XIII

212 17 4
                                    

Narra Merlina

Estaba atormentada por dentro, no sabía muy bien que hacer.

Por un lado me preocupaba el bienestar de Bianca, no sabía si ella estaba en este lugar pero tenía la esperanza de que así fuera.

Y por otro lado estaba Enid, quien acababa de vivir una experiencia horrible...
El solo recordarlo me inundo de ira nuevamente.

Aún no estaba convencida de que haberla dejado sola con el idiota de Ajax hubiese sido lo mejor, él estaba herido así que si esos malditos volvían a atacar Enid sería una carnada fácil.

Decidí apurar mi búsqueda una por que las ganas de ver a Bianca me estaban carcomiendo y otra por la seguridad de Enid.

Caminen por horas buscando algún rastro humano, la nieve pálida solo era marcada por mis huellas y el frio ya se dejaba sentir por mis huesos que me suplicaban un poco de calor.

Pronto empezó a oscurecer y comprendí de que debía volver con Enid, por ahora no era seguro seguir con la búsqueda, aunque eso me pesara.

El solo pensar de que Bianca podría pasar la noche sola en ese lugar tan helado acongojaba mi corazón.

Me di cuenta de que mis sentimientos por ella iban más allá de un "gustar" ya que las necesidades de abrazarla me estaban desesperando.

¿Podría ser que en estos días tantas humillaciones de Enid me hubiesen hecho replantearme mis sentimientos?

No, definitivamente eso no era, pues yo seguía amándola con toda mi alma… Pero ¿Que pasa con lo que estoy sintiendo por Bianca?, ¿será que la quiero mientras que a Enid la amo?.

Al fin me di media vuelta para regresar por donde venía, tenía que asegurarme que Enid también se encontrara bien.

Si yo no hubiese encontrado a mi pequeña ese idiota la hubiese tomado por la fuerza, por mucho que intentaba controlarme cuando pensaba en eso no lo lograba.

Cuando la vi tirada en el suelo junto a ese maldito bastardo tocando sus piernas y con los pantalones abajo sentí por primera vez en mi vida lo que era el verdadero odio y ahora me di cuenta que es un sentimiento tan fuerte como el amor…

Meditaba sobre mis sentimientos una vez más mientras iba de vuelta en busca de a Enid cuando de repente mi pecho comenzó a dolerme demasiado, tanto que me hizo caer de rodillas al suelo apretando mi traje en la zona dolorosa.

Era un dolor físico, mi corazón latía más rápido de lo normal y por momentos me costaba respirar. En estos días me han dado pequeños dolores en el corazón pero a medida que pasa el tiempo se va intensificando, aunque estoy muy asustada decidí no comentarlo con nadie.

Comprendí que era la fuerza de aquella arma la que me provocaba estos dolores, entonces comencé a dudar si sería capaz de resistir cuando llegara el momento de unirme completamente a ella.

Nuevamente el dolor se hizo sentir y esta vez deje escapar un grito desgarrador, de alguna manera debía liberar mi frustración de no poder hacer nada contra eso. Caí a la nieve helada un tanto mareada y perdí el conocimiento.

Cuando me desperté me di cuenta de que había estado un buen rato tirada en la nieve, sobre todo por dos razones, uno; estaba completamente oscuro y dos; mi cuerpo temblaba frenéticamente intentando mantener mis órganos calientes.

Me pare con dificultad pues aun sentía un pequeño dolor en el pecho, suerte que esto me vino ahora que estaba sola, era lo que pensaba mientras el sonido de mis dientes rechinando por el frio.

Enid... ¿Que se siente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora