Escondite.

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Luzu se dirigía a la cocina, finalmente habían terminado de cenar. El día había pasado tranquilo, el castaño, cómo siempre, había estado fuera casi todo el tiempo.

— ¿A dónde vas? No estarás pensando en volver a adelantarte, ¿Cierto?—

El castaño sonrió, mientras abría la nevera.

— Claro que no Quacks, ¿Quieres lavar los platos otra vez?—

— ¡Claro que quiero cabrón!—

El mayor no entendía como el menor podía emocionarse por hacer el aseo, pero no quería pensar tanto en eso. En su lugar, tomó una botella de agua, y la abrió.

A pesar de que el ambiente era tranquilo, había algo extraño.

Él no paraba de mirar al pato, quien se acercaba con platos.

Al contrario del castaño, el chico no había notado aquella mirada, puesto que estaba concentrado en mirar el lavabo a distancia.

Apenas puso un pie dentro de la cocina, sintió como agua fría le recorrió el pecho.

— ¿¡Que chingados!?—

Miró al contrario.

— ¡Dios! ¡Perdóname Quacks!—

El castaño se encontraba con una mano sobre la pared, la otra sostenía la botella, ahora vacía.

— ¡Fue un accidente! Casi me tropecé ahorita que pasabas, lo siento mucho.—

El azabache suspiró, dejó los platos en una mesa frente a él, y sostuvo su chaqueta del final, levantandola para ver cuánto se había mojado.

— Es un desastre, Lusu...—

El castaño suspiró.

— Perdóname, te ayudaré a quitarla. Tengo otras más iguales guardadas, te daré unas apenas pueda.—

El azabache asintió, sintió como el castaño le sostenía la chaqueta y comenzaba a quitársela, solo se lo permitió, levantando los brazos para sacar las mangas.

— No tengo problemas con quedarme solo con la camisa, Lusu. No te preocupes.—

— ¡No, no! Hace frío. Iré por otra chaqueta.—

El pato no tuvo tiempo de responder, puesto que el castaño ya se había retirado.

Suspiró, mientras sostenía de vuelta los platos, él no sentía nada de frío. Supuso que el castaño tenía una perspectiva diferente, después de todo, siempre llevaba esa chaqueta negra.

En la habitación de Luzu, había completo silencio.

El castaño miraba la chaqueta que traía en manos, revisó la manga durante un momento, y luego la lanzó sobre su cama.

Abrió un cajón, no era una sorpresa ver qué estaba repleto de chaquetas exactamente iguales.

Tomó una de ellas y sonrió.

— ¡Quacks! Aquí tienes.—

Habló hacia la nada, extendiendo la mano con la chaqueta.

— No, suena...demasiado seco.—

El pato finalmente había terminado de lavar platos.

— ¿Que estará haciendo este wey? Ya tardó demasiado.—

Sacudió sus manos para secarlas un poco, y empezó a caminar hacia la habitación del castaño.

— ¿Lusu?—

El castaño escuchó la voz del pato, sonaba peligrosamente cerca.

Cerró con rapidez el cajón frente a él.

— ¡Quacks! ¿Que pasa?—

Se apresuró a pararse frente a la puerta.

— No es nada, solo que habías tardado y quería ver si había algún problema.—

Mencionó el azabache, que se paró frente al mayor.

— ¡Para nada! Todo perfecto. Mira, aquí tienes tu chaqueta.—

Extendió un poco el brazo, y el pato la sostuvo.

— Oye. ¿Me pasas la otra? Creo que debería lavarla...—

El castaño negó.

— ¡No te preocupes! La lavaré yo, es más. La lavaré ahora mismo, ¿Que tal si vas a dormir?—

— Pero no sería justo para ti.—

El pato estaba confundido, era extraño para él que alguien quisiera lavar algo que no usaba.

— ¡Si que lo es! He sido yo quien tiró el agua.—

Eso no convencía del todo a Quackity, pero podía aceptarlo.

— Supongo que está bien, entonces...buenas noches, Lusu.—

El castaño no le dió mucho más tiempo para pensar, le sonrió mientras se despedía con la mano, luego, cerró la puerta.

— ¿Que fue eso...?—

Se preguntó el pato. "¿Quizá está enojado conmigo por algo?" Pensó.

Era bastante raro para él, pero no conocía lo suficiente al castaño para asegurar que no era un comportamiento normal en él.

El menor no podía evitar sobrepensar cada cosa, caminaba de vuelta a su habitación, y mientras abría su puerta, escuchó una a lo lejos cerrarse.

— Cálmate, Quackity. Lusu dijo que iba a lavar. Esto es normal.—

Susurró para si mismo, mientras entraba a su habitación, amaba dormir, no perdería el tiempo estando despierto, mucho menos pensando en lo que él consideraba "Mierdas que solo lo hacían sentir mal."

El castaño mientras tanto, ahora estaba parado frente a la lavadora. Miraba fijamente la manga manchada de aquella chaqueta.

"¿Quackity realmente no se dió cuenta de esta mancha?"

Pensó. Tenía la mirada clavada en la mancha, una expresión totalmente seria, incluso se diría que "sin vida."

Cualquier persona que viese esa escena, podría pensar que Luzu era aterrador.

Pensó en la incongruencia del cajón, cómo había aparecido cerrado cuando él lo había dejado medio abierto.

Odiaba no haber dejado una prueba para asegurar si realmente el menor lo había desobedecido.

Lanzó la chaqueta dentro de la lavadora, y se alejó, dispuesto a meterse en una habitación más pequeña cercana.

Estaba prácticamente vacía, únicamente tenía una PC y una mesita.

Se acercó a la PC, recordando lo que su compañero de casa le había mencionado.

Y comenzó a buscar.

"Carteles de búsqueda recientes." Quizá eso le tomaría bastante tiempo.



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