XXV

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Un sueño eterno...

Narra Enid

No tenía idea de cómo había llegado hasta este lugar. En mi cabeza pequeños destellos de recuerdos vagos bailaban dolorosamente.

No entendía mucho pero tenía una fuerte necesidad de seguir caminando, hasta encontrar algo… Algo que necesitaba desesperadamente.

Me encontraba en un largo y angosto pasillo de la madera más tierna que he visto jamás, las paredes a mis costados casi me abrazaban mientras que de ellas colgaban una infinidad de cuadros con las pinturas más exóticas y hermosas que se puede imaginar.

Mis pasos hacían eco, lo que me provocaba una doble sensación, por un lado algo de miedo al sentirme perseguida por mí misma, pero por otro me brindaban compañía. Por más que avanzara nunca llegaba al final de este largo pasillo, del cual no recuerdo una entrada.

¿Que haces aquí sacerdotisa del sol? - una voz femenina me hablo telepáticamente mientras que mis piernas se quedaron quietas por primera vez.

Tome un pequeño momento para entender que yo era la receptora de aquella pregunta y entendí lo que buscaba

Quiero…- titubee un poco.
Quiero volver - dije segura
Tú has venido hasta acá, solo tú puedes volver - me respondió tranquilamente.

No recuerdo haber venido - le dije, hablaba en voz alta.
¿Vienes por la sacerdotisa lunar? - pregunto ella y de inmediato me acongoje
¿Donde esta? - dije sin poder evitarlo
No puedes buscar lo que no existe - me respondió ella provocando mi desesperación.

¡Si existe! - asegure casi ofendida

No busques lo que no existe - repitió sin dudar
Lo que no existe debe ser creado para comenzar su existencia - continuo sin que yo entendiera nada de lo que decía.

¿Como la creo? - pregunte con algo de miedo
Eso no te corresponde, ni a ti ni a nadie a quien puedas acceder - parecía todo tan simple para aquella voz, que comenzaba a desesperarme

La buscare por todos lados, hasta en el mismo infierno si es necesario - dije aguerridamente, estaba completamente decidida a encontrar a mi chica de ojos negros.

En ese caso… Es más fácil que busques la redención de cada alma de aquel espantoso lugar, a que encuentres lo que ya no esta - simplificó.

¿Dónde estoy? - pregunte con un dejo de tristeza en mi voz.

Estas en la tierra y estas acá, quizás en otros lugares también, tu alma se separó por buscar en cada parte del universo… Será mejor que vuelvas.

¿Volver? - repito

Si, donde debes estar, aun no es tiempo de que este aquí - apenas termino de decir eso, sentí como una extraña energía me sacaba de ese lugar.

Abrí mis ojos lentamente, mientras un techo completamente blanco se reflejaba en mis pupilas, no pude evitar parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz y dejar pasar la molestia que se había apoderado de mí.

En seguida me di cuenta de que tenía la boca seca y con desesperación mi cuerpo me pedía un poco de agua, aunque no quise moverme ladee mi cabeza y descubrí una mesa al costado de mi cuerpo, en la cual habían flores frescas y una botella de agua mineral.

Desee con todas mis fuerzas alcanzarlas pero me sentía tan cansada físicamente que termine quedándome quieta. Un dolor en mi hombro me ponía más incómoda que la misma sed. Luego entendí que me encontraba en el cuarto de algún hospital, ya que estaba acostada sobre una camilla y mi mano derecha tenia insertada una aguja que seguramente me proporcionaba suero.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2023 ⏰

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