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Hice un puchero y Jungkook arrugó su nariz.

Negó y respondió:

—Ni lo sueñes. No tendrás una cita con Mingyu.

—No es una cita —aclaré inmediatamente. Él puso los ojos en blanco y me hizo burla—. Koo, solo quiero hablar con él. Me siento culpable por ilusionarlo.

—¿Y a mí qué? —Se encogió de hombros—. Ve al psicólogo e intenta calmar la culpa, pero no vas a salir con él. Imagina si quiere tomar tu mano o hacer alguna idiotez de drama para quedarse contigo. ¡Me niego!

Me alejé de él y lo miré fijamente. Aún seguíamos en casa de sus padres; estábamos tirados en el sofá, charlando, y aproveché el momento para comentarle mi idea de hablar con Mingyu. Por supuesto, él estaba negado a que eso ocurriera y eso me estaba comenzando a frustrar.

—No seas así. Solo quiero hablar con él, incluso si quieres puedes venir conmigo. —Sonreí y Jungkook hizo una mueca bastante disconforme.

Tampoco era una excelente idea de mi parte. Si Jungkook iba, no nos iba a dejar charlar. Solo iba a hablar y hablar, quizás presumir nuestra relación y hacerlo sentir mal.

—Ni borracho —contestó y yo suspiré aliviado. Se echó hacia atrás y elevó una ceja—. Si estás buscando mi permiso, no lo tienes.

Abrí mi boca, ofendido, y de inmediato contesté:

—No eres mi dueño, así que no me importa tener tu permiso.

Se rio suavemente y se cruzó de brazos con tranquilidad.

—Entonces, ve —animó—. No me preguntes si no te importa lo que pienso. Ahora, tampoco te enojes cuando yo salga a comer con mis exes. Quiero decir, esto tiene que ser algo justo, ¿no?

Lo miré de arriba abajo. ¿Salir con sus exes? ¿Acaso quiere morir?

—No eres gracioso —murmuré en voz baja.

Jungkook me agarró de las mejillas y apretó suavemente. Bajó su mirada a mis labios y dijo:

—No estoy intentando serlo. —Me dio un beso y me soltó—. Si quieres ir y no deseas que me enoje, ve acompañado.

—¿Con quién quieres que vaya?

—Yoongi no, anda hormonal y cambia de parecer bastante rápido. Hoy me quiere y mañana me odia, así que no es confiable. —Suspiró y se quedó pensativo.

Lo miré con atención. No me parecía una mala idea lo que me decía, pero me daba miedo a quién fuera a elegir. Quizás se le cruzaba por la mente mandar a Taehyung.

De tan solo pensarlo me dio un escalofrío. Eso sería incómodo.

—Lleva a uno de mis sobrinos —dijo con una sonrisa. Sonreí, ya que no sonaba mal, y asentí. Entonces señaló al jardín—. Lleva al chiqui, estoy seguro que él se encargará muy bien de Mingyu.

El chiqui…

Miré a donde estaba el pequeño. Era el sobrino menor de Jungkook, hijo de Jihyo y ahijado de Yoongi. Ojos grandes, cabello negro y con rulos, bajito y bastante… gritón.

—¡NO VOY A COMER BRÓCOLI! —Escuché que le contestó a su madre. Luego soltó un grito de guerra y yo sonreí, incómodo.

—Prefiero que vaya Taehyung.

La sonrisa de su rostro se borró.

—Prefiero que tengas una cita con Mingyu e incluso que tome tu mano antes que mandarte con mi hermano. Ese ser del mal disfruta sembrando el caos, seguro lo incentiva a darte un beso o algo así. —Suspiró—. Mejor no vayas, solo ve a terapia.

☀️ Un verano junto a ti [ km ] #UVJATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora