𝐆𝐄𝐎𝐑𝐆𝐄 𝐖𝐄𝐀𝐒𝐋𝐄𝐘 se enamora de una muggle en el momento menos indicado y tendrá que tomar una decisión que podría cambiar su vida para siempre.
El Ministerio de Magia prohibe la unión entre un mago/bruja y un muggle luego de realizar una...
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Ella se encontraba enfrente suyo, sin un río que los dividiera. El viento movía sus cabellos dorados, pero no lograba despeinarla. Sus labios parecían enrojecerse más con cada paso que ella daba para acercarse a él. Sus ojos azules parecían solo fijarse en George, y eso lo hacía sentir como si él fuera el chico más afortunado del Mundo Mágico y del planeta. Mientras más se acercaba, más podía oler ese aroma a margaritas tan propio de ella, de Solace Vane. Verla hacía que el corazón de George latiera más rápido y más fuerte, lo hacía sentir vivo.
—Hola, George —dijo ella, estando a unos centímetros lejos.
—Solace. —Él la abrazó, y ella le devolvió el abrazo de inmediato.
—Por fin... Eres más alto de lo que pensaba que ibas a ser.
—No puedo creer que por fin estemos así, juntos. No sabes desde hace cuánto que yo he deseado poder abrazarte, tocarte, verte tan cerca. No tienes la menor idea, Solly.
—Yo lo deseé desde el primer momento en el que te vi. El día en que te vi por primera vez, me dije a mí misma: "guau, este es el chico más lindo que he visto en toda mi vida". Lo eres.
—Entonces no has conocido a muchos chicos.
—Ni tengo la necesidad de hacerlo, pues tengo al chico que quiero finalmente conmigo.
Ella le sonrió con aquella sonrisa que lo obligaba a sonreír también. Era imposible no hacerlo al verla. Le gustaba su rostro, pero le gustaba aún más cuando ella sonreía, ya que al hacerlo sus ojos se achicaban y le daban a ella la apariencia de un verdadero ángel.
—Tú sí que eres la chica más linda que he visto, y créeme cuando te digo que he visto a muchísimas en mi vida. Jamás había adorado tanto a una chica como te adoro a ti, pero me es imposible no hacerlo. Eres especial, Solly, tienes algo contigo que me hace adorarte sin siquiera percatarme de que lo hago.
—Tú eres muy especial para mí también, George. Hay algo que tú tienes que otros chicos no, pero no sé con exactitud qué es eso.
—Soy diferente a los otros chicos con los que te has hablado, pero no en la manera en la que tú crees, Solly.
—¿A qué te refieres, George?
—Me refiero a que yo tengo algo que ellos no tienen, ¿me entiendes?
—¿Un cerebro?
George rio.
—No, para ser honesto yo tampoco tengo eso. Pero hablando en serio, si vamos a estar juntos, hay algo que debes saber de mí.
—¿Qué cosa, George? ¿Qué es lo que tengo que saber de ti? —preguntó ella, agarrándolo de las manos.
—Lo que tienes que saber de mí, es que yo no soy un muggle. Mi gente llama muggle a una persona que no tiene magia.
