29. Viaje

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DONGHAE

Con una mano en el cuello del alfa y la otra atrapada entre ambos cuerpos, suspiró.

No sabía cuánto tiempo llevaban besándose ya. A veces besos largos y profundos y a veces simples picos intercalados con risas. Sobre todo suyas. Era incapaz de controlarse. Que Hyukjae hubiera decidido irse con él era lo mejor que le había pasado en muchísimo tiempo.

Se acomodó mejor sobre su regazo y Hyukjae lo ayudó empujándolo con la mano que mantenía en su espalda baja. Aquel beso era de los primeros. La lengua ajena jugaba dentro de su boca, como si tan solo un mes atrás no hubieran sido el primer beso del otro. Perdió un ruidito contra ella y se echó hacia atrás para tomar aire.

Aunque lo que realmente tomó fueron un montón de feromonas que lo dejaron completamente atontado durante un rato.

Una vez volvió a la realidad, rio y se mordió el labio inferior.

Dios, estaba tan contento.

—Ome...

No lo dejó acabar antes de cerrarle la boca con un pico. Y otro y otro más hasta que Hyukjae metió una mano en su pelo y lo convirtió en otro roce necesitado.

Cuando se separaron, pudo apreciar con sus nuevos ojos que esos labios ya de por sí gruesos estaban hinchados. Seguro que los suyos se encontraban igual.

—Alfa —murmuró.

—¿Qué?

—Nada, solo quería llamarte así.

—Pues es peligroso que me llames así en esta postura, ¿sabes, omega?

—¿Peligroso por qué, alfa?

Con un gruñido, el mayor volvió a atrapar su boca. Fue su turno de tomarlo del cabello mientras las manos grandes, las dos, bajaban hasta apretarle las nalgas. Gimió, consiguiendo otro apretón mas fuerte que el anterior.

Aquello no tenía por qué volverse peligroso. Vale, el beso era profundo. Y las manos de Hyukjae se sentían jodidamente bien ahí abajo. Y estaba completamente impregnado. Pero no iba a mojarse solo por eso.

Hyukjae se separó de su boca mientras tiraba de su labio inferior con los dientes. La sensación le recorrió todo el cuerpo y se detuvo en su entrepierna. Oh, no.

Notó que los dedos subían hasta su espalda baja, solo para colarse bajo la cintura de los pantalones y volver a bajar por encima de su ropa interior. No, no, no.

—Cómo me gustas, omega...

Sí, sí, sí.

Estaba mojado, ¿de acuerdo?

Ese maldito hombre con sus manos y su voz y sus labios y su aroma lo provocaba demasiado.

Pero no podían hacer nada en la bodega de un barco en la que se suponía que no debían estar, así que lo agarró del brazo y trató de sacarlo suavemente. Lo consiguió, pero solo con ese lado. Hyukjae le clavó las uñas en la nalga izquierda, mandando una maldita corriente eléctrica por su espalda.

Cerró las piernas.

—Para —pidió entonces en voz alta—. No podemos hacer eso aquí.

—¿Ni siquiera un poco?

Meneó la cabeza. Decepcionado, Hyukjae sacó la mano. Luego se quedó observándola y se la llevó a la nariz. Donghae quiso chillar cuando hizo un amago de llevársela también a la boca.

—¡No! —exclamó bajito— No seas guarro.

—Eres mi omega, no soy guarro por lamer tus fluidos.

Selvaggio [EunHae - Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora