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Jisoo se escabulló a la sala de estar un poco después, ya se había cambiado de ropa

-Ponte tu abrigo. Vamos salir.

Levanté la vista de mi libro y parpadeé desde mi esquina del sofá. Luego miré por la ventana. La inusual nieve continuaba descendiendo en grandes y gordos copos. Como cualquier texano, cara a cara con la nieve, mi instinto fue escondernos en casa.

-¿Vamos salir? ¿Por qué?

-Vamos por algo romántico. Para hacer el día especial. Te dije que haría esto especial para ti, y planeo mantener mi palabra. -Sonaba irritada. Bueno, caramba, este era un comienzo favorable.

-Claro -dije, apartando mi libro a un lado y deslizándome en mis nuevas zapatillas-. Podemos salir.

Estaba allí en un momento, tendiéndome una chaqueta nueva y apretando un gorro tejido sobre mi cabeza. Arreglé mi cabello en dos coletas trenzadas para mantenerlo fuera de mi cuello, y probablemente parecía de trece bajo el gorro. Pero la dejé ayudarme a vestir, en su estado de ánimo probablemente no era prudente detenerla, y la seguí mientras se dirigía a la parte delantera de la casa.

Una canasta de picnic estaba colocada en la puerta. Le eché un vistazo a la ventana de nuevo. Seguía nevando, bastante fuerte.

Miré de vuelta a la canasta de picnic y fruncí el ceño. ¿Realmente esperaba tener un picnic al aire libre? Me puse mis guantes de un tirón y la seguí hacia fuera, mientras levantaba la canasta.

Jisoo no llevaba una chaqueta, supongo que el frío no la afectaba como a mí. Llevaba una camisa de franela clara y pasó su mano por el cabello, mirando al rededor.

Me detuve detrás de ella.

-¿Qué estás buscando?

-Nada -dijo escuetamente y comenzó a caminar a través de la fresca nieve, en dirección al bosque.

Esto iba a ser tan divertido. Cerré la puerta tras de mí y la seguí, cerrando mi chaqueta.

Caminamos con dificultad por la nieve en silencio. Si no hubiese estado tan ventoso, podría haber sido bastante lindo afuera. La nieve estaba cayendo y el bosque todo cubierto de blanco, mezclado con los árboles de hoja perenne a la distancia. También me alegré de ver que estábamos manteniéndonos en las claras y abiertas áreas.

Si mi compañera no hubiese estado tan tensa, habría sido una clase de aventura. Por supuesto, si ignoras el dedo y la sangre de anoche. No podía evitar estar un poco nerviosa hoy, incluso a plena luz del día.

-Un poco más adelante -ladró Jisoo, y troté tras ella. Mis zapatillas no estaban exactamente manteniendo la nieve fuera y mis medias se mojaron. Más diversión a cada minuto.

Por poco choco contra la espalda de Jisoo cuando se detuvo abruptamente y puse mis manos en su cintura para sostenerme.

Saltó como si se hubiese quemado.

-Voy a acomodar todo.

La miré con frustración, luego me di por vencida. Nos detuvimos en la orilla de un arroyo que se cortaba a través de los árboles. Escarcha y nieve surcaban el fangoso margen, y el agua helada corría delicadamente sobre las rocas. Era muy bonito.

Me giré para mirar a Jisoo, quién había arrojado una manta roja en la nieve. Una roja manta en forma de corazón y ahora estaba descargando el resto de la canasta de picnic.

Qué. Demonios.

-Ven, siéntate -dijo. Debió notar lo malhumorada que eso sonaba, porque un reticente "por favor" le siguió.

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