𝐀𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄𝐍𝐓𝐄 ━━━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡

FINAL

El gruñido del alfa retumbó en las paredes del coche. Jimin se obligó a sí mismo a calmarse porque esta discusión sólo estaba empeorando el panorama. Respiró profundo provocando que el aroma del alfa entrara por sus fosas nasales. Una corriente eléctrica recorrió su columna vertebral. De pronto sentía cada milímetro de su piel ardiendo y la cicatriz de su marca latiendo contra su cuello, recordándole que estaba allí. Si él estaba teniendo problemas con controlar su cuerpo, no quería imaginarse lo que sentiría el alfa. Joder, ¿cómo podía Jungkook conducir en ese estado? Todavía no entendía cómo funcionaba el poder de autocontrol del alfa. Miró por la ventanilla y comprobó que todavía estaban en las afueras del centro, muy lejos del barrio donde vivían. Mierda.

- Jungkook, detente.- pidió algo agitado pero el alfa permaneció con la atención en el camino.- No llegaremos a casa.

Jimin apoyó su mano en la pierna de Jungkook como un intento por calmarlo. El alfa se giró hacia él con las pupilas dilatadas casi por completo, una capa de sudor cubría su frente y sus dedos temblaban al enterrarse en el volante por la cantidad de presión que estaba ejerciendo. Jimin ahogó un grito en su garganta cuando hizo contacto visual con él. Podía sentir a su omega pulsando dentro suyo para tomar el control de su cuerpo. Tu alfa... Mi alfa. Nos necesita.

- Reclina el asiento y desnudate.

La orden hizo añicos dentro de él y su primer impulso fue obedecerla. Pero entonces su racionalidad se hizo presente de nuevo y parpadeó sorprendido. Había estado pensando en parar en un hotel cerca, jamás se le ocurriría hacerlo en el auto. Menos aún con los bichitos de por medio. Pero, ¿qué diablos le pasa?

- ¿Estás loco?

- Sólo hazlo.

La voz del alfa fue apenas audible, como si le costara hablar, y mantuvo la vista en el parabrisas. Jimin entendió que se habían quedado sin tiempo. Maldijo por lo bajo por lo inoportuno que había sido el celo de Jungkook mientras lo obedecía. El alfa bajó la velocidad del coche y se metió en un callejón oscuro. Estacionó ahí, en medio de dos edificios altos. Jimin agradeció que hubiera muy poca luz porque nadie podría verlos.

Eso de desnudarse con una panza de seis meses en medio del coche no había sido una gran idea por parte del alfa. A duras penas había podido desabrocharse los pantalones. Lo de reclinar el asiento no fue tan terrible, lo tiró hacia atrás hasta quedar en una posición cómoda, semiacostado,

Ni bien estacionó el coche, Jungkook se quitó el cinturón de seguridad y se abalanzó sobre él con una destreza sobrehumana. Si no hubiera estado en celo, probablemente todo habría sido incómodo y torpe. Sin embargo, a cada inspiración que daba, el aroma del alfa lo embriagaba más y más. Todo su cuerpo necesitaba pegarse a él. De repente estaba muerto de calor y podía sentir sus pantalones humedeciéndose. Porque, sí, convenientemente no se había puesto ropa interior esa noche para estar más cómodo. Esto no es lo que había planeado pero... Gracias, Jimin del pasado.

No supo cómo Jungkook se las arregló para quitarle los pantalones y acomodarse sobre él. En lo único que pudo pensar fue en fundirse con el alfa, su marca comenzó a arderle más, como si tuviera que saciarla de alguna forma. Jungkook lo tomó de las rodillas, abriendo sus piernas, murmurando varios "lo siento" en el camino. Jimin sonrió dejándose hacer, mientras observaba cómo su alfa seguía tratando de contener el celo para no hacerle daño.

Jungkook se bajó apenas los pantalones y Jimin pudo sentir su miembro a través de la tela de sus bóxers, presionándose contra sus muslos. Todo su cuerpo empezó a temblar por la anticipación. Había pasado mucho tiempo, necesitaba a Jungkook dentro suyo. El alfa se meció contra él suavemente, acercando su rostro al de su omega. Su aliento impactó contra su rostro y lo único que fue audible para Jimin fue el sonido de su respiración y su propio corazón martillando contra su pecho.