5. Amanecer

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Luego de haber comido la torta y cantar el feliz cumpleaños, los chicos siguieron divirtiéndose, tomando y armaron juegos. Entre tanto calor, se pusieron bikini y bermudas playeras para tirarse al agua. Todo indicaba que no tenían interés en que la noche termine...
Lali se había ido a cambiar y al salir se encontró con Antonela, estuvieron hablando, compartieron una jarra de fernet que tenía la esposa de Messi y luego de un rato fueron al living junto a Tini y Carolina, la novia de Tagliafico.
Mientras las chicas hablaban Lali en su mente recreaba una y otra vez el beso que le dio Enzo.
Caro- Ay, chicas no doy más. Yo no sé si me voy a meter, entre lo que comí y lo que tomé...
Anto- Yo voy un rato, la noche está hermosa.
Tini- Ay, si! Está increíbe, yo entré un ratito para preparar algo para tomar y vuelvo con Rodri.
Lali- Enzo me besó- Tiró de repente, haciendo que inmediatamente se arrepienta por ello.
Anto- ¿¡Qué!?
Caro- ¿¡Cómo!?
Tini- ¿¡Cuándo!?
Anto- ¿¡En qué momento!? ¡Ay, Contá!
Tini- Con detalles, no te hagas la boluda
Lali- Nada, nada olvidense.- Atinó a irse, sin tener mucho éxito al respecto.
Caro- No no, dale. Contanos, aprovechá que no hay nadie cerca, están todos boludeando.

Lali comenzó a contarles con lujos de detalles, porque no iban a permitir que no fuera de esa manera, las chicas estaban asombradas y hacían saltitos de victoria ante lo ocurrido, sobre todo porque ninguna se había dado cuenta de lo que estaba pasando.

Caro- ¡No te puedo creer!
Anto- ¡Ay, ese es mi chiquito!
Lali- Si, es muy chiquito- dice resignada-
Anto- No dije eso.
Caro- No, nadie dijo eso.
Lali- Pero yo si. Es muy chico, chicas, no quiero que me busque más.
Caro- No querés que te busque porque es más chico?
Lali- Si, además porque es muy tentador. Me mata la sonrisa que tiene y cómo se le achinan los ojos, basta, no puedo, así no puedo. -Se recostó en el sillón y soltó un largo suspiro.
Caro- No pasa nada que sea más chico, si se gustan y es sólo para pasar el momento, no te vas a casar.
Lali- Si, buen punto, pero no importa, son muchos años chicas...
Anto- Yo pienso como Caro, no pasa nada que seas más grande, si hay conexión, hay que darle para adelante...
Lali- Lo voy a pensar, pero prefiero que no me busque más, estaría mortal que aparezca alguien y que deje de darme bola.
Tini- Cuando aparezca alguien, no quiero quejas eh!

Las chicas siguieron hablando un rato más hasta que entraron Otamendi, Julián y Enzo.

Ota- ¿Cómo andan las reinas?
Chicas- ¡Hola!
Tini- ¿Ya se vienen adentro?
Ota- Nosotros a preparar más tragos, los demás no salen del agua. ¿Ustedes? ¿Van a dejar de chusmear o ya se suman?
Tini- Vamos Anto, a ver qué hacen los chicos.- dice agarrándola del brazo y yendo a la par.
Caro- Yo voy con ustedes.
Lali- Yo voy también.
Chicas- ¡No! -dijeron al unísono.
Anto- Vos andá a servir helado, aprovechando que los chicos van a la cocina.
Lali- ¡Claro, Esperancita! -dijo mientras caminaba hacia la cocina, se da vuelta y mira a Ota y Juli quienen no se movían de su lugar- ¿Van o esperan el colectivo?
Ota- Andá que ya vamos -dijo el jugador, mientras hacía tiempo, no tenía la intención de ir ni de interrumpir nada...

Lali entra a la cocina y lo ve a Enzo apoyado en la mesada, mientras prepara unas jarras con bebida.
Lali- Forros, ahora entiendo.
Enzo- ¿Qué entendés? ¿Quién forro?
Lali- Nada, no me hagas caso. Voy a servir helado ¿Vos querés?
Enzo- Si me lo servís vos, obvio. - Mariana revoleó los ojos porque el jugador no perdía oportunidad para tirarle palos-
Lali- Escuchame ¿Qué onda tu vida?
Enzo- ¿Qué onda con qué? ¿Qué querés saber?
Lali- No sé algo...
Enzo- Juego al fútbol, tengo 21 años, soltero, vivo en Portugal, nací el 17 de enero del 2001...
Lali- Listo, basta, no hables más.
Enzo- ¿Por? ¿Cuál es el problema?
Lali- Ninguno...-Hizo una breve pausa y siguió preguntando- Entonces, soltero... Nadie por ahí? Nadie dando vueltas?
Enzo- Vos, en mi cabeza desde el día que te vi en el comedor del hotel ¿Vos? ¿Estás con alguien?
Lali- No, con nadie- Mientras hablaba tomaba agua y trataba de dejar de castigarse sola.
Enzo- ¿Te puedo invitar entoces a cenar? Antes de que me tenga que volver a Portugal. Puedo arreglar todo para que nadie se entere, si eso es un problema para vos.
Lali- No sé, dejame pensarlo.
Enzo- Tranquila, no hace falta que me des una respuesta ya, pero si que sea antes de irme...
Lali- Me voy a llevar esto a las chicas.

Lali salió casi desesperada, el corazón le latía a mil y el alcohol que había tomado ya estaba haciendo que se maree. Llegó hasta las chicas y le dio un  helado a cada una, obviamente, los chicos se quejaron todos porque ninguno recibió nada...

Ya estaba amaneciendo, ahora quienes estaban en el agua eran las chicas, Leo y Rodrigo fueron a buscar helado horas antes y ahora estaban por preparar mates para ver el amanecer. Solo Tini había preferido ir a la cama, antes que meterse al agua o seguir bebiendo, bailando y hablando.

Anto- Qué lindo compartir el amanecer con ustedes- dijo la esposa del 10 mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Mandinha.
Caro- ¡Vengan chicos! Este es el momento para ser cargosos, no entienden nada ustedes-
Ríe la joven, logrando llamar la atención de los demás. Su novio se acerca y la abraza, este gesto lo repiten Lionel, Ángel, Dibu con sus mujeres Y Rodrigo con Nico Otamendi...
Rodri- Veni Juli, veni chiquito, sumate al abrazo.
Juli- No, yo voy con Enzo. Vení Enzurri.
Kun- No bobo, vos vení conmigo y a Enzo dejalo que le toca abrazar a Lali...
Todos miraron a Mariana en ese momento, incluso Enzo como pidiendo permiso.
Lali- No me ofendo, es re triste ver un amanecer sin abrazo.
Kun- Vamooo pibeee -Le dice a Enzo mientras lo empuja hacia donde está Lali.

Él la abraza por los hombros, sin generar ningún gesto exagerado y ella parece estar lejos de sentirse incómoda.
Todos milagrosamente estaban en silencio, Enzo miró a todos y cada uno estaba en la suya, entre abrazos, besos y miradas al amanecer. Bajó la mirada hacia Lali, quien levantó un poco la cabeza para hacer contacto visual, él disimuladamente, sin levantar sospechas, le da un corto beso en la boca, sonríe mientras sus labios están en contacto y dirige nuevamente la mirada hacia el amanecer, nadie se dio cuenta de lo que acaba de pasar, para suerte de la más chica de los Aimar.

Para el amor, no hay edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora