George se despertó más temprano que de costumbre y con la mentalidad de que ese día sería diferente a los anteriores. Luego de levantarse, se cambió de ropa y bajó hasta la cocina, encontrándose con su familia desayunando.
—Buenos días —dijo George, antes de darle a sus padres un beso en la mejilla.
Ellos lo miraron como si se tratase de un extraño que había invadido su casa.
—Buenos días —le respondió Molly confundida—. Te serviré una taza de té.
—No te preocupes, mamá, tú quédate en tu silla, yo me serviré el desayuno.
Y a pesar de que se sentía extrañada por el comportamiento de George, ella no pudo evitar sentirse feliz y sonreír al notarlo más contento.
—¿A qué se debe este cambio? —preguntó el señor Weasley.
—Finalmente entendí, luego de un año, que si quiero que mis días dejen de ser iguales tengo que cambiar mi rutina. Hoy me levanté temprano, me estoy sirviendo mi propio desayuno y quizás más tarde me ponga a planear un nuevo producto para la tienda. Todavía no estoy seguro de cuándo volveré a abrirla, pero algún día lo haré.
—Eso es fantástico, hijo. Estamos muy orgullosos —dijo el señor Weasley, tocando la mano de Molly sobre la mesa.
Todo se debía a aquel sueño que había tenido. Por más ridículo que sonara, le hizo dar cuenta de muchas cosas. Debía dejar el sufrimiento de la muerte de Fred en el pasado y seguir adelante. Iba a ser difícil, pero él sentía que era algo necesario para su crecimiento.
La mayor parte del día, George se la pasó viendo el reloj, deseando que las agujas apuntaran a las dos. Ansiaba verla a Solace, pues pensaba que hablar con ella podría ayudarlo con esta nueva meta de seguir adelante. Solía distraerlo de sus problemas muy bien, como si ese fuera su talento oculto.
—¿Te encuentras bien, George? —le preguntó su madre, sentándose al lado suyo en el sofá. Su mirada se desvió a donde se encontraba la de George—. ¿Qué haces mirando el reloj? ¿Qué es lo que estás esperando, querido?
—Oh, nada, no es nada. Yo me encuentro bien, ¿y tú?
—Yo también. No te lo pregunto porque no te vea bien, sino por lo contrario, lo cual me pareció sospechoso. Cambiaste tu actitud de un día a otro.
George asintió con su cabeza, sin despegar su mirada del reloj.
—Entiendo tu preocupación. No es que cambié de un día a otro, sino que estoy intentando cambiar. Todavía sigo siendo el mismo de ayer, con la diferencia de que quiero cambiar. He sufrido demasiado por Fred; no he salido de la casa más de diez veces en todo un año, me la he pasado encerrado en mi habitación y cada día en verdad se sentía igual que el otro, y eso te hace cuestionarte cosas que no deberías cuestionarte, como: ¿para qué seguir viviendo si el día de mañana será igual?
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𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐃𝐄 【𝐆.𝐖】
Fanfiction𝐆𝐄𝐎𝐑𝐆𝐄 𝐖𝐄𝐀𝐒𝐋𝐄𝐘 se enamora de una muggle en el momento menos indicado y tendrá que tomar una decisión que podría cambiar su vida para siempre. El Ministerio de Magia prohibe la unión entre un mago/bruja y un muggle luego de realizar una...