𝐀𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄𝐍𝐓𝐄 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

Namjoon llevó a Nayeon al departamento de Jimin el lunes por la tarde. Seokjin se había ido, hacía unas horas, a hablar con su madre lo cual lo tenía un poco nervioso. Era la primera vez en mucho tiempo que SeokJin tenia contacto con su familia y tenía miedo de que le impidiesen que viajara con él a California. Sabía que su novio no iba a dejarse influir por lo que su madre le dijera pero el hecho de que ya llevara más de dos horas en su casa y no hubiese recibido noticias suyas no ayudaba a calmar sus nervios,

No quería que nada arruinara la paz que se había instalado entre ellos durante el fin de semana. Namjoon estaba tan apegado a él que sintió como si hubiesen entrado en celo ambos. No fue así. De hecho, prácticamente, no pudo verlo durante veinticuatro horas pero cuando todo pasó quedó tan exhausto como SeokJin. No hizo falta hablar demasiado, Namjoon estuvo ahí para calmar a Seokjin cuando salió de su estado de trance. Y supo que él también lo sabía. Había rechazado a la omega.

El celo de SeokJin fue mil veces más duro para él que el resto por haberlo pasado solo pero luego dijo que podría acostumbrarse en el futuro. Namjoon no quería presionarlo para que lo hiciera, no sabía ni si él mismo iba a lograr controlar sus celos. Pero de momento era una batalla ganada. Para él significaba un buen augurio para comenzar una vida junto a Seokjin. 

Desde que Nayeon salió de la habitación de Seokjin, porque éste la había rechazado, Namjoon intuyó que había algo extraño en ella. No necesariamente era algo malo, sólo extraño. Después de que la omega le pidiera quedarse en su casa durante el fin de semana el alfa empezó a estar atento a sus actitudes. La dejó que se quedara porque había sido de ayuda para guiar a Seokjin en celo hacia su casa y le estaba agradecido por eso. Sin embargo, como no le parecía normal, preguntó cuál era la razón por la cual no podía volver al apartamento de Jimin antes del lunes, pero la omega se negó a responder.

Realmente le costó que Nayeon hablase con él. Era una omega demasiado tímida y reservada. Se dio cuenta enseguida de que era francesa. Quizás su acento no habría sido suficiente para notarlo, ya que hablaba inglés a la perfección, pero después de que pidiera prestado su teléfono y se pusiera a hablar con alguien más en un francés fluido, sus sospechas se confirmaron. Quiso saber si estaba en lo cierto pero nuevamente ella se rehusó a contestar. Decidió ser un poco más específico y le preguntó si no sabía hablar muy bien inglés y por eso se negaba a charlar con él, lo cual sabía que no era posible porque lo poco que hablaba lo hacía de forma impecable. Ella respondió que podía hablar en inglés pero prefería su lengua natal así que Namjoon propuso que hablaran en francés y, por suerte, la omega accedió.

Nayeon le contó que había huido de Francia junto a su hermano cuando ella tenía quince años. Aparentemente su padre quería venderlos a ambos porque eran omegas y su madre no vio otra salida que sacarlos del país para evitarlo. Se suponía que una tía los cuidaría en Chicago pero, cuando llegaron, la casa de la mujer estaba vacía. Se quedaron allí y Eliza buscó la forma de ganar dinero para mantener a su hermano menor. Entonces Seokjin tenía razón cuando había dicho que trabajaba en un prostíbulo. A Namjoon no le quedaba claro cómo es que se había hecho amiga de Jimin pero prefirió guardarse eso para preguntarle a Jungkook cuando lo viera. Suficiente le había costado que Nayeon accediera a contarle sobre su familia.

Cuando Seokjin había despertado de su celo, el sábado, Nayeon había tomado la habitación de huéspedes y no los había molestado en el resto de su estadía allí. El otro alfa se había rehusado a hospedarla por más tiempo pero Namjoon se las apañó para convencerlo diciendo que era su culpa que ella estuviera en su casa en primer lugar. Después de haber charlado con ella sobre su historia había algo de la omega que le inspiraba confianza. Tal vez era su instinto de alfa que siempre buscaba una omega frágil que proteger. Como fuera, no le hacía mal ayudarla por unos días.