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Un chico de cabellos rosados dejo recostar su cabeza en aquella mesa mientras soltaba un largo suspiro.

A veces pensaba en el trabajo que tenía como Stalker es decir ¿De verdad acosar a una persona se le considera un trabajo? Si era así, la humanidad está más que perdida.

Muchas veces la idea de renunciar a dichoso trabajo se le venía a la cabeza sin embargó no podía hacerlo por mucho que quisiera.

La universidad era costosa.

Y es que el no iba a cualquiera sino a la universidad más prestigiosa de Seúl dónde solo ingresaban hijos de millonarios, empresarios exitosos e incluso de modelos o actores, y si, siempre estaba rodeado de rostros bellos. Se preguntarán ¿Cómo es que llegó ahí? Simple, con largas horas de café y estudios sin descanso.

Había obtenido una beca al tener calificaciones impecables dándole una oportunidad de ingresar pero desde hace dos meses aquello ya no era suficiente para mantenerse. Los maestros comenzaron a exigirle material para sus trabajos, muchos más detalles en ellos y el dinero que dichosa beca le daba se volvió casi imperceptible obligándolo así a buscar un empleo.

Obviamente no se sentía muy orgulloso del "Empleo" que tenía pero si lo veíamos por el otro lado osea el económico era muy bueno. La paga era tan buena que incluso le ayudaba demasiado con las cosas de su vida cotidiana y la universidad por supuesto.

No obstante eso no era nada comparado a lo que esos estudiantes mostraban y presumían, cosas como autos lujosos de último modelo, playas privadas, mansiones y joyas costosas de piedras preciosas entre otras cosas aún más caras.

El fue tachado cómo "El nerd con más suerte del mundo" y no lo negaba, estar rodeado de muchos modelos juveniles e hijos de celebridades era algo de lo que evidentemente debía estar agradecido pues no todos tienen dicho privilegio ¿No?

Pero ese no era su caso.

Claramente no faltaban dentro de la lista los típicos niños de mami y papi que iban restregandole en la cara a todos sus riquezas y demás cosas costosas que ni el en vida podría tener, les parecían irritantes a su pensar por eso necesitaba el trabajo al menos para mantenerse al margen.

A diferencia de ellos, no era hijo de millonarios mucho menos de algún empresario exitoso o siquiera de celebridades, claro que no. Sus padres eran unos honrados panaderos con la panadería más linda que hayan podido imaginar pero no lujosa, más bien hogareña, y sin presumir pero sus panes eran sin duda los más deliciosos del mundo.

Vivían en el campo nada igual a lo que era la ciudad. El estaba ahí solo para cumplir su más grande sueño desde que era un niño. Diseñador de modas.

Debía arreglárselas para sobrevivir pues estaba solo. Y es que sus días en la universidad no eran los mejores no precisamente por el estrés debido a las tareas más bien pues como siempre no podía faltar el magnífico bullying por no ser de aquel estatus social o siquiera pertenecer a una familia rica.

Era odioso.

— Mira que tenemos aquí, pero si es TaeHyun ¿Cómo te encuentras cariño? ¿Acaso el aire que respiras te ahoga por no pertenecer aquí? ¿Es así? — Sonrió malicioso.

Y hablando de eso. Llegó el rey de Roma.

— ¿Qué quieres ahora YeonJun? — Espetó irritado.

— Oh yo nada, solo quería ver cómo estabas digo aquí no es el campo y debes sentirte fuera de lugar ¿Oh no TaeTae? —musito con tono burlesco.

— Déjame en paz YeonJun, está actitud amigable tuya es más falsa que todas esas extensiones que tienes — Lo miro frunciendo su ceño.

El pelinegro apretó su entrecejo y tomándolo del brazo lo encaró. Nadie, absolutamente NADIE le hablaba de ese modo. ¿Que acaso no sabía quién eran sus padres? O siquiera ¿Quien era el?

𝗖𝘂𝗽𝗶𝗱𝗼 𝗦𝘁𝗮𝗹𝗸𝗲𝗿 | ˢᵒᵒᵗᵃᵉ ᵃᵈᵃᵖDonde viven las historias. Descúbrelo ahora