26. La verdad

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DONGHAE

—¡Hae! ¡Hae, despierta!

No estaba dormido, pero le costó abrir los ojos y mirar hacia arriba.

Hacía varias horas desde que Hyukjae se había marchado de repente y sin explicarle por qué. Al principio se había enfadado bastante con él, pero era consciente de que el alfa no era la clase de persona que hacía ese tipo de cosas sin ningún motivo, así que ahora estaba más calmado. Solo esperaba que volviera pronto con alguna explicación.

El que lo llamaba desde la puerta era su hermano. Ayla y Kyuhyun estaban con él, los tres asomados y con la misma cara de preocupación. Lo entendía. Después de las caídas, de trepar, de excavar en la tierra para guardar la comida y la cantimplora, y de simplemente pasar la noche allí metido, estaba hecho un desastre. Su ropa clara era ahora marrón, tenía las uñas negras y la bufanda llena de tierra.

Entendía que el castigo fuese de tres días. Con eso era más que suficiente para que cualquiera se arrepintiera de sus pecados y pidiera perdón. Cualquiera que fuera culpable de verdad.

—¿Cómo estás? —preguntó la chica.

—¿Qué te ha pasado? Esta mañana no estabas así.

Dudó un momento, antes de recordar que tenía delante a las tres personas que sabían toda la verdad.

—Hyukjae ha intentado sacarme de aquí un rato, pero... no ha salido bien.

Se encogió de hombros. La pareja se miró en silencio mientras que el músico se frotaba la cara con frustración.

—¿Cómo que sacarte un rato? —preguntó, obviamente molesto— No puede hacer eso. Si os descubren, a él lo meterán en el hoyo y a ti... No sé, no recuerdo un castigo mayor que este, pero seguro que el Jefe se lo inventa.

Se cruzó de brazos. Él estaba enfadado, pero a Donghae le parecía adorable que se preocupara por ellos de esa manera. Le apetecía abrazarlo para darle las gracias.

—Pero vosotros también estáis aquí. ¿Qué diferencia hay?

—Que no te vamos a sacar.

—¿Y entonces no os van a castigar? —arqueó las cejas.

Kyuhyun abrió la boca, solo para cerrarla inmediatamente después y quedarse pensando. Si los pillaban, claro que los castigarían. Y el Jefe lo odiaba, así que seguro que aprovechaba eso para castigarlo a él también aunque ya estuviera dentro de un agujero.

—Pero Hyukjae es su hijo —murmuró.

—No hemos venido para hablar —dijo Donghwa entonces—. ¿Hyukjae te ha traído comida?

Asintió y les enseñó la cantimplora, que tenía todavía por la mitad. Se estaba controlando mucho para no bebérsela de un trago.

—Nosotros te hemos traído también —Ayla le enseñó una bolsa de tela—. ¿Qué hacemos?

—Dejadlo caer todo por ahí, que lo atrapo.

Estiró los brazos como había hecho para que Hyukjae le diese la comida. Sin embargo, ninguno de los tres le hizo caso.

—¿Dónde vas a guardarlo? —su hermano miraba la bolsa y el agujero de forma dubitativa— Tara vendrá en algún momento y no quiero que descubra que estamos desobedeciendo al Jefe.

—Tara se volverá loca si lo descubre —secundó Kyuhyun.

Pero entonces, alguien resopló. Y no eran los alfas, era Ayla.

—Olvidaos de mi hermana. No nos hemos arriesgado a venir ni nosotros ni Hyukjae para que Donghae se quede sin comer hasta mañana por miedo a que ella enloquezca.

Selvaggio [EunHae - Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora