IV: When we were young.

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«Es difícil recuperarme, todo me lleva de vuelta a cuando estabas allí y una parte de mi sigue aferrándose por si acaso no ha desaparecido. Supongo que todavía me importa, ¿aún te importa?»

El tiempo era una cosa curiosa; mientras Lily estaba allí de pie, quizá recordando su última y amarga conversación como si hubiese sucedido solo un par de meses atrás, Severus sentía sobre su espalda cada uno de los años que esperó para volver a escuchar la dulce voz de la chica dirigida a él. Toda una vida anhelando tener otra oportunidad y para su amada en comparación se sentía como un parpadeo.

—¿Y bien? —Ella tenía los brazos cruzados y el ceño profundamente fruncido, mientras rebotaba su pie con impaciencia—Prometiste ser rápido, así que apresúrate.

El muchacho lanzó un coloportus en dirección a la entrada y un muffliato que los rodeaba a ambos, esperando ganar con ello algo de tiempo. A decir verdad, no tenía idea de cómo empezar su explicación. La decisión de hablar con Lily fue un impulso e incluso cuando se le acercó, estaba seguro de que su solicitud sería rechazada una vez más, por lo que no se tomó la molestia de planear un discurso de ante mano.

En su vida pasada preparó una disertación completa antes de confrontarla por la pelea en quinto año; enlistó lo que quería decirle y trató de predecir sus respuestas para estar sobre aviso. Ahora, muchos años después, una versión supuestamente más madura de sí mismo estaba frente a la misma chica sin un plan, e intentando contarle que era un viajero temporal sin sonar como un total demente en el proceso. ¡Por Salazar! ¿En qué momento su vida se convirtió en una maldita comedia de situación de los cincuenta?

—Yo... ¿Quería saber cómo has estado? —En cuanto las palabras salieron de su boca, Severus experimento un profundo y pasional deseo de hechizarse hasta perder el conocimiento.

—¿Ese era tu asunto urgente? ¿Preguntar cómo estoy? —La mirada en el rostro de Lily delataba su propio deseo por lanzarle al menos un par de encantamientos desagradables.

Snape no supo que responder y tomando su silencio como una confirmación, la chica recogió su bolso y suspiró con fastidio.

—De acuerdo, me largo; espero que cumplas tu juramento y no intentes hablarme de nuevo.

Caminó hacia la puerta sin miramientos y Severus entró en pánico.

—¡Espera! —Gritó aferrándose a su brazo, pero ella se sacudió el agarre con fuerza y sacó su varita, apuntándole directamente—. ¡Lo siento! Solo no te vayas, ¿por favor? Eso no era lo que quería decirte, solo trataba de romper el hielo.

Reafirmó sus palabras levantando las manos en un gesto de no agresión. Lily parecía dudosa, pero bajó la varita lentamente y la puso de vuelta en su manga, esta vez asegurándose de dejarla visible como advertencia.

—Habla, Snape y asegúrate de ir al grano. —Severus estuvo rodeado de mocosos hormonales el tiempo suficiente para saber que el uso del apellido, sobre todo pronunciado con tanto desagrado, marcaba una clara línea de separación emocional. Entró oficialmente en la zona de hostilidad abierta.

—Antes de empezar, necesito que mantengas tu mente abierta, ¿de acuerdo? Es algo un poco complicado de procesar—Ella asintió a regañadientes y Severus continuó— No sé bien por dónde comenzar...

—El principio sería un buen punto de partida, ¿no lo crees? —Lily se veía y sonaba cada vez más exasperada. El chico empezó a temer que perdiera la paciencia y abandonara el salón en cualquier momento, importándole poco sus patéticas suplicas.

Por años, Severus tuvo bajo su cargo sinnúmero de misiones aparentemente imposibles y se salió con la suya al conquistar la mayoría. La vida de doble espía requería grandes habilidades de persuasión y un frente frio, incluso en situaciones de mucha presión; podía soltar sin pestañar la cosa más inverosímil y hacer que sonara creíble a los oídos de casi cualquier audiencia. ¿Quién diría, entonces, que exponer la verdad sin quedar como un chiflado ante una chica de dieciséis años, se convertiría en una de sus batallas más complicadas? En definitiva, la fuerza que lo puso en su situación actual tenía un sentido del humor completamente retorcido.

Please, let me get what I want (this time) [JEVERUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora