CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

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Jungkook escucha la puerta de su oficina abriéndose por primera vez en la mañana. Inmediatamente una ola de delicioso aroma a omega lo invade y entonces sabe que es Park quien está entrando en el despacho. No levanta la vista y finge estar leyendo el periódico de ese día mientras su asistente coloca un vaso de café sobre el escritorio. Cuando Park gira sobre sus pasos él alza la cabeza y lo mira. El omega camina hacia la puerta contoneando las caderas de forma notoria. Jungkook siempre se pregunta si lo hace a propósito o sólo es su manera de caminar. No mucho tiempo después se dará cuenta de que camina todo el tiempo así. Aunque lo intenta, no puede apartar sus ojos de las piernas del omega porque se ha puesto un jean blanco que hace que sus piernas se vean más esbeltas y se ajusta perfectamente a sus glúteos. Su camisa está metida dentro del pantalón y en uno de los bolsillos traseros resalta un bulto que probablemente sea su teléfono móvil. A Jungkook le gustaría meter su mano allí para comprobarlo.

El alfa piensa rápidamente en alguna excusa para hacer que Park permanezca más tiempo en el despacho porque sabe que en cuanto el omega ponga un pie fuera su aroma habrá desaparecido. Usualmente tiene preparados todos los encargos que le hará en el día para no tenerlo mucho tiempo alejado de él, pero esta vez Park llegó más temprano y él está demasiado inmerso en memorizar cada centímetro de sus largas piernas como para poder pensar en algo. Finalmente el omega sale de la oficina y cierra la puerta tras él sin que haga tiempo a pedirle nada. Jungkook se acomoda su erección dentro de su pantalón de forma que duela menos y se pregunta cuándo va a dejar de lado su profesionalidad para poder tomar al único omega que le ha atraído tanto en toda su vida.

- Eh, ¿Jungkook?

Una voz hizo que se percatara de que estaba fantaseando. No era Jimin el que hablaba, él nunca lo llamaría por su nombre en el trabajo. Apartó el recuerdo del omega de su mente en cuanto pudo y recién entonces se dio cuenta de que estaba mirando fijamente a Min.

El alfa llevaba unos pantalones blancos holgados, muy diferentes a lo que poseía Jimin pero por alguna razón que desconocía fueron suficiente para recordárselos.

El omega sólo los había usado una vez y lo recordaba porque lo había hecho ponerse duro demasiado temprano. En realidad, Jungkook vivía duro cuando Jimin trabajaba para él.

- ¿Si?- preguntó obviando el hecho de haberse quedado inmerso en sus pensamientos.

- Decía si quieres que mude tus cosas a la nueva oficina.- contestó Yoongi esbozando una sonrisa amena.

Yoongi no le caía bien, era demasiado despistado y confianzudo. A Jungkook se le hacía extraño que lo tuteara y lo llamara por su nombre. Suponía que tenía que ver con que era joven y era su primer trabajo. Por suerte había logrado que dejara de llamarlo "tío", "colega" y "hermano", después de mucho esfuerzo porque no era nada fácil que Jungkook entendiera una orden, él sólo se reía y decía "Seguro, colega. Digo... Jungkook. Lo siento". Pero también tenía sus ventajas tenerlo como asistente. Por empezar, era un alfa y podía tratar con otros fácilmente, cosa que no podían hacer ni Jimin ni Jennie. Además era rápido cuando tenía que hacer algún trámite y podía hacer trabajos que requirieran fuerza física, como mudar las cosas de su oficina.

- Sí.- asintió Jungkook cuando pudo procesar la pregunta.- ¿Kim ya se fue?

- Envió a unos alfas a sacar sus cosas, ya están terminando. No ha venido. ¿Crees que venga? Las secretarias no paran de hablar sobre eso. Yo creo que sería un poco cobarde de su parte no presentarse hoy. Debería venir, despedirse de todos. ¿No crees?

Otra desventaja de Min: no sabe cuándo cerrar la boca pensó Jungkook con fastidio. Sí, quizás tenía más desventajas que ventajas, a él no le gustaba que lo molestaran trabajando, por eso se llevaba tan bien con su secretaria, Jennie sólo le dirigía la palabra cuando era estrictamente necesario. Pero no podía echar a Yoongi ni aunque quisiera porque el trato que había hecho con su padre era mucho más importante y darle un empleo a su hijo era una muestra de respeto hacia él. Lee había estado complacido porque quería que Yoongi fuera político algún día y si no era mediante estudios lo lograría con contactos. Jungkook temía que eso pudiese suceder, porque Yoongi era un joven inmaduro e irresponsable pero no sería la primera vez que un alfa conseguía un puesto en el gobierno gracias a su apellido. Incluso Namjoon era una prueba de ello, el padre de SeokJin lo había convocado gracias a la influencia de su padrastro. De todos modos, Lee iba a dejarle su empresa a Yoongi algún día así que si el alfa conseguía algún cargo gubernamental no sería por mucho tiempo. Entonces Jungkook no tenía de qué preocuparse, prefería enseñarle algunas cosas a Min para quedar bien con su padre. Sin lugar a dudas, te convenía quedar bien con Lee Tae-Oh

𝐀𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄𝐍𝐓𝐄 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora