27. En paz

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DONGHAE

Ayla lo ayudó a lavarse y a vestirse tras una cortina. Una vez listo, lo llevó a una camilla, le arremangó el jersey y comenzó a curarle las heridas. En ese momento solo podía pensar en lo mucho que le dolía, como si lo estuvieran quemando desde dentro, así que no se dio cuenta de cómo lo miraban los demás.

Pero una vez el ungüento hizo efecto, sintió que no había par de ojos que no estuviera sobre él. O más bien sobre sus tatuajes. Llevaba un mes escondiéndolos tan concienzudamente que hasta él mismo se había olvidado de que tenía todo el brazo izquierdo lleno de dibujos.

Nadie dijo nada, ni siquiera Mohamed. Aunque este probablemente solo se mantenía callado porque tenía a sus madres al lado. Esperaba que se lo llevaran pronto de allí. No tenía ganas de soportar a nadie en ese momento.

No se soportaba ni a sí mismo. Hyukjae lo había salvado y él no podía ni salir de la enfermería para ir a buscarlo, para ayudarlo, para evitar que el Jefe le hiciera daño. Él no merecía nada de eso. No merecía estar prometido con una chica siniestra, ni tener un padre horrible, ni haber cedido sus primeras veces a un chico que planeaba marcharse y no volver.

Donghwa se quedó junto a su camilla mientras Ayla y los demás enfermeros continuaban con su trabajo. De vez en cuando le hacía preguntas para sacar algún tema de conversación, pero Donghae no tenía ganas de hablar. Se quedó con la mirada clavada en la puerta de la enfermería hasta que vio cómo se abría.

Pero no fue Hyukjae quien la atravesó, sino Gabriel. Llevaba a Landon dormido en brazos y tenía los ojos hinchados. Ambos estaban cubiertos por una sábana, así que apenas había más que un par de trenzas mojadas cuando se la quitó.

—¿Qué ha pasado? —Ayla corrió hasta él y tomó la sábana— ¿Ha sido mi hermana?

Gabriel asintió.

—¿Pu-puedo dormir aquí?

—Por supuesto. La camilla junto a Donghae está libre.

—¿Donghae?

Levantó su brazo sano para que el chico supiera dónde estaba. Con pasos rápidos y expresión confusa, Gabriel se acercó hasta la camilla que Ayla le había incidicado, acomodó al bebé con la almohada haciendo de barrera y se volvió hacia él.

—¿Has peleado con Tara otra vez?

—¿Cómo sabes que ya había peleado con ella? —su rostro de color chocolate se arrugó un poco más.

—Porque... bueno, porque nadie se va de casa después de una primera pelea.

Pensó que no surgiría efecto, sin embargo, Gabriel asintió.

—He pasado la tarde en casa de mis padres, pero me daba pena no estar con mi alfa, así que he vuelto con Landon. Y todo iba bien hasta que el peque se ha dormido. Ella pensaba que había vuelto porque me he dado cuenta de que mereces estar en el hoyo pero, cuando le he dicho que no era así... Me ha gritado. Tara nunca me había gritado.

Dicho esto, escondió la cara entre sus manos y comenzó a llorar. Donghae se levantó sin pensar. Su hermano le lanzó una mirada de "ten cuidado" que respondió sentándose junto a Gabriel prácticamente al instante.

—Oye —le acarició la espalda arriba y abajo suavemente hasta que el chico lo miró con sus ojos rojos y la nariz moqueando—. No te sientas mal por haber discutido con ella.

—Pe-pero es mi alfa. Nosotros nunca... nunca habíamos discutido.

—Siempre hay una primera vez para todo. Piensa que, si Tara realmente te quiere, intentará entender tu punto de vista.

Selvaggio [EunHae - Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora