17. Dancing in the Moonlight

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HYUKJAE

Abrazó a Donghae de forma instintiva mientras observaba a su alrededor. La voz de Tara había interrumpido el momento, pero ella no estaba por ninguna parte.

—¿Nos ha visto? —preguntó él contra su oído.

No contestó, pues estaba intentando averiguar a través del sonido y del olor dónde se encontraba su amiga. Los jazmines a su alrededor no le dejaron aprovecharse de lo último, sin embargo, sí fue capaz de adivinar que ella no estaba tan cerca como parecía. Debía de haber varios árboles de por medio.

—Pero es que no lo entiendo —era Kyuhyun, que parecía frustrado por alguna razón—. Si a mí me cae bien.

—¿Solo te cae bien? Hueles mucho cuando hablamos de él.

—N-no digas tonterías...

—Oh, por los dioses —repitió.

Entonces los dos se miraron y suspiraron con alivio. Ya lo entendían. El problema ahora era que ambos alfas se estaban acercando.

—Vámonos —susurró.

Donghae asintió. En silencio pero deprisa, tomó su mochila y la ropa todavía húmeda del menor mientras este recogía sus cosas de betas y su bufanda. Le vio rodearse el cuello con ella antes de echar a correr hacia el bosque. Descalzo. Con su jersey tapándole apenas ese trasero que ahora sabía que era esponjoso y esos muslos rellenos que podía pasar horas tocando.

Sacudió la cabeza.

Miró la bufanda y el conejo y se preguntó si debía ir a por ellos. Los pasos de sus amigos estaban ya demasiado cerca. Y la bufanda no olía a jazmines porque el menor no la había llevado puesta en ningún momento. Apretó los puños en la ropa y echó a correr también.

Lo encontró no muy lejos, escondido tras un tronco. Se llevó un dedo a los labios para indicarle que no dijera nada y le tendió los pantalones, que le vio ponerse torpemente. Mucho mejor así.

Lo que no tuvo tiempo de darle fueron las botas, porque Tara y Kyuhyun aparecieron en el lago justo en ese momento. Seguían peleando porque, al parecer, al menor le gustaba un omega que a ella no le caía bien. Se preguntó quién sería. Hacía tiempo que Kyuhyun no le hablaba de nadie.

—¡Basta! —exclamó con el rostro enrojecido— He venido contigo porque Azumi está en celo y no tenemos ensayo, no para que me hagas un interrogatorio. Esto es mucho más divertido cuando está Hyukjae.

—Pues Hyukjae está en las cocinas, así que... ¿Eso es una bufanda?

—Corre antes de que nos huelan.

Empujó al omega para que echara a correr sobre los pies desnudos y lo siguió sin rumbo fijo. Corrieron y corrieron durante un buen rato, esquivando árboles, mirándose de reojo, riendo al final.

Cuando se detuvieron en alguna parte, ambos estaban sin respiración. Se apoyó en un tronco mientras Donghae se abrazaba a sus cosas y comprobaba que no había perdido nada por el camino. Pareció aliviado al ver la imagen de sus amigos dentro del cuaderno.

Se aseguró de que no los seguían antes de dejarse caer en el suelo, gesto que el otro imitó. Quedaron uno frente al otro entre dos árboles y un montón de hojas secas. Vio sus pies sucios y algo heridos y no pudo evitar tomarlos para limpiarlos. Al principio, Donghae se resistió porque le hacía cosquillas, pero luego le dejó continuar.

La situación era cómoda pero un poco extraña. Hacía nada habían estado a punto de devorarse mutuamente. ¿Cómo se suponía que debían actuar ahora? Le puso los calcetines y las botas y le tendió el abrigo. Lo vio frotarse los brazos para entrar en calor después de ponérselo y suspiró.

Selvaggio [EunHae - Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora