Capítulo 2

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Poché

Flashback.
Años atrás.

Cuando era más joven y vivía en California me encantaba pasear por la finca y conocer cada uno de sus alrededores. Ámbar siempre me acompañó en esos días en los que me sentía aburrida y tenía tanto calor que parecía estar en el infierno.

En uno de esos paseos, mientras cabalgaba, la vi desde lejos. Llevaba una falda corta de estilo veraniego, en la parte superior llevaba un sujetador que debía pertenecerle a un bikini, todo color amarillo. Ese color junto a los sofocantes rayos de sol la hacían brillar y ser lo más hermoso de todo el lugar.

En sus manos llevaba un libro, lo leía con atención. Su ceño estaba fruncido, estaba realmente envuelta en la historia que esas hojas de papel le contaban. Estaba tan concentrada que no notaba las gotas de sudor que se deslizaban por su pecho, sus brazos, su abdomen.

En ese momento, Ámbar hizo ruido y delató mi presencia. Daniela levantó la mirada del libro y me miró sonriendo. Bajé de mi yegua y me acerqué a ella. Me senté a su lado.

-¿Por qué me miras tanto?- me preguntó.

¿Por qué la miro tanto? Me pregunté a misma. Solo tenía una respuesta.

-Eres muy linda.- entrecerró los ojos y me miró con duda.

-¿Te gusto?- ¿Me gusta?

-¿Me puedes gustar?- ella rió.

-¿En qué siglo vives?- levanté mis hombros, no sabía nada del amor, ni de atracción- , te puedo gustar. Y siendo sincera, me parecería raro si no lo hiciera. O sea, mírame.- y la miré. Mis ojos siguieron el caminó que indicó su mano cuando se señaló a misma luego de decir esas palabras.

-No sé que se siente cuando te gusta alguien.- ladeó su cabeza. Tenía un gesto de incomprensión en su rostro.

-Tienes que salir un poco de este lugar, Poché.- dijo riendo.

-¿Poché?- jamás había escuchado ese apodo.

-Estuve hablando con Valentina y decidimos que es mucho más fácil y tierno que María José.- me gustaba que se llevara bien con mi hermana.

-¿No te gusta mi nombre?- su rostro cambió a uno pensativo.

-En realidad, . María José suena como el nombre de alguien puede tener el poder del mundo entero si se lo propone.- me pareció interesante su reflexión sobre mi nombre- Pero no eres dueña de mucho, así que te Vale y yo te diremos Poché.-

No soy dueña de mucho.

Sentí algo raro en el pecho cuando me dijo eso. Así que cambié de tema.

This LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora