vez más fuertes.

—Tengo miedo—la línea se queda en silencio.

—Minju, Minju—llamo en vano.

—Te la daré, pero te quiero a ti con cinco millones de dólares, sino; la mato—cuelga mis lágrimas son como mares. Cada vez que siento que puedo tocar el cielo con la felicidad alguien o algo aparece y me la arrebata. Maldición, odio todo lo que venga de mí. Porque lo único que viene es tristeza y dolor a personas que no merecen ni un poco de esto. No lo merecen.

—Dahyun—puerta se abre y Sana entra, su rostro preocupado es notable.

—Sana... Lo siento tanto, yo...lo siento, todo es mi culpa, todo es...

Mis sollozos se vuelven en gritos descontrolados. Ella se acerca y me abraza, oculto mi rostro en su cuello mientras las lágrimas caen cómo cascadas por mis ojos chocolates. Su aroma que siempre me trae paz y tranquilidad ahora no lo hace. Nada lo hará. Prefiero que me maten antes de que le pase algo a ellos y más aún a esa niña que quiero como mi hija.

Abrazo fuerte a Sana mientras ella me acaricia tratando de calmarme, pero nada lo hará. Solo ver a Sullyoon sana y salva, solo eso me regresaría la tranquilidad. Sullyoon. Sus curiosos ojos del mismo color que los de su madre. Aquellos hermosos ojos que transmiten felicidad, cariño, anhelo... Paz. Esa niña. Tan hermosa. Tan especial. Su cabello castaño largo y que nunca está enredado y mucho menos feo. Siempre perfectamente peinado. Su risa. Su cara. Todos y cada uno de los momentos que compartí con ese pequeño ángel me atraviesan haciéndome sentir asfixiada. La necesito sana y salva.

—Dahyun—la voz de Sana me hace mirarla. Esos ojos tan impresionantes—necesito que me digas que pasa amor—me odiarás.

Abro mis labios con la intención de hablar, pero ellos solo tiemblan mientras mis manos arrugan la camina de Sana.

—Yo...

Mi voz se pierde en otro sollozo. Esto me supera. Más de lo que creía.

—Sana—Chan entra con lágrimas en los ojos.

—¿Qué sucede Chan?—pregunta Sana preocupada.

No lo digas. La matarás en vida.

—Se llevaron a Sully—responde llorando. Los ojos de Sana se abren tanto que creo que por un momento se saldrán de su lugar. La habitación queda en silencio. Solo se escucha el sonido de los sollozos de Chan y los míos. La mirada de Sana se pierde en un punto fijo por algunos minutos para luego caer en mi persona.

—¿Qué significa esto Dahyun?—pregunta y yo solo lloro.

Parezco Magdalena llorando, pero esa mirada. Ese tono de voz. Esa expresión. Jamás llegue a pensar que ella la usaría conmigo, pero entiendo que esto ya no es un juego. La vida de una de las personas más importantes que tengo corre peligro. Y la cordura de la mujer que amo igual.

—¡Contesta maldita sea!—su voz me hace saltar en mi lugar..

—Chan... ¿puedes salir un momento?—él asiente y se aleja llorando.

—Habla—la desesperación en su voz me mata.

—La secuestraron. Secuestraron a Sullyoon. Y todo por mi culpa—confieso... ¿será este el final de nuestra historia de amor?

My daughter's nanny (Saida G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora