𝐀𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄𝐍𝐓𝐄 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡

CAPÍTULO DIECIOCHO

Cuando Jimin despertó no quería moverse de la cama. Había dormido tan solo unas horas esa noche porque seguía rememorando los sucesos del día anterior una y otra vez. Primero cómo había adquirido más confianza con Jeon durante el viaje de regreso a Chicago gracias a haber empezado a tutearlo. Recordaba cómo se había burlado de él cuando le contó cuál era su película favorita. Tenía una obsesión por Hechizo de luna, se sabía la mayoría de los diálogos y jamás se cansaba de verla. Cuando se lo dijo a el alfa éste sólo se rio, no supo por qué exactamente pero se alegró de que se riera genuinamente junto a él. Era la primera vez que lo hacía, la segunda fue después de cenar cuando empezó a decir estupideces... Cada vez que pensaba en lo que había dicho tenía que taparse la cabeza con la almohada de la vergüenza que le entraba.

Se pasó la noche mirando su móvil, creyendo que quizás su jefe lo llamaría para disculparse por lo que había pasado. Pero por supuesto que no lo hizo, era un alfa y estaba enojado con él, no tenía por qué disculparse en realidad por mucho que Jimin hubiese deseado que lo hiciese.

Miró el reloj de su cómoda y bufó porque era tarde. Se irguió, sentándose en la cama, y pensó seriamente en no ir a trabajar. No quería ver a Jeon después de lo que había pasado, tenía mucho miedo de lo que pudiera decirle. Sopesó algunas posibilidades. Quizás sí se disculpaba como después de haber entrado en celo el día del cumpleaños de sus hermanos; o podría decirle que había estado mal lo que había pasado y que no volvería a suceder; o despedirlo por haberlo provocado. Vale, eso no era tan probable y realmente esperaba que no pasara. O mejor sí, así no tengo que seguir trabajando para él. Por último se le cruzó por la cabeza que podría decirle "Hey, sé mi omega. Estoy enamorado de ti". Bueno, eso era más una ilusión que otra cosa porque no era ni remotamente posible.

Estaba muy nervioso cuando entró en la alcaldía una hora más tarde de lo habitual. Había decidido que lo mejor sería hablar con Jeon sobre el beso que le había dado. Aunque le hubiese gustado no quería repetirlo nunca más porque Jungkook era su jefe y tenían que seguir manteniendo las distancias por mucho que se atrajeran. Escuchar a sus instintos no era una opción, lo único que le decían era que se dejara marcar por el alfa. No, ni en un millón de años.

- Hey.- lo saludó Lisa desde su cubículo cuando dejó su bolso en el escritorio de al lado. Él le sonrió como respuesta.- Ten cuidado, llegó de mal humor.

Jimin rodó los ojos con frustración cuando entendió que se refería al secretario. Se daba una ligera idea de por qué.

- ¿Y cuándo no?.- bromeó para fingir que nada fuera de lo normal había pasado mientras empezaba a caminar hacia el despacho del alfa.

- Jimin... ¿Qué tienes ahí?- preguntó la beta dándose un golpecito en su cuello dirigiendo la vista hacia el suyo y el omega se detuvo a unos pasos de ella.

¿El qué...? La puta madre, el chupón recordó después llevándose una mano a la marca que le había hecho Jeon el día anterior. Agachó la cabeza, avergonzado, cuando Lisa soltó una carcajada y después la calló con un siseo para que no llamara la atención de las omegas.

- Ten novato.- Lisa le lanzó su bufanda para que se tapase mientras le sonreía de forma burlona. Jimin la fulminó con la mirada provocando que ella alzara las manos.- No voy a preguntar.

Tanto mejor, no estaba preparado para hablar sobre eso todavía. Se mordió el labio inferior sacudiendo la cabeza antes de ponerse la bufanda que le había prestado su amiga. La saludó con la mano antes de encaminarse hacia el despacho de Jungkook para llevarle su café.

Cuando entró en la oficina del secretario éste estaba hablando por teléfono con alguien. Esto lo alivió porque así no tendría que aclarar las cosas con él tan temprano, mientras más dilatase el momento mejor. Luego se acercó al escritorio y dejó la taza de café cerca de la silla donde estaba sentado el alfa. Iba a girar sobre sus talones para salir de allí pero Jungkook le hizo una seña para que se quedara mientras hablaba por el auricular.