31. Cada uno con sus tiempos.

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Los jugadores de la selección se quedaron unos días más en el predio "Lionel Andrés Messi" ya que, tendrían que jugar contra Bolivia. Antes de viajar a La Paz, el cuerpo técnico organizó un asado para todo el equipo y el staff de prensa. La idea era pasar un momento de despeje y disfrutar, antes de seguir con los compromisos de eliminatorias.

Pablo invitó a su hermana, en realidad ya estaba invitada por ser parte del personal de prensa, pero le pidió que se haga presente en la cena y que no lo deje plantado.
Mariana le pidió a su amiga Marina que la acompañe, no estaba segura de poder pasar una buena noche luego de la indiferencia que recibió por parte de Enzo.

Las chicas llegaron al gran comedor que había preparado el personal del predio. Las mesas rectangulares se encontraban agrupadas y todo estaba acomodado sobre cada una de ellas los platos, los cubiertos, los vasos, las servilletas, las paneras y las ensaladas para acompañar. Todo estaba en orden, solo faltaba que los jugadores, cuerpo técnico y staff se acomoden...

Lali- ¿Me queda bien esta remera? ¿Mi pelo cómo está?

Marina- Por décimo quinta vez te digo que "Si, estás bien, te queda bien, estás preciosa" Enzo no va a poder sacar los ojos de tu cuerpo.

Lali- Ok. Escuchame. Estuve pensando en lo que me dijiste. Tenés razón, es mejor que hablemos de nuestra situación y que ambos nos pongamos en el lugar del otro. Así que, te voy a hacer caso y le voy a decir para hablar hoy mismo.

Marina- ¡Qué bueno amiga! Así no me jodés más, taladrándome la cabeza con tus vueltas.

Lali- ¡Callate, boba! Allá viene con Juli...

Marina- Esperemos que se sienten y vamos con ellos. -Enzo y Julián se sentaron en una mesa muy cerca de la barra, donde se encontraban las chicas, Julián las vio y las saludó de lejos, mientras que Enzo las observó y dio vuelta la cara.

Lali- Ahí está. Sin poder despegar los ojos de mí... Sos una visionaria Marina.

Marina- Lo hizo apropósito, callate y seguime. -Las chicas se levantaron de las banquetas donde estaban sentadas y se encaminaron hacia la mesa de los chicos- ¡Buenas noches! ¿Cómo andan?

Julián- Hola chicas. Bien acá esperando el asadito. -Hace un silencio y espera a que Enzo pueda decir algo, pero está entretenido con su celular.

Lali- Hola Enzo. -El silencio sigue presente y su amiga está a punto de tirarse encima del jugador para darle algunas cachetadas.

Marina- ¿Todo bien, Enzo? Nosotras hace un rato llegamos, no quisimos ir afuera por el humo. 

Julián- Nosotros nos quedamos acá para ocupar espacio no más. ¿No, Enzo? -dijo el jugador oriundo de Córdoba, pegándole con la mano a su compañero de selección, a ver si se dignaba a responder de una vez por todas.

Enzo- Si. Yo me voy afuera, así charlan tranquilos. -comentó, mientras se levantaba y se encaminaba hacia el patio, donde estaba el cuerpo técnico y parte del equipo.

Lali, Marina y Julián se quedaron con la boca abierta por la decisión de Enzo. Lali además, algo decepcionada. Suspiró pesadamente y se sentó junto a su amiga para acompañar a la araña.~
La noche siguió su curso, el asado ya casi estaba y todos buscaron un asiento que ocupar. Enzo no tuvo otra opción que sentarse al lado de su amigo que seguía muy bien acompañado.

Enzo- Ahora vengo. -dijo el jugador del Chelsea y se levantó para ir al baño.

Lali- Voy al baño, ya vengo. -dijo apurada, ésta era su oportunidad-

Marina- Andá que nadie te va a extrañar. -comentó su amiga y siguió hablando con los demás.

Mariana le siguió los pasos a Enzo que se encerró en el baño, ella esperó ansiosa afuera para poder pedirle ir hacia el patio y tener algo de privacidad.
El joven jugador luego de un rato salió del baño y miró sorprendido a la joven Aimar.

Para el amor, no hay edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora