CAPITULO 10

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Han pasado unas horas desde que vi a Derek y siento una punzada en el estómago, mientras me encuentro de pie, al frente de la firma de abogados. Estoy nerviosa  de verlo, ¿Qué le voy a decir? ¿Cómo voy a reaccionar cuando lo vea?, doy un paso  y saludo a la chica de recepción luego me dirijo hacia los elevadores, subo muy, muy distraída y cuando salgo tropiezo con Derek.

                                                                                   

—   ¡vaya! me encanta empezar el día con un tropezón señorita Grenwoods—esboza una sonrisa— ¿está usted bien el día de hoy?

 

Hago un pequeño mohín, sorprendida ante  la tranquilidad con la que me habla este hombre y ayer las cosas que me decía... ¿cómo puede actuar con tanto desapego?

 

—   Muy bien señor achen— le dedico una sonrisa falsa— discúlpeme tengo que trabajar.

—   Está bien señorita Grenwoods, me gustaría tener una reunión con usted al finalizar la tarde— se abre el elevador — a las cinco. Adiós.

 

Se cierran las puertas de elevador y como siempre me deja ahí sin poder decir una palabra. Me dirijo a mi oficina y cuando entro se me contrae el estómago, siento un punzón de decepción. Esperaba otra reacción de su parte, un poco más...—a quién engaño. Derek achen, ese hermoso adonis, ese hombre con fama de mujeriego, y que seguramente debe estar liado con varias mujeres, ¡no siente nada por ti! Me grita ese pepe grillo que tenemos todos en el interior. Vale lo entiendo, no podría esperar más.

El día  pasa apresuradamente, fue una tarde muy ocupada, me gusta eso porque no me deja pensar en Derek. Cuando termino cojo mi bolsa, estoy lista  para salir, cuando nuevamente tropiezo con él

—   Señorita Grenwoods ¿no me diga que olvidó nuestra reunión?

 

¡Vaya! La verdad, si lo había olvidado— claro que no, sólo  pensaba esperarlo en la sala de reuniones— miento y parece que me cree.

— Mmm. Yo estaba pensando en algo como en ir a cenar. Muero de hambre y me gustaría que me acompañara.

 

Me ruborizo, aunque en el fondo me encanta la idea de cenar nuevamente con él.

 

—   También muero de hambre—murmuro— lo sigo señor achen.

—   Derek. Me gusta más Derek— espeta.

—   Siempre y  cuando yo sea Emma y no la señorita Grenwoods.

 

 

Los dos reímos, nos dirigimos al elevador bajamos hasta el estacionamiento, esta vez nos ponemos de acuerdo y decidimos que cada uno debe ir  en su coche, yo lo seguiré a él. Esta vez me lleva a un restaurante diferente en toda regla, es más de mi gusto, no tan elegante como en el restaurante francés. El restaurante es muy bonito es pequeño pero muy acogedor, tiene la apariencia de un pequeño restaurante italiano con sus manteles a cuadros y unas velas en el centro de las mesa. Todo, al estilo clásico de Disney "la dama y el vagabundo" que tonta soy no puedo evitar sonreír.

NO ME DEJES, NO ME OLVIDESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora