Capítulo 3: nieve y tormenta

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Hacia frío y el cielo se pintaba de gruesas nubes negras, tenía que encontrar ese claro rápido o un lugar donde refugiarse de la tormenta, había elegido el peor día para hacer una búsqueda como esa y mientras más se acercaba a las grandes montañas más era el frío que sentía. Chimuelo parecía preocupado por eso, a él no le gustaba mucho el frío, pero podía calentar se desde dentro, muy diferente era el caso de su jinete.

Volaron por un par de horas, no estaban demasiado lejos de Berk. Si su recuerdo no estaba mal, ese claro no debía estar muy lejos, de otra forma no habría podido llegar caminando.

Volaron un poco más hasta que la tormenta les obligo a descender e improvisar un refugio entre rocas y un árbol caído. Hiccup estaba molesto, no estaban lejos y su madre en cualquier momento podía salir a buscarle, sin problemas dar con el lugar y obligarle a regresar. Sabía que estaba siendo irresponsable como jefe de tribu, pero sabía que había alguien allá afuera que estaba sólo y quizás, por mucho tiempo había necesitado ayuda. Con ese pensamiento y la fuerza que tenía, no podía simplemente quedarse en casa y olvidarlo, mientras chimuelo estuviera de su lado, todo estaría bien.

- Hey amigo, sabes algo de un dragón blanco...se parece un poco a ti.- acaricio la cabeza del dragón, viéndole dormir a su lado. No había nada que hacer, sólo esperar hasta que terminara la lluvia.

No supo realmente cuanto fue el tiempo que durmió, al abrir los ojos parecía ser otro día, muy claro y cálido.

Abrió los ojos como platos y lo más rápido que pudo se puso de pie. Ese era el lugar, ahí estaba, tal como lo recordaba. Sintió que el aire se le iba de los pulmones, realmente lo había encontrado, pero...no había rastro de que alguien hubiera estado ahí recientemente y de no ser así, la lluvia se había llevado toda la evidencia.

Se quejó a los dioses, caminando de un lado a otro, hasta que noto algo extraño, ese tronco caído, realmente parecía un refugio y no algo al azar, observo un poco mejor y dentro de la corteza habían dibujos tallados, eran como los dibujos de un niño, contando una historia.

Chimuelo se sobresalto cuando algo se movió a su lado y a toda velocidad salió.

- Son...huevos? - iba a tocarlos para confirmarlo, pero algo muy veloz y blanco paso frente a él y le empujo con gran fuerza.

Esa cosa comenzó atacarle con un...palo, no era diferente al cayado de un pastor y quien quiera que fuera ese alguien, lo estaba atacando con gran velocidad y furia. Hiccup apenas si podía defenderse. Eso tenía apariencia humana y se movía como humano al atacar, pero en otros momentos, se movía como un dragón, usando sus cuatro extremidades para moverse.

Por un momento pensó que esas garras eran como los guantes que su madre usaba, de mala suerte comprobó que realmente eran un arma.

Con un zarpazo en la cara, retrocedió lo suficiente para que eso corriera por los huevos y escapara.

Chimuelo estaba muy alterado, todo había sucedido muy rápido, casi no había tenido tiempo para pensar, ninguno de los dos, pero no había terminado. Hiccup estaba seguro de que ese era el muchacho de su recuerdo, aún cuando no pudo ver su rostro por la mascara que traía, no había forma de que se tratara de otra persona.

Subió a la espalda de chimuelo, intentando dar con el chico. Este corría entre las piedras y los árboles como si casa uno le diera impulso, la velocidad a la que avanzaba era inhumana y los saltos que daba...simplemente en sueños se podía hacer algo así.

Hiccup gritaba una y otra vez, pidiendo que se detenida, dejando claro que no quería hacerle daño ni a él, ni a los huevos, pero el muchacho no se detenía. Por un momento pensó que le había atrapado al borde del acantilado. Aterrizo y se deshizo de todas sus armas, lanzándolas lejos para tranquilizar al chico y poder acercarse, amo que no parecía una gran idea, estaba al borde de caer a la nada.

El hijo de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora