★# 𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮.𝟯 ˀ ˊ˗

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Al siguiente día después de la boda, el colombiano llamó al venezolano por la noche para mostrarle su cafetería, el tricolor reía al escuchar las groserías del muchacho y veía como ordenaba algunas cosas en el mesón

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Al siguiente día después de la boda, el colombiano llamó al venezolano por la noche para mostrarle su cafetería, el tricolor reía al escuchar las groserías del muchacho y veía como ordenaba algunas cosas en el mesón.

El ruso se adentró al cuarto y se acostó con flojera para ver la televisión mientras a su lado se encontraba su esposo hablando tonterías. No tenía absolutamente nada que hacer a pesar de que era el primer día como recién casados para los tres.

— ¿Qué hiciste con todos los regalos que te dieron? —preguntó el tricolor sin estrellas desde la otra línea.

— Los boté. —respondió.

— ¿En serio? —sus ojos abrieron como platos, fueron demasiados regalos para una simple ceremonia.

— ¡Obvio que no, cabeza e' guevo! —los dos comenzaron a reír escandalosamente, pensó que en verdad si había tirado los regalos, pero el venezolano le comentó que todo aquello fue un bonito detalle de los invitados para ellos— Estados Unidos los dejó en la sala, esas vainas todavía están ahí.

— ¿Ni siquiera has abierto el mío? —el de 8 estrellas negó— Ay no, parce. ¿Te han dado duro toda la anoche que no has tenido tiempo?

— ¡Shhhh! ¿Te pica ese hueco er' culo? Rusia está aquí...

— ¡Ay hijueputa! ¿Por qué no me dijiste carechimba?

Se pudo oír ligeramente la risa ronca del mayor desde la otra línea en tanto el país latinoamericano comenzaba a pedir disculpas por su comentario. Rusia dijo algunas palabras en su idioma que ni siquiera los dos hermanos pudieron entender, pero no le tomaron tanta importancia.

Siguieron conversando por otra hora más, hasta que el colombiano sentía que estaba interrumpiendo algo luego de ver en la videollamada como el euroasiático comenzó a ponerse muy cariñosamente extraño con su hermano.

Venezuela trataba quitarlo a su lado, pero su agarre era aún más fuerte.

Su cuerpo delgado fue alzado fuertemente para quedar de espaldas frente del ruso sintiendo como este le besaba atrás el cuello pasando sus grandes manos en los muslos del menor.

El tricolor tragó grueso, silenció el micrófono de la llamada por un momento para exigirle que se comportara y mantuviera respeto ante su hermano, el contrario lo miró seriamente y continuó hablando con el colombiano.

Pero no duró mucho siguiendo pasando sus manos delicadamente en la cintura de su pareja y acariciarse contra él, obviamente su cuñado no era estúpido para darse cuenta de la situación y decidió inventar alguna excusa para hablarle en otro momento.

— Oiga, parce, me llegaron clientes, cuide ese culo oyó. —no dejó que el de pecas respondiera a su mención y colgó la llamada.

Venezuela se quedó mirando fijamente su celular, sabía a qué se refirió el colombiano, sintiendo la presencia de sus dos parejas en el cuarto teniendo la vista en él.

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𝖻𝖺𝗃𝗈 𝖾𝗅 𝗆𝗂𝗌𝗆𝗈 𝗍𝖾𝖼𝗁𝗈 🖇 𝗿𝘂𝘀𝘃𝗲𝗻𝗲𝘂𝘀𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora