Solace aún seguía castigada, y lo seguiría estando por un largo tiempo. Quizás hasta que cumpliera treinta años. Ella sabía que a su padre le costaba aceptar el hecho de que ella estaba creciendo, que estaba empezando otra etapa de su vida. Era muy posible que, de hecho, ni siquiera quisiera pensar en ello, pues para él Solace siempre sería su pequeña.
—Te lo digo, Martha —pudo escuchar decir a su padre desde su habitación—, ese chico es alguien muy extraño. Cuando lo empecé a perseguir, él corrió hasta la parte trasera de nuestra casa y luego desapareció.
—¿Quizás trepó por el techo y logró escaparse? Después de todo, le has dado un gran susto querido, no ha vuelto a aquí.
El padre de Solace rio ásperamente.
—Sí, debiste haber visto su cara.
Solace sabía que con la magia que poseía George, el asustado debería ser su padre. Debía estar agradecido de que George no se defendió.
—¿No crees que es un poco... ridículo todo esto, querido?
—¿Que ese muchacho haya venido a casa luego de que le advirtiera que no lo hiciera? Sí, es muy ridículo.
—No, que la protejas de esta manera. Ella ya tiene dieciocho.
—Dieciocho, sí. Su edad todavía pertenece al grupo de los dieces. Cuando pertenezca al grupo de los veinte, recién ahí podremos discutir esto.
—Como dije, es ridículo. Además deberías agradecerle a Dios que a su edad lo "peor" que ha hecho es hablar con un chico. Hay chicas menores que ellas que están embarazadas o que son madres. ¿Sabes lo que hacen los adolescentes británicos hoy en día, Robert? Ellos se embriagan en los pubs como si no hubiera un mañana. Yo no creo que esté mal que ella hable con el chico.
—Pero Martha, si yo dejo que hoy vaya a verlo al muchacho, ella mañana ya estará embarazada.
—Entonces, antes de que se vaya, le enseñaremos las cosas que debe saber para prevenir eso. ¿Encerrarla en la casa? ¿Prohibirle salir y hablar con el chico? Eso no está bien. Además, tú más que cualquiera debería sentir empatía por el niño.
El señor Vane siseó.
—Ella podría oírnos, Martha.
—Pues que lo haga.
Al menos su madre no pensaba igual que su padre, eso la hacía sentir mejor a Solace. Le daba una pizca de esperanza para no rendirse.
Lo que sentía por George era algo especial. Ella quería seguir conociéndolo, sabía que lo suyo tendría futuro si ambos se dedicaban el tiempo necesario para poder conocerse mejor; ¿pero cómo iban a hacerlo si su padre no la dejaba ni siquiera acercarse hasta la puerta?
Lo único que podía hacer era quedarse sentada en su cama y esperar a que su padre la deje vivir. Lo malo de ello, era que había un tiempo límite para poder reencontrarse con George, quizás dos semanas. Luego de eso, ella estaba convencida de que él se olvidaría de ella o encontraría a alguien más. Solace era alguien que se conformaba con las cosas, por lo que si eso llegase a suceder, sabía que de todas maneras seguiría a su lado, en búsqueda de una amistad.
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𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐃𝐄 【𝐆.𝐖】
Fanfiction𝐆𝐄𝐎𝐑𝐆𝐄 𝐖𝐄𝐀𝐒𝐋𝐄𝐘 se enamora de una muggle en el momento menos indicado y tendrá que tomar una decisión que podría cambiar su vida para siempre. El Ministerio de Magia prohibe la unión entre un mago/bruja y un muggle luego de realizar una...