My daughter's nanny (Saida G!P)

Capítulo 39

Dahyun

No hay nada más hermoso que poder despertar y ver a la persona que ilumina mi vida y me da razones para continuar luchando hasta el final. Se le ve agotada, sin embargo, parece una linda princesa durmiendo.

Los recuerdos de mi bebé llegan a mi mente, sería tan lindo como Sana si no lo hubieran arrebatado su vida. Sonrío porque sería igual de protectora y terca que su madre, pero entonces algunas lágrimas traicioneras bajan por mis mejillas. Las limpio de inmediato porque le prometí que no iba a sufrir.

Bajo lentamente hasta el cuello de Sana. Parece que fue hace una eternidad la última vez que me permití oler su hermosa fragancia, esa enloquecedora fragancia hormonal para mí. Paso un dedo delicadamente por su rostro, por sus relajadas facciones. La extrañe tanto. La amo tanto, pero hay veces que creo que nuestro amor es prohibido. Que daña a los demás y a nosotros mismos. Que solo preparamos las armas para que puedan atacarnos sin defendernos. Pero a pesar de eso, no puedo. No puedo dejarla porque mi cuerpo la llama como un imán, no puedo soltarla porque con lo único en esta vida que he sido egoísta es con ella. Con este amor que quema mi pecho, que pide a gritos ser liberado. Este por el cual estoy respirando y viendo a la mujer que amo dormir plácidamente en una camilla de hospital. Beso delicadamente su cuello y es como si volviera a renacer. Mis labios están un poco gruesos y molestoso por el tiempo que seguro pase aquí. Pero disfruto ver como ella se deja besar para luego abrir esos impresionantes ojos avellana. Mira a los lados y luego sus ojos se clavan en mí. Una sonrisa adorna mi rostro en espera de ella.

—Ho...la, Sa...na —sonríe—vol...vi—digo con lentitud porque me cuesta hablar.

Una lágrima solitaria sale de esos magníficos ojos para luego abrazarme con cuidado. Llora, porque siento sus lágrimas mojar mi bata y escucho sus sollozos.

—Te extrañé tanto Dahyunnie—susurra en mi oído. Sin quererlo mi piel se eriza y es que ese es uno de los efectos de Sana en mí.

—Ya...volvi...a ti—gruño molesta porque hablar de esta manera la odio.

—Te amo tanto—mi corazón late fuerte porque aún no me acostumbro a que diga esas palabras, yo la amo más.
Miro su rostro y acaricio sus facciones lentamente, su boca me llama y me acerco a ella para plantar un saludable y hermoso beso. Extrañaba tanto esto. Que sus labios acarien los míos como el aire a la piel. Que mi corazón no se sienta solitario junto a de ella. No recordaba todas las emociones que Sana causaba en mí. No recordaba cómo estos sentimientos crecen y crecen cada segundo que el reloj marca. Me separo lentamente y hago el intento de mover mi cuerpo, pero un horrible dolor me atraviesa haciendo que suelte un quejido de dolor.

—Dahyun—Sana me revisa y su cara preocupada pasa a una más tranquila—tienes que guardar reposo amor—la miro confundida—te dispararon—asiento en acuerdo.

—Yo...tam...bi...en—me jode no poder hablar—te...a...mo—ella me regala otra sonrisa. Mis ojos sin quererlo empiezan a brotar lágrimas y ella me abraza.

—Ya, estas a salvo Dahyun. Nada malo volverá a pasarte, te cuidaré y protegeré hasta con mi vida pequeña, pero no llores porque eso me parte el corazón—comenta y solo me aferro a ella para no hundirme en el abismo de dolor que me atraviesa en estos momentos.

Un dolor agonizante se apodera de la herida y me siento tan cansada. Miro hacia mi estómago y veo sangre, Sana me suelta y sale corriendo a buscar doctores, pero yo caigo en la inconsciencia.

***

—Mi bebé—escucho la voz de la persona que me trajo al mundo—haz tenido que sufrir tanto mi Dahyun querida—sus sollozos me hacen abrir los ojos para mirar frente a mí.

—No...llo...res...ma...mi—sus ojos se clavan en mi cuerpo y rápidamente se levanta del sillón en el estaba un momento antes.

—Dahyun, hija. Qué bueno que despertaste corazón-—dice con alegría

—¿Qué....me...pa...só? —pregunto confusa.

—La herida se abrió un poco por tu imprudente movida—asiento cerrando los ojos un momento para luego abrirlos—el doctor dijo que debes descansar mucho. El reposo te ayudará.

Asiento cansada, pero la puerta se abre y un olor peculiar y que odio llega a mis fosas nasales.

—¡Dahyun! —el grito de Nayeon retumba haciendo ecos en la blanca habitación.

-Si...go...o...di...an...do...tu...per...fu...me—ella me mira fulminante y pareciera que me quiere arrancar la cabeza de un solo golpe.

—Insensible, mis sentimientos—se toca el pecho dramáticamente y yo ruedo los ojos—además, sabes que te fascina mi irresistible olor—se acerca y me hace oler su cuello.

—Iugh—murmuro disgustada.

—Señora, hable con su hija. ¡Está insoportable! —grita molesta y cruzándose de brazos lo que causa mi risa.

—Hija, se un poco sensible con la niña—ella me saca la lengua de lo más infantil.

—Nayeon, apoyo en todo a Dahyun—la voz de Sana me envía descargas al cuerpo y mis ojos la buscan de inmediato. Ella se acerca y me da un pequeño beso en los labios—hola pequeña—sonrío y le guiño un ojo.

—Tanto romanticismo afecta mi salud—murmura divertida Nayeon
.
—¿Ce...lo...sa? —pregunto arqueando una ceja.

—Para nada—responde con una espléndida sonrisa. ¿Soy yo o ella está más feliz de lo normal?

—El tiempo que estuviste dormida prácticamente ella y Momo me tuvieron una película de mala calidad romántica—murmura Sana causando una carcajada que luego me lamento al sentir dolor.

—¡Eso es mentira!—chilla ella.

—Sabes que es verdad—Sana toda juguetóna saca la lengua y yo solo pregunto, ¿en dónde quedó la madures de estas personas?

—Familia—Momo entra como si fuera una actora de alguna película donde los chicos entran y todo el mundo voltea a ver porque es ella más popular. Creo que el tiempo que estuve en cama afecto mi cerebro.

Ese estaba dañado hace mucho tiempo.

—Hola—saludo emocionada—hace mucho que no me visitabas conciencia—ella me mira indignada y chaqueando los dedos habla.

—Fuiste tú la que me abandonó por tener sexo salvaje con el bombón de Sana—la miro sorprendida

—Eso es mentira, siempre te llevo presente—le digo sonriendo.

—Dahyun, ¿cómo estás? —pregunta Momo mirándome sonriendo.

—Estoy...me...jor—por lo menos hablo con más normalidad.

—Qué bueno.
Ahora me abandonas por Momo.

—Deja los celos.

—Deja de tener sexo con Sana.

—¡Jamás....dejaré....de...te...ner... Sexo...con...Sana! —grito y todos los presentes me miran raro. Yubin quien llevaba un vaso en la mano lo deja caer y Minho me mira con los ojos fuera de órbita. ¿Enserio soy tan estúpida?