My Sweet Boy | Gilbert Blythe | EDITANDO

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El doctor decidió que me quedase un día mas para estar seguros de que no se me abriría la herida en el camino, yo estaba seguro que no iba a cicatrizar en sólo un día mas, pero no iba a discutir por eso. Así que al caer la noche, mi madre se acercó a limpiarme el rostro, sonreía al verme.

–Madre, deberías irte a dormir a un hotel –dije.

–No pienso dejarte solo, pasaste por mucho dolor en el camino y sentí que te irías –sollozó–, Nov, no te pienso dejar.

Suspiré y sentí una punzada en la herida.

–Al final de cuentas el alcohol de la casa se hizo medicinal ¿no? –dije para que mi mamá se olvidara de todo.

Mi mamá sonrió un poco, pero siguió guardando silencio hasta que comenzó:

–¿Gilbert y tú son muy amigos?

–Si, supongo que si, es mi compañero de mesa, ¿por qué?

–Antier en el camino hacía acá no dejabas de decir su nombre...

–Oh... es que, me quedé con el pendiente de regresarle su abrigo –mentí.

–Entiendo... ¿Cómo van las cosas con Josie? –preguntó delicadamente.

–Pues está enojada porque acompañé a Diana... quizás me termine por eso –sonreí sin fuerzas.

–¿Eso es lo que quieres, no?

–¿Por qué habría de querer eso?

–Nov... tengo que decirte algo... Daniel, mi hermano –suspiró–, tenía tan solo dieciséis años cuando falleció, casi tu edad... yo tenía veinte, estaba embarazada de Jan y no lo sabía cuando eso pasó...

–Me sé esa parte de la historia, madre.

–Cuando te digo que me recuerdas a él es porque te pareces a él físicamente... pero también tu corazón, tu gracia, tu dedicación y tu... bueno, eres casi su copia. Cuando falleció quedé destrozada, no comía bien, llegué a beber alcohol, por eso Jan nació antes... cuando me di cuenta ya era tarde, por eso tu padre y Jan se adoran porque él la cuidó durante ese tiempo que yo no podía ni levantarme de la cama. Cuando naciste, pude ver enseguida los ojos de mi hermano reflejados en ti... Viniste a salvarme de ese dolor que me acompañaba a diario.

–Eso no lo sabía, mamá...

–Hay más... a Daniel le hicieron mucho daño, lo molieron a golpes y no pudo sobrevivir a ello... sólo yo sabía su secreto, la razón por la cual le hicieron aquello –hizo una pausa y levantó la mirada para contener las lágrimas–, a tu tío Daniel le gustaban los hombres...

–Oh –es todo lo que pude decir al tener tanta información por procesar.

–Él salía con una chica, Miranda... se habían comprometido, pero Daniel salía con un chico en secreto, lo amaba, Nov, lo veía en sus ojos cuando me hablaba de él, pero tenía que casarse con Miranda... meses antes de la boda, el hermano de ella se dió cuenta de lo que pasaba y junto con otros amigos, mucho mas grandes que mi hermano, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Llegó vivo al hospital y me dijo que buscara a aquel chico y le dijera cuanto lo amaba, también me dijo que fuera feliz cuando tuviera el varón que siempre quiso de sobrino... Nov –se limpió las lágrimas–, ¿te identificas con Daniel? ¿También eres como él?

–Madre yo... no soy Daniel ¿si?

–Antier decías su nombre, el de Gilbert... y dijiste "te amo", no te pienso juzgar, sólo quiero cuidarte... Desde niño vi como te le acercabas a otros niños, como los tomabas de la mano, nunca te interesaste en chicas y de pronto Josie... pero es para cubrir eso ¿No es así?

Comencé a llorar, las lágrimas caían rápidamente, no podía negarle nada, sentía una mezcla de tristeza por lo que me contó y por amar a Gilbert, pero cierto alivio por saber que mi mamá no me juzgaba, que me amaba tal y cual yo era, con ella ya no podría esconderme, no habría mas secretos.

Mi madre me abrazo con fuerza como pudo, pues yo seguía postrado en la cama, la herida me dolía en cada sollozo, pero lo que sentía en el interior dolía mas.

–Siempre te voy a amar, mi niño, para mi eres perfecto, eres mi adoración...

–Mamá te amo –hice una pausa y lloré mas fuerte–, lo amo mamá, lo amo pero no puedo hacer nada...

Mi madre no dijo nada, sólo me acariciaba el cabello tiernamente.

–Lo que decidas, lo aceptaré y te protegeré, me pondré frente a ti para recibir todos los impactos, no te volverán a tocar...

Supe que eso último lo dijo como si yo fuera Daniel... No la corregí, ambos ya estábamos sufriendo demasiado.

Al día siguiente por la mañana, mi madre y yo teníamos grandes ojeras, ella intentaba taparlas con maquillaje.

–No sabía que siempre traes un maquillaje contigo, salimos de emergencia –reí.

–Me lo prestó la recepcionista, Winnifred, es muy linda ¿Sabes que Gilbert trabaja aquí los sábados? Ella me lo dijo.

–Oh, no sabía que era en esta clínica, viene a aprender la profesión. Pero ¿Por qué estabas hablando de Gilbert con ella?

–Porque ella recibió las cartas ayer y se dió cuenta que eres amigo de él, dice que es encantador.

–Si que lo es –dije con una sonrisa. Ella me la devolvió.

Dos horas después estaba caminando con ayuda de mi padre hacia el carruaje, mi madre subió y con ayuda de ambos subí delicadamente, mi madre me detuvo con sus brazos todo el camino para disminuir el movimiento de mi cuerpo a causa del carruaje.

Al llegar a casa me sentía mareado y adolorido, mi madre pudo amortiguar los movimientos pero había unos que eran demasiado difíciles de evitar por los caminos llenos de pedruscos.

Cuando abrimos la puerta de la casa y entré, January vino corriendo hacia mí y me pasó los brazos por el cuello, el movimiento me hizo gemir de dolor.

–Lo siento, Nov, estaba tan preocupada por ti... Llegué a casa y ya no estabas.

–¿Te preocupaste por mí? –pregunté con una sonrisa pícara.

–Pues claro que si, a pesar de todo, eres mi hermanito y te quiero.

–Casi se desmaya cuando le dije a donde fueron –dijo Hasana detrás de mi hermana.

–No exageres –dijo mi hermana.

Mis padres y Hasana se rieron, yo solo pude sonreír, me llevaron a mi habitación subiendo las escaleras lentamente y mi madre me hizo acostarme.

–Mamá, ya no quiero estar en cama –dije.

–Tienes que, debes guardar reposo todavía –respondió ella arropándome.

–¿Cuándo volveré a la escuela?

–Quizás dentro de una semana, ya veremos.

–Madre –dijo January asomándose por la puerta–, hoy van a venir Anne, Diana y Gilbert, lo harán después de la escuela.

Mi madre me quitó la frazada que me acababa de poner y me levantó para darme un baño.