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Al día siguiente Diana nos invitó a una reunión para encontrarnos con Cole, yo accedí de inmediato, así que al salir de la escuela fuimos Anne, Ruby, Gilbert, Jan, Diana y yo hacía la casa de los Barry.

Diana nos guió hacía su patio y ahí se encontraba Cole, estaba muy elegante a pesar de no ir vestido de Mr. Darcy.

Todos lo saludamos, Cole se me acercó después de un rato y me susurró "feliz cumpleaños", me tomó una mano y en ella colocó una figura de cerámica, era un perrito color café con manchas blancas, se veía muy realista.

–Es hermoso ¿Tú lo hiciste? –pregunté.

–Si, Diana me comentó que te gustan los perritos, así que me puse manos a la obra, ahora tienes una escultura mía.

–Muchas gracias, amigo, me encanta.

Seguí charlando con él y noté como Diana nos miraba intrigada.

De pronto me sobresalté cuando Hasana entró corriendo al patio de los Barry, la señora Barry salió y gritó asustada, entendí que era por el color de piel oscura de Hasana. Pero ella ignoró a la señora Barry y dijo agitada.

–Jan, Nov, vengan rápido, su madre cayó por las escaleras, ya la levanté pero no reacciona.

Salimos corriendo los dos y Gilbert fue detrás de nosotros.

Al llegar, mi madre estaba en el sofá, tenía una mano colgando hacia el suelo, los ojos cerrados y no tenía color en el rostro. Corrí hacia ella, tomé su mano y comencé a llorar.

–Mamá despierta, por favor, despierta.

Gilbert se acercó y puso dos dedos en el cuello de mi madre.

–Tranquilo, está viva, seguramente tuvo una contusión.

–¿Cómo lo sabes? –preguntó Jan llorando.

–Su corazón está latiendo –respondió Gilbert.

Hasana se desplomó en el otro sofá.

Gilbert fue hacía su casa rápidamente y regreso con botes de especias desconocidas que Bash le había regalado. Le puso a mi madre uno de los botes y en unos segundos abrió los ojos.

–Tranquila, no se mueva, señora –indicó Gilbert.

Gilbert le hizo unas revisiones mas y nos indicó que ya estaba bien.

–¿Cuántas veces mas nos vas a salvar? –dije y me lancé llorando a abrazarlo.

–Las veces que sean necesarias, por eso voy a ser doctor.

Mi madre se recuperó rápidamente, dijo que resbaló con su vestido y que al momento de estar cayendo solo pensó en nosotros. Abrazó mucho a Gilbert para agradecerle.

Finalmente se fue a dormir y los tres nos quedamos de nuevo solos en el salón.

–Gilbert, eres el único en Avonlea que sabe algo de medicina... cargas con todo lo que pasa.

–Pero no sé lo suficiente...

–Aún así nos has salvado dos veces. ¿Podría yo... ?
¿Podrías ayudarme a estudiar medicina? Así habrá dos doctores en Avonlea –dije decidido al ver la labor de Gilbert.

–No sólo es de quererlo, lo tienes que desear y ponerle dedicación en cuerpo y alma –dijo seguro.

–Lo deseo. Necesito de ti para dedicarme.

–Bien, mañana comenzaré a enseñarte lo básico.

Durante la semana Gilbert estuvo explicándome acerca de la anatomía humana, algunos procesos naturales del cuerpo y comenzamos con los primeros auxilios. Por las tardes visitábamos a Cole o él venía a nuestra casa.

My Sweet Boy | Gilbert Blythe | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora