23- Extra 2023: Vainilla y azúcar

430 61 27
                                    



Levi tomaba una siesta en la mecedora en su tarde libre cuando el ruido en la cocina lo hizo despertar.

Ese sábado en especial, Hanji no regresaría a casa hasta tarde porque tenía asuntos que resolver, por lo que estaba a cargo de los niños a pesar de que existía la posibilidad de dejar a los niños en casa de alguno de los abuelos y Hanji lo calmó diciéndole que todo estaba bien y que podía hacerlo sola, pero a cambio le pidió que se quedara haciéndole compañía a los niños y lo primero que vio Levi tras la ausencia de su esposa, fue un desastre de harina en su siempre ordenada cocina.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó Levi.

No era posible que se durmiera algunos minutos y esos niños ya crearan un desastre. Levi bufó. Definitivamente esos eran hijos de Hanji, aunque no podía quejarse, él también contribuyó en la creación de esos mocosos ruidosos que tenía por hijos.

—Horneando galletas para el novio de mi hermana—respondió su hijo menor cubierto de mezcla para galletas.

—¿Por qué o para qué? —cuestionó Levi, un poco confuso.

Su hijo menor se encogió de hombros al no tener una respuesta y eso molestó a Levi, aunque él no dijo nada.

Aún le costaba a Levi asimilar que su hija mayor fuera adolescente y que desde hace algún tiempo fuera novia del hijo de Petra.

Para él, su hija siempre sería su hermosa princesa, pero era una irresponsabilidad dejar a un niño de seis años horneando galletas sin supervisión mientras ella estaba quién sabe dónde.

Levi le dio un vistazo a esas galletas dentro del horno a través del vidrio de la pequeña puerta. No es que pudiera esperar demasiado de una adolescente que nunca en su vida había demostrado interés en la repostería, pero esas galletas lucían terribles.

El temporizador del horno emitió un pequeño sonido cuando el contador llegó a cero y Levi abrió el horno para sacar las galletas más feas que vio en su vida. Nada más por curiosidad robó una y la mordió. A pesar de su mala apariencia, no sabían tan mal aunque a su parecer les faltaba más azúcar y tal vez un poco más de vainilla.

Levi comenzó a limpiar otra vez su cocina con sumo cuidado. Recolectó las cáscaras de huevo esparcidas por toda su cocina y gruñó consigo mismo cada vez que encontraba harina hasta en los sitios más insólitos.

Cuando terminó, tomó a su hijo en brazos y no se sintió satisfecho hasta quitarle la última mancha de mezcla para galletas que tenía embetunadas en toda su cara y ropa.

Mientras Levi tomaba un descanso, su hija mayor regresó a casa cargando una bolsa de compras. A juzgar por la cara larga de su padre, Claire pudo adivinar que estaba en un aprieto.

—No dejes a cargo a tu hermano de cuidar tus galletas para tu novio otra vez—Levi habló un tanto severo, aunque ya no estaba molesto.

Su hija dibujó una mueca en su joven rostro que se asemejaba al de su madre y enrojeció un tanto avergonzada de que su papá viera las galletas que quería darle a su novio.

—Bueno, yo...—balbuceó su hija tratando de encontrar una explicación.

—Podías pedirme ayuda—continuó Levi, rebuscando ingredientes entre las estanterías de la cocina.

—No quería molestarte—replicó Claire, teniendo claro que su padre trabajaba todo el tiempo y los momentos que pasaba en casa, era para cuidar de ellos mientras mamá estaba en sus asuntos.

—¿Otra vez con eso? —Levi comenzó a distribuir ingredientes cuidadosamente sobre la mesa, aunque luego se giró en dirección a su hija hasta quedar frente a ella. —Mis hijos jamás serán una molestia. A veces desearía que no intentaran hacer explotar nuestro hogar cada vez que los dejo solos un maldito segundo, pero por lo demás los amo con mi vida.

Sabor Audaz [Levihan/Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora