★# 𝟭𝟲 ˀ ˊ˗

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— Sí

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— Sí. Ajá, ya casi llegamos.

El conductor rodó el volante para pasar a la siguiente cuadra y seguir conduciendo en la carretera.

— Que sí Adrianny.

Venezuela hablaba por teléfono muy alterado, la muchacha de la otra línea preguntaba muchas veces si ya iban de regreso (aunque sabía muy bien que ya estaban en camino), pero le encanta fastidiar la paciencia al venezolano.

— Mañana te visitaré, ¿si va? —escuchó un ''fuego'' por parte de su amiga y colgó.

El de ushanka no dirigió ninguna palabra, solo observaba con suma atención las calles por la ventana que tenía a su lado. Sentían mucha tensión en aquellos dos solo por no hablarse y a pesar de que era muy inmaduro que lo hicieran, no podían evitar sentir pena.

Pena son solo cuatro letras.

— Ya llegamos muchachos, tengan feliz día. —comentó el conductor muy animado y de enseguida recibió su pago.

Estos últimos dos agarraron sus maletas del maletero y fueron directos hacia la puerta de su casa. Adentro de ella había un chico entusiasmado de poder verlos otra vez y no esperó en recibirlos con un gran abrazo.

— I MISSED THEM A LOT. ( LOS EXTRAÑÉ MUCHO. ) —apretó su agarre contra los dos cuerpos ajenos.

Exageraba estar llorando como si no los hubiese visto desde hace varios años cuando en realidad solo tres días. Estados Unidos mantenía una sonrisa de oreja en oreja, su corazón latir a mil y su respiración agitada por la emoción que trataba de contener.

Al venezolano le pareció tierno verlo de esa manera y planteó un corto beso en su frente para seguir de un abrazo muy fuerte.

Acariciaba su cabello lentamente y sentía como el estadounidense se calmaba cada vez más cuando pasaba sus dedos enredados en su pelo lacio. Y por supuesto fue un choque para alguien presente que estaba justo frente de ellos, solo bufó a seguido de rodar los ojos y se adelantó para dejar las maletas en la habitación.

Esta pequeña reacción indefensa del ruso fueron vistas por sus compañeros de cuarto que estos se miraron entre sí para alzar la ceja, aunque quisieron no pararle tanta bola como dice el latino.

Venezuela quería hablar seriamente con Rusia, era muy fácil comprender sus actitudes y quizás hablarlo podía tranquilizar más la incomodidad inexplicable entre ellos dos, pero al momento que fue a buscarlo el ruso se estaba bañando. Él sería capaz de entrar al baño sin su permiso, sin embargo, no quería invadir su espacio personal a pesar de ya haberlo visto desnudo.

 Él sería capaz de entrar al baño sin su permiso, sin embargo, no quería invadir su espacio personal a pesar de ya haberlo visto desnudo

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𝖻𝖺𝗃𝗈 𝖾𝗅 𝗆𝗂𝗌𝗆𝗈 𝗍𝖾𝖼𝗁𝗈 🖇 𝗿𝘂𝘀𝘃𝗲𝗻𝗲𝘂𝘀𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora