54. Un beso que vale por dos.

92 8 1
                                    

Enzo

Llegamos al lugar que no dijo el infeliz que secuestró a Mariana. Me dijeron que me quede en el auto pero, no pude con mi genio y salí atrás de ellos. Junto a nosotros llegó una ambulancia en caso que necesite ayuda.

Observo desde atrás de todo. Los primeros policías dan la orden para entrar. Es una casa que parece abandonada. Realmente no hay otras casas alrededor y todo se ve bastante oscuro. Ingresan y tiran abajo la puerta de un solo golpe. Se escucha que dicen que no hay nada adentro y comienzo a desesperarme. Otro de los policías grita y avisa que halló algo.

Corro atrás de los demás y veo a Mariana que está atada e inconsciente.

En el hospital

Hace unas cuantas horas que estamos en el hospital esperando que Mariana despierte. Pablo se encuentra afuera y yo le pedí al médico que me deje estar con ella en la habitación. Todavía no se despertó, le están haciendo todos los análisis necesarios para saber cómo se encuentra de salud, se la ve algo golpeada, un poco más delgada, me dijo el médico que llegó casi deshidratada y que el no despertarse tiene que ver con todo esto, con no haber comido ni bebido nada, el estrés, etc. Le dejaron comida y agua pero, lejos de su alcance, por eso por más esfuerzo que hiciera no ib a poder alimentarse. Recuerdo esa imagen y se me retuerce el estómago.

Me quedo dormido junto a Mariana, apoyado sobre la cama y con mi mano acariciando la suya.

Me habré despertado una sola vez para ir al baño y ver cómo está Pablo. Despues seguí de largo, más tranquilo ahora que la tengo cerca de mi vista, que puedo tocarla y sentir su calor.

Siento que acarician mi mano, también mi pelo, mi cuello cuando caigo en la cuenta que es Mariana me sobresalto y empiezo a reir de felicidad porque se despertó. Me levanto y llamo a Pablo, a los médicos y vuelvo a entrar.

Enzo- ¡Hola bebota! ¿Cómo te sentís?

Lali- Algo mareada, cansada. Decime que no es un sueño y que estamos juntos.

Enzo- Estamos juntos, amor. Ya estamos juntos. Atraparon a quienes te secuestraron. Atraparon a Ángela que fue la que planificó todo y se quedará en la cárcel por un buen tiempo.

Lali- Qué bueno saber que no es un sueño y que toda esta pesadilla terminó.

Enzo- Si, ahora seguro que viene el médico y te revisa.

Lali- ¿Cómo me encontraron?

Enzo- Uno de los hombres que te secuestró, declaró. Nos dio la dirección y fuimos a buscarte con la policía. Llegamos y estabas sin comer ni beber, inconsciente.

Lali- Qué locura todo esto. Recuerdo haber intentado acercarme al vaso de agua y despues ya nada más. No me dejes sola, Enzo, por favor.

Enzo- No, amor. No te voy a dejar.

Pablo- Permiso. Hola mi chiquita. ¿Cómo estás?

Lali- Bien, algo confundida, pero bien de saber que estoy acá, cuidada.

Pablo- Me alegra que hayas despertado y ue estés bien.

Lali- Gracias por venir hasta acá.

Pablo- No podía dejar a mi cuñado solo, ni tampoco podía estar lejos de acá, lejos tuyo.

Lali- Gracias. De verdad.

Médico- Permiso. ¿Cómo está la paciente?

Lali- Bien doctor. Mareada. ¿Ya me hicieron todos los análisis? ¿Cuándo me voy a poder ir casa?

Pablo- Si me disculpan los voy a dejar solos para que puedan hablar tranquilos.

Lali- Gracias, Pabli. -Pablo se va y el médico comienza a hablar nuevamente.

Médico- Mirá. Irte, no vas a poder al menos por dos o tres días. Para estar seguros que tu organismo está bien, que te alimentás bien, que la deshidratación pudo ser controlada. Hay muchas cosas que necesitamos que estén bajo control, antes de darte el alta. ¿Estamos de acuerdo hasta ahí? -dice y asentimos con la cabeza- Análisis que hay que seguir realizando, resultados que debemos analizar , te tienen que ver varios doctores, el neurólogo, la obstetra, etc. Lo más razonable es eso. Que esperes a tener todas las indicaciones del equipo médico, los resultados y que te podamos guiar para hacer tu vida lo más tranquila posible. Sobre todo teniendo en cuenta tu condición.

Lali- Claro, comprendo. Bueno, será cuestión de esperar entonces.

Médico- No apuremos nada. Yo sé que es difícil, que pasaste por una situación de mucho estrés, mucha angustia. También estuviste mucho tiempo inconsciente, atada e incómoda. Hay que pensar que llegaste al hospital con un caso leve de deshidratación pero, en tu estado, es algo a lo que debemos apuntar y encargarnos desde el momento uno, más allá de todo lo que debemos controlar.

Lali- Bien. Disculpe la pregunta pero no estaría comprendiendo del todo ¿Por qué es importante apuntar a la deshidratación? ¿Cuál es mi condición? Y ¿Por qué debería ver a la obstetra?

Médico- Por el momento yo me encargo de vos y ella en un rato vendrá y controlará que esté todo bien con el bebé. -dice y con Mariana nos miramos y volvimos la mirada hacia el doctor.

Lali- Perdón ¿Qué bebé?

Médico- Lo siento ¿No lo sabían? -el médico sonríe y nos mira a ambos que negamos con la cabeza- Señorita Aimar usted está embarazada, está esperando un bebé. En cuanto la obstetra pueda venir le va a dar más detalles al respecto. Por el momento los dejo solos para que puedan asimilar la noticia. Felicidades.

El médico se va y nos deja a los dos sin palabras. Al cabo de unos segundos, me siento en la cama y clavo mi mirada en Mariana.

Enzo- ¿Lo sabías?

Lali- No, amor. No estaba enterada. Pensé que no me venía por todo lo que fue la mudanza, el cambio de trabajo, todas las situaciones que vivimos con Ángela. Jamás se me cruzó por la cabeza que era por estar esperando un bebé.

Enzo- No lo puedo creer, amor.

Lali- Yo tampoco. -sonrío y tapo con mi mano, mi boca. Mariana sigue en shock y apreta con sus manos, sus cachetes.

Enzo- Cuando pensé que no podía ser más feliz porque apareciste, porque estás con vida, acá me das una razón más para estarlo. -La tomo de las manos y ella empieza a lagrimear- No lo puedo creer, amor. Vamos a ser papás.

Lali- Vamos a ser papás- dice sonriendo y llorando a la vez. La tomo del rostro y le doy un beso que se hace eterno. Apoyamos nuestras frentes y entre suspiros, lágrimas y risas nos decimos "Te amo"

Al cabo de unos segundos vuelvo a besarla, en los labios, en sus ojos, sus mejillas, su nariz, agarro su cara con ambas manos y le sonrío. No podría ser más feliz que en este momento.

Le sigo dando besos en los labios e inmediatamente bajo hasta su panza dejándole un beso en ella. Un beso que vale por dos.

¿Opiniones al respecto? ¿Les gustó la trama del secuestro? ¿Les gusta este giro que dio l novela?

¡Lxs leo!

Para el amor, no hay edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora