XVIII

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Narra Merlina


¡Enid! - Le grite por última vez hasta que al fin pude alcanzar su bello cuerpo con mis brazos.

Note como se asustó al verme correr tan rápido hacia ella, lo que me pareció extraño… Como si yo la fuese a golpear o algo así.

Pero en fin, eso no me detuvo, la levante lo más rápido posible despegándola del suelo y gire con ella en mis brazos mientras mi cabeza descansaba en su pecho, un lugar donde siempre quería estar.
Sentía como su fresco y dulce aroma me llenaba el alma y extrañamente una fuerza interior crecía en mí, como si estar con ella de esta manera me hiciera sentir más viva.

¿Merlina que sucede? - me preguntaba algo confundida mientras yo aún no la dejaba caer al suelo y seguía amarrada a su cintura.

¿Que Sucede? - deje que sus pies tocaran tierra firme.
¡Esto sucede! - le dije y enseguida me incline llevando mi mano a su mejilla y plantándole un beso lleno de amor y pasión contenida, uno que reprimí por mucho tiempo por culpa del orgullo.

Ella al principio quedo paralizada pero luego se dejó llevar por el encanto de nuestro amor y correspondió a mi beso. Sentir nuevamente sus labios, su suave lengua, su sabor a miel me hizo volar y comprender nuevamente la magnitud de mi amor por ella.

Esta escena me enternece el alma - una voz aterciopelada pero malvada sonó a mis espaldas, enseguida deje de besar a Enid para mirar hacia la persona y mi sorpresa fue tremenda al ver a Joseph parado justo detrás de mí pero aún más fue ver que su espada amenazaba peligrosamente el cuello de Bianca quien se notaba golpeada

¡Bianca! - grite furiosa y preocupada, mientras ponía mi cuerpo de escudo para proteger a Enid.
¡Suéltala!- le exigí

¿Ha pero que cruel el destino no te parece sacerdotisa de la luna? - Joseph me miraba con una sonrisa de triunfo

¡Suéltala cobarde! - sentí como mi cuerpo comenzó a temblar por la rabia

Mer... Tranquilízate - Enid me abrazaba por atrás con todas sus fuerzas.

¿Quieres que la suelte? - me pregunto apegando la espada mucho más al cuello de Bianca

¡Merlina aléjate! - me dijo Bianca con dificultad, adelantándose a los acontecimientos.

¿Por qué no peleas de una buena vez maldito cobarde? - la idea de que Joseph matara a Bianca frente a mis ojos me estaba volviendo loca.

No sabes como he esperado el momento de matarte con mis propias manos sacerdotisa - comenzó a caminar en círculos alrededor de Enid y  de mi misma, mientras Bianca seguía siendo su prisionera.

Entonces ¿Qué esperas?, ¡suéltala y terminemos esto de una vez! - iba a caminar hacia el pero Enid no me soltaba y el enseguida me hablo

¡No des un paso más o su cuello pagara las consecuencias! - me amenazo y enseguida quede paralizada

¿Que quieres? - le dije frustrada.

Al fin la pregunta más importante - una voz proveniente del lado de Enid capto mi atención ahora.

Vamos Joseph dile de una vez - Laurel estaba parada a unos cinco metros de nosotras y como por instinto me voltee protegiendo a Enid de los dos.

Sabía que la basura no llega sola - comente amenazante, ya podía sentir como el poder de nuestra arma corría en mis venas, despertando.

Yo en tu lugar mantendría la boca cerrada - me dijo ella algo ofendida pero confiada
Y yo en el tuyo huiría antes de que me maten - la rabia se estaba apoderando de mi

Enid... ¿Que se siente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora